Cómo exprimir 24 horas en Valencia, la ciudad más saludable del mundo

Hemos pasado 24 horas en la ciudad del Turia: son muy pocas, aunque bien aprovechadas suponen un acercamiento tras el cual se puede profundizar en una próxima visita.

A valencia se puede llegar en avión, su aeropuerto está situado a tan solo 8 km. de la ciudad. O por tren a cualquiera de sus dos estaciones, la del Norte, donde funciona sobre todo la red de cercanías, y la de Joaquín Sorolla, a la que llegan los trenes de alta velocidad desde Madrid, Cuenca, Sevilla o Córdoba. Por aquí también salen y entran los trenes Alvia y Euromed de larga distancia que unen Valencia con Barcelona y otras ciudades. Desde Madrid tardamos 1h y 52min.

Orxateria Mercat Central es un coqueto quiosco junto a una puerta del Mercado Central. Está revestido de los mismos azulejos que forman la fachada del mercado, frente a la Lonja. En esta horchatería desayunamos opíparamente. Hay un ofertón de “todos los churros que queráis” con 2 tazas de chocolate para 2 personas por 4,90 €.

Este mercado, acabado en 1928 y rehabilitado en 2004, es uno de los máximos exponentes del modernismo valenciano. Por su aspecto, hay quien lo ha comparado con una catedral gótica, o con el Mercado de la Boquería de Barcelona. Con sus 8.000 m², es la mayor plaza pública de productos frescos de Europa. Centenares de puestos limpísimos y ordenados en los que se vende todo tipo de alimentos.

Con más de 2.000 años de historia, en Valencia han vivido y dejado su huella romanos, visigodos y musulmanes desde que fuera fundada en el año 138 AC, así que tiene uno de los mayores centros históricos de Europa. Lo mejor, como siempre, recorrerlo a pie.

La Lonja de los Mercaderes es un edificio gótico civil, Patrimonio de la Humanidad, que funciona desde el siglo XV. Aquí se firmó la primera letra de cambio conocida en España. También se llama Lonja de la Seda pues centralizaba el comercio de estos tejidos, durante mucho tiempo la industria más importante de la ciudad.

El Tribunal de las Aguas de la Vega de Valenci a es la más antigua institución de justicia existente en Europa. Todos los jueves se reúne a las 12:00 en punto en la Puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia. Desde hace siglos imparte justicia sobre el uso del agua para el riego de las huertas a través de un proceso oral en lengua valenciana, cuyas resoluciones son inapelables.

La Catedral de Santa María, consagrada en el siglo XIII, es de estilo gótico con partes románicas, barrocas y neoclásicas. En ella se custodia un santo cáliz que algunos creen que es el Santo Grial (cáliz de la Última Cena), en competencia con el que se encuentra en San Isidoro de León.

No dejes de subirte a la torre del campanario, su escalera de caracol tiene 207 peldaños. Conocido como el Micalet o el Miguelete, es uno de los iconos de la ciudad. Está cargado de leyendas y misterios y desde sus 51 metros de altura hay unas de las mejores vistas de Valencia.

El Café Madrid es un clásico. Está en el Carrer de l'Abadia de Sant Martí, 10, y allí se creó en 1959 el agua de Valencia, un cóctel ya tradicional a base de cava, zumo de naranja, vodka y ginebra.

Momiji es un restaurante japonés con barra y mesas altas en el que el chef Diego Laso elabora platos con productos de temporada siguiendo los principios de la cocina tradicional Kaiseki Ryory: Preservar los sabores naturales y cocinar con intuición y alma.

Sin salir a la calle visitaremos el mercado que es una joya modernista de principios del siglo XX, monumento nacional rehabilitado en 2003. Por fuera podríamos compararlo con el Mercado de Colón, pero no, aquel está dedicado a la venta tradicional, y éste a una veintena de puestos gourmet.

A esta iglesia no se llega por casualidad, hay que buscarla. Se accede a ella por un callejón que puede resultar inadvertido, que parte del número 35 de la calle Caballeros.

Edificio principalmente gótico, es uno de los primeros templos cristianos de la ciudad. La iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir es una de esas joyas ocultas de Valencia, durante años estuvieron tapados sus frescos barrocos del siglo XVII, pero fueron descubiertos en una reciente restauración. Pinturas abigarradas y llenas de color que se adaptan a las bóvedas góticas de crucería.

A vista de pájaro (ahora habría que decir de dron) parece una plaza de toros. A pie, sumergida entre edificios, no se aprecia su estructura hasta que se está dentro de ella. Construida en 1840 y rehabilitada en 2012, presenta una planta circular con cuatro entradas, una en cada uno de los 4 puntos cardinales. Es peatonal y en el centro tiene una fuente con 4 caños. El número 4 la persigue, también tiene 4 plantas y en la baja están las tiendas de souvenirs (destacan los encajes y bordados) y los bares.

La Plaza de Manises puede que sea uno de los lugares más aristocráticos de Valencia. A un lado está la sede del Gobierno Autonómico (Generalitat) del siglo XV, al otro el Palacio de la Baylía (Real Patrimonio en el Medievo) y el de los Señores de Manises, y cerrando el rectángulo el Hotel Palacio Vallier.

El restaurante La Perfumería, en la planta baja del hotel, se llama así porque allí se encontraron durante las obras de restauración los restos de una tienda de perfumes romana del s.III similar a las que hay en las ruinas de Pompeya. Sabores mediterráneos que el chef Juan Ottati ha sabido conjugar con la cocina valenciana tradicional y las técnicas culinarias más modernas. Sugerente carta de vinos.

Ruzafa es un barrio de moda. Su nombre en árabe significa Jardín. Es un barrio popular repleto de tiendas, cafeterías con terraza, bares y discotecas. Ambiente cosmopolita y multicultural. Ideal para tomar unas copas, por ejemplo en el Carpe Noctem.

Hemos cenado en su restaurante y ahora nos alojamos aquí para pasar la noche. El Hotel Palacio Vallier, buque insignia de la cadena MYR, ocupa un palacio modernista construido en 1890. Alojarse en él es toda una experiencia. Aquí se mezclan elementos originales del s.XIX con una estética contemporánea que pasa por el Art Decó Valenciano y la nueva cerámica de Lladró. Colores suaves, pastel, contrastados con negros, dorados y algún toque barroco. Artesonados impecables, suelos cerámicos, baños de mármol de Carrara y amenities exclusivos de Guerlain. Treinta y una habitaciones en cinco pisos, todas diferentes, todas con balcones.

A la mañana siguiente volvemos a casa. Nos han quedado muchas cosas por ver, así tenemos motivos para la siguiente ocasión.