Uno de los desfiladeros más bonitos (y aún no muy conocido) de España
El Desfiladero de las Xanas es una de las rutas más bonitas y más accesibles de Asturias, un paraje a pocos kilómetros de Oviedo que no tiene nada que envidiar a los Picos de Europa
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLas xanas son, en la mitología asturiana , las ninfas de los ríos y las fuentes y, como sucede con la mayoría de las ninfas en los mitos de toda Europa, se las describe como bellas y etéreas jóvenes que habitan en plena naturaleza ... y ocupan el día en cantar, en hilar, en peinarse sus largas melenas con peines de plata, en atraer a jovenzuelos incautos y en robar niños de sus cunas para dejar a los suyos en su lugar; más singularmente, se cuenta que las xanas tienen otro pasatiempo: jugar a la variante asturiana de los bolos. Muy populares en Asturias, aparecen en leyendas, canciones y tradiciones populares y le dan nombre a varios lugares de la geografía asturiana. Entre ellos, a uno de los mejores puntos de Asturias para practicar el senderismo: el Desfiladero de las Xanas.
Situado a poco más de media hora al suroeste de Oviedo , este paraje de la Sierra del Aramo no tiene nada que envidiar a los Picos de Europa . De hecho, al Desfiladero de las Xanas tiene la reputación de ser una versión reducida de la famosa Garganta del Cares , por la que trascurre la que quizá sea la ruta senderista más famosa de Asturias. Ambos son profundos tajos tallados en la roca caliza por pequeños ríos y recorridos por estrechos -pero bien mantenidos- senderos abiertos a medio camino de la pared rocosa. Pero, mientras que la Ruta del Cares son 12 kilómetros (y otros tantos de vuelta), la del Desfiladero de las Xanas no llega a los 8 en total, lo que la hace apta para prácticamente cualquier persona e ideal para recorrer en familia.
El sendero -que se creó originalmente para conectar las aldeas situadas al fondo del desfiladero con el valle del río Trubia - arranca entre los pueblos de Villanueva y Tuñón , en el concejo de Santo Adriano. Aunque el Arroyo de las Xanas desemboca allí mismo, la ruta no sigue el curso del agua, sino que sigue cuesta arriba en paralelo al margen derecho, a través de un camino y varios túneles creados en la pared rocosa, a veces hasta 80 metros por encima del arroyo. Quizá de ahí le venga el nombre al lugar, ya que -al quedar el cauce del agua lleno de tramos ocultos a la vista y de cascadas para salvar los desniveles- no resulta difícil imaginar que las xanas puedan estar ahí, escondidas en los vericuetos.
Aunque no veamos a las xanas, lo que sí vemos es mucha vegetación, bosques de avellano y roble donde también crecen los madroños, los fresnos, los tilos o las encinas. El verdor contrasta con las paredes grises de roca caliza y el azul del cielo, en donde se pueden ver a menudo águilas reales, halcones peregrinos y azores. Cruzando el estrecho desfiladero por un puentecillo de madera, llegamos a Pedroveya , la principal de las tres aldeas (las otras son Rebolleda y Dosango) que están al final de la ruta.
Pedroveya merece en sí mismo la visita, ya que es un precioso pueblecito típicamente asturiano, con hórreos, una iglesia rodeada de tejos (alguno de ellos centenario) y estupendas vistas de la Sierra del Aramo. Y, para rematar, un restaurante asturiano de los de toda la vida: Casa Generosa , ideal para comer fabada, pote asturiano, cabrito, jabalí o arroz con leche, todo ello en raciones que hacen honor al nombre del restaurante. Luego se vuelve hacia Villanueva, pasando por Dosango tras una fuerte pendiente que puede ir muy bien para ayudar a bajar la comida.
Y, ya que esta ruta no es excesivamente larga, todavía nos puede quedar tiempo para hacer alguna otra visita por las cercanías. Los aficionados al arte y a la Historia, por ejemplo, pueden ir hasta la iglesia de Santo Adriano de Tuñón (muy cerca del comienzo del desfiladero), un templo prerrománico asturiano de finales del siglo IX posteriormente reformado y ampliado, pero que aún conserva muchos elementos originales, como sus celosías talladas en piedra. Otra opción es tomar la Senda del Oso , una vía verde que aprovecha el trazado del antiguo ferrocarril minero que conectaba las minas de carbón de los concejos de Quirós y Teverga con la fábrica de armas de Trubia, a las afueras de Oviedo. El actual nombre de la vía se debe a que esta es la zona en la que, a mediados de los años 90, se empezó a reintroducir la población de osos pardos en aquellas partes de la Cordillera Cantábrica en las que habían desaparecido. En el concejo de Santo Adriano -concretamente en el monte Fernanchín- hay un cercado osero donde habitan en semilibertad las osas Paca (una veterana, de las primeras que se trajeron a la zona desde Cantabria) y Molina. Aunque no es seguro verlas, ya que el cercado ocupa un área de algo más de cuatro hectáreas, es recomendable ir antes de mediodía o a partir de las 5 de la tarde, ya que esas son las horas a las que están más activas.
En suma, un reino de xanas y osas entre escarpadas paredes calizas a pocos kilómetros de Oviedo. Una escapada perfecta para cualquiera que desee pasar un día en la naturaleza.
Noticias relacionadas
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete