Este es el pez prehistórico más preciado que buscan los aventureros en Costa Rica

Este río, que tiene una longitud de cien0 kilómetros, es el hogar de este animal omnívoro al que se considera 'un fósil viviente' pues no ha cambiado su fisonomía en 150 millones de años. Por sus características físicas y su fisonomía se le llama también pez lagarto ya que comparte alguna morfología con los reptiles, aunque lo que más llama la atención es su cráneo en una sola placa, una mandíbula prolongada en forma de trompa con dos filas de dientes muy afilados y unas escamas brillantes que son utilizados por los artesanos del pueblo para elaborar souvenirs que venden a los turistas.

Las yeguas, nombre que reciben las hembras de esta especie, destacan por su tamaño superior al del macho y pasan gran parte de su vida desovando en las zonas del río poco profundas, entre 20 y 50 centímetros, lo que les convierte en una presa fácil para libélulas, arañas y otros peces. Sin embargo, ha sido la acción del hombre la que ha influido decisivamente en la disminución de esta especie por una abusiva pesca tradicional, de ahí que las autoridades hayan impuesto una veda anual que se inicia el 1 de marzo y termina el 31 de agosto.

Rosi Arqueda organiza desde su empresa (Paraíso Tropical) tours de pesca deportiva, especialmente en octubre, mes elegido para organizar en el pueblo el Festival del gaspar. En esta época se capturan los gaspares más llamativos, intentando superar la pieza más grande que se ha pescado hasta la fecha que sigue siendo una hembra de 14,76 kilos y 1,31 metros de longitud en 2014.

El pez Gaspar es solo una buena excusa para descubrir el Refugio de Vida Silvestre de Caño Negro. Una vez que navegues con los barcos que operan en el río Frío podrás comprobar cómo las aves migratorias y acuáticas conviven con decenas de caimanes y tortugas que aparecen en las orillas para tomar el sol y nadar sigilosamente con sus ojos muy abiertos y parte de la cabeza fuera del agua. Estos reptiles suelen ser presa fácil para los jaguares que se acercan al río Frío y dejan un olor fuerte muy peculiar ante la mirada asustada de los monos araña o los monos aulladores que comparten las copas de los árboles con algún perezoso de dos dedos. Lo ideal para descubrir esta rica fauna es siempre tomar un bote a primera hora de la mañana con un guía que se adentra primero por el sector norte del río Frío y se acerca lo suficiente hasta los animales para que puedan ser fotografiados.

El broche final del viaje puede ser la degustación de un pez Gaspar por su sabrosa carne, muy parecida a la de la gamba o el langostino, que los 500 vecinos de Caño Negro conocen muy bien pues lo consumen habitualmente en sus casas. Para los visitantes no resulta tan fácil encontrarlo en las cartas de los restaurantes, pero sí existe una casa de comidas fuera de Caño Negro que lo sirve en ocasiones puntuales. Es el Rancho Tabacón en la carretera a Upala.