Hazte premium Hazte premium

Diez consejos para disfrutar al máximo de las Fallas (y sobrevivir)

Disfrutar con intensidad de esta fiesta Patrimonio de la Humanidad puede ser una experiencia especial pero también agotadora

Operarios falleros trabajan en su monumento, en una de las mas de 700 fallas durante el ultimo día de montaje para la «Plantá» EFE/ Juan Carlos Cárdenas | Vídeo: ATLAS

Carlos Bazarra/Efe

Disfrutar con intensidad de las Fallas de Valencia puede ser una experiencia especial pero también agotadora y por eso, para sobrevivir a los cinco días grandes, hay que conocer aspectos imprescindibles de unas fiestas declaradas Patrimonio de la Humanidad y seguir unas mínimas recomendaciones.

¿Cuáles? Usar ropa cómoda, descansar, comer e hidratarse bien y armarse de paciencia. Aquí van diez pautas para disfrutar de las Fallas 2019 con intensidad y sobrevivir a una de las fiestas más conocidas e inmortalizadas del mundo:

La ropa. Cómoda, funcional, ligera durante el día casi primaveral y respetuosa con la noche aún invernal, con zapatillas deportivas o calzado informal para las largas caminatas.

El estómago. Preparado para la mezcla desinhibida y descontrolada a deshoras de paella, buñuelos, chocolate, churros, fritos, embutido, bocadillos y cerveza.

El descanso. El día empieza antes del amanecer y acaba mucho después del anochecer para aprovechar el kilométrico peregrinaje por fallas, monumentos, festejos falleros y tradiciones religiosas, entre mascletaes, castillos de fuegos artificiales y pasacalles musicales que dejan ampollas, ojeras, afonía e insolaciones.

El ruido. Los expertos desaconsejan taparse los oídos ante la interminable sucesión de explosiones que domina el ambiente acústicamente saturado de una ciudad tomada por el culto a la pólvora (despertaes, mascletaes, castillos de fuegos artificiales, correfocs y petardos traidores, amén de los campos de tiro improvisados en plazas y parques). Mejor abrir la boca.

La paciencia. Fallas y aglomeraciones van de la mano. Descartar heroicidades del tipo «vamos a ver todas las de Especial», «un selfi con las amigas en cada mascletà», «¿intentamos ver la Ofrenda desde la plaza de la Virgen?» o «me apetecen esos buñuelos de los que todo el mundo habla». Los agobios son parte de la fiesta.

El tiempo. Esos días tontos en que hace tanto calor al mediodía como para ir en camiseta y tanto fresco al caer la noche que deja secuelas gripales. A veces llueve y sopla tanto viento que algunas fallas caen antes del ritual del fuego del día 19.

El lenguaje. El fallero es un vocabulario propio cuyo mejor diccionario es patear la calle. ¿Palabras clave en valenciano? Despertà, mascletà, cremà, ninot, bunyol, chocolatà, de categoria, xé qué bó!, senyor pirotècnic, quina barbaritat.

El atrezzo. Las fiestas regionales y/o patronales tienen su indumentaria y la fallera es mundialmente conocida. Pero los turistas inmortalizan cada año, como si no hubiera un mañana, cada encuentro callejero con valencianas peinadas con sus moños y engalanadas con sus espolines, manteletas, aderezos y mantillas.

El mapa. Es clave conocer los puntos cardinales de una ciudad volcada en su momento cumbre del año: la plaza del Ayuntamiento (falla municipal y mascletaes), el barrio de Ruzafa (iluminación y zona de moda), la plaza de la Virgen (meta de la Ofrenda y entrada al barrio del Carmen), el jardín del Turia y las fallas de Especial.

El tráfico. El coche, ni en pintura. El caos circulatorio por las calles cortadas es innato a las Fallas, especialmente este año ante los cambios y obras por el aumento de carriles bici. Abstenerse también usuarios de bicicletas y patinetes eléctricos. Ver los puntos 1, 3 y 5.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación