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Uno de los lugares abandonados más impresionantes (y poco conocidos) de España

El Elevador de Aguas de Gordejuela (Tenerife), incluido en la Lista Roja de la asociación Hispania Nostra, es una ruina llena de historia frente al Atlántico

Elevador de Aguas de Gordejuela Cristian Ortiz García
J. F. Alonso

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El edificio en el paisaje. El Elevador de Aguas de Gordejuela (Tenerife) parece un cuadro hiperrealista que muestra el paso del tiempo, el proyecto que fue y la ruina que admiran desde lejos (desde el Mirador de San Pedro y desde muchas zonas del Paisaje Natural Protegido de Rambla de Castro) los turistas advertidos. Parecen cuatro paredes desnudas y abandonadas frente a un precipicio y el bravo Atlántico. En realidad, fue una estación de bombeo aprobada en 1903 y construida entre 1904 y 1906 para elevar el agua hasta la cima del acantilado, a 270 metros sobre el nivel del mar.

Imagen del elevador de aguas a principios del siglo XX

Las obras de este complejo fueron impulsadas por la , una empresa británica que en 1902 adquirió la totalidad de las acciones de la Sociedad de Aguas Gordejuela. Le encargó el diseño al ingeniero militar José Galván Balaguer (1869-1926), quien creó dos edificios (uno de ellos destinado al alojamiento de los trabajadores), un depósito y una gran chimenea así como las diferentes infraestructuras de canalización de las aguas. Fue un prodigio en la época, entre otras cosas porque en su interior se instaló la primera máquina de vapor de la isla de Tenerife.

El Elevador de Aguas de Gordejuela está incluido desde 2019 en la Lista Roja del Patrimonio de la asociación Hispania Nostra, que describe así su estado de conservación: «La estación de bombeo está en ruinas. Sin techo, puertas ni ventanas. Algunos arcos ya desaparecieron, así como se produjo el hundimiento del suelo de este inmueble». En opinión de esta asociación sin ánimo de lucro que vigila el estado del patrimonio, tiene « riesgo de colapso debido a su localización y estado de abandono en el que se encuentra. También sufre alta presión turística».

A principios del siglo XX, en cambio, la nueva tecnología llevó el agua desde los manantiales de la zona al valle de la Orotava , en una zona de cultivo de plátano. «Con el paso del tiempo, la Casa Hamilton entró en perdidas e intentó vender parte del agua a otras áreas de la isla, pero estas propuestas no fueron escuchadas por los gobernantes –explica Hispania Nostra–. Pasó a manos de la empresa Fyffes y luego a dominio público».

Según se cree, el complejo de la Gordejuela debe su nombre a un antiguo caballero hidalgo, D. Juan de Gordejuela y Mesa , seguramente de origen vizcaíno, quien en el siglo XVII fundó conventos y ermitas en el norte y sur de la isla, sobre todo en Los Realejos.

El elevador se halla en Los Realejos, dentro del Paisaje protegido de la Rambla de Castro , donde podemos ver palmeras canarias, algunos ejemplares de drago y otras especies vegetales y animales, especialmente aves (cernícalos, vencejos, herrerillos comunes...). Cerca están la Hacienda de Castro, la más importante de la zona costera, fechada en el siglo XVI; la ermita de San Pedro, del XVI, que alberga una valiosa talla barroca del apóstol, y el Fortín de San Fernando, del XVIII.

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