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La bellísima ermita del patrón de Soria, al fin, es Bien de Interés Cultural

La ermita de San Saturio, construida en el siglo XVIII en la cueva donde se retiró a meditar y orar el santo, se incorpora a la lista BIC con un plan para evitar su deterioro

Ermita de San Saturio, junto al Duero, en Soria

César Justel / ABC Viajar

El expediente llevaba abierto 42 años, desde 1979. Y, al fin, este jueves la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León concedió a la Ermita de San Saturio, en Soria, la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) en categoría de patrimonio. Esta declaración contribuirá -según la Consejería- a «monitorizar» los daños que afectan al inmueble para ver el deterioro «en tiempo real», y por tanto proceder a corregirlo.

La Concejalía de Comercio y Turismo del Ayuntamiento de Soria anunció a principios de julio un amplio programa de visitas guiadas municipales. Se realizan de martes a sábado, de 10.00 a 14.00 h. y de 16.30 a 19.00 h. Domingos: de 10.00 a 14.00 h. Más información: 975 180 703.

El Duero en otoño, y al fondo, San Saturio

Entre los álamos hacia San Saturio

«He vuelto a ver los álamos dorados,/ álamos del camino en la ribera/ del Duero, entre San Polo y San Saturio...» . Ese es el romántico paseo cantado por Antonio Machado . En la ermita soriana de San Saturio, colgada sobre el Duero, se encuentra una vidriera en la que se representa uno de los milagros del santo patrón de Soria. Cuenta la tradición que por ella cayó un niño y su madre se encomendó al santo, quedando el pequeño sostenido por unas ramas.

Saturio fue un noble godo que, allá por el siglo VI, repartió sus riquezas y se retiró a vivir en una cueva . En el siglo XVIII en el lugar donde estaba la cueva eremítica se levantó el actual templo (antes hubo un oratorio dedicado a San Miguel). Se puede recorrer por el exterior, aunque lo mejor es subir por dentro, atravesando salas y capillas.

San Saturio, entre la roca César Minguela

Tras la primera puerta hay una sala del XVIII, presidida por una imagen de San Saturio, con asientos de piedra y techo de roca donde se reunían los labradores para dirimir los pleitos de tierras. A la derecha, una losa recuerda el lugar donde estaban enterrados los huesos del santo (ahora bajo el altar mayor de la ermita). En una hornacina está la Virgen de Santa Ana, conocida como la 'Virgen de los Alfileres' porque las mozas sorianas conseguían novio si antes encontraban tres alfileres en su manto. Al final, hay balcones desde donde se contempla una espléndida panorámica: el Duero, el monte de las ánimas de Bécquer...

Debido a una rogativa al santo que tuvo éxito, en 1631, se acordó que el 1 de octubre, víspera de San Saturio, se fuera a la ermita en procesión con la imagen. Y esta puede ser una buena disculpa para, de la mano de Machado, recorrer este camino que, partiendo de Soria, llega hasta San Saturio.

Regresando de la ermita se contemplan los álamos, sobre los que generaciones de sorianos han dejado sus nombres. Luego, tras pasar por la ermita de San Polo , lugar templario, se accede al claustro de San Juan del Duero , antigua morada de los Caballeros Sanjuanistas, y protectores de pasajeros y caminantes. Al lado, el Monte de las Ánimas, del que hablan las leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer.

Interior de la ermita de San Saturio César Minguela

Cruzando el Duero se llega a la concatedral de San Pedro con su claustro románico. En una hornacina se conserva una momia del infante Don Juan de Castilla, bastardo de Don Pedro el Cruel, que estuvo prisionero en el castillo de Soria y del que se cuenta que murió de pena por haberse enamorado de una bella soriana, hija del alcaide. Si entramos en la ciudad, hay que tener en cuenta que las mejores vistas de ella se contemplan subiendo a lo que fue castillo, al lado del Parador; y de fondo, el majestuoso Moncayo.

A 6 kilómetros, por la carretera de Logroño, se encuentran sobre un cerro las ruinas de la celtibérica Numancia . La ciudad, que llegó a derrotar a las hasta entonces invencibles legiones romanas, acabó siendo arrasada en el 133 de J.C. (tras 20 largos años de asedio) y ha pasado a la historia por su heroica resistencia. Las ruinas que hoy se contemplan pertenecen a la ciudad romana que estos reconstruyeron después de conquistarla.

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