El término Jemer ha quedado así desvirtuado, corrompido por unos fanáticos que nada tenían que ver con la florenciente y majestuosa cultura que dominó el sudeste asiático entre los siglos IX y XV de nuestra era. Una civilización que dejó uno de los más extraordinarios patrimonios arquitectónicos que existen en el mundo. Hablamos, cómo no, de los templos de Angkor.
El complejo de Angkor, integrado por una infinidad de templos entre los que destacan Bayon, Ta Prohm y, sobre todo, Angkor Wat (considerado la mayor estructura religiosa jamás construida) es uno de los destinos más cautivadores del mundo, sobre todo si uno está interesado en las civilizaciones extintas y su herencia. Puede que en España estemos más familiarizados con Tikal (Guatemala), Machu Picchu (Perú) o Teotihuacán (México), pero la belleza deslumbrante de Angkor no tiene parangón. Y no sólo por la fascinante arquitectura de sus templos, de una calidad sorprendente, sino también por los efectos del tiempo en sus construcciones.
Efectos multiplicados por el indómito carácter de una naturaleza que en esta región del mundo 'devora' hasta la historia. Piedra y madera en perfecta armonía, sinuosas formas que elevan a la categoría de arte la teoría del caos. Eso es Angkor, eso y mucho más, porque lo adorna la eterna sonrisa del pueblo camboyano.
LOS TEMPLOS SE EXPLORAN EN MOTO
Como decíamos, la zona de Angkor es de una extensión considerable (200 kilómetros cuadrados) y está integrada hasta por 910 monumentos. Todo ello hace que sea imposible recorrer el complejo a pie e incluso la tradicional bicicleta, que se puede alquilar sin ningún problema en la vecina ciudad de Siem Riep, se nos antoja insuficiente a no ser que uno desee acabar extenuado por el esfuerzo, porque hay hasta 30 kilómetros de distancia entre unos templos y otros. Así que lo más práctico es alquilar un tuk tuk (especie de 'motocoche') para trasladarse de un templo a otro. No se preocupe, el alquiler con conductor incluido no le saldrá caro. Eso sí, no olvide que necesitará al menos dos días para poder disfrutar de todo el esplendor que Angkor es capaz de ofrecer a los afortunados viajeros que se acercan hasta este rincón del mundo. Llegados a este punto, la mejor forma de cerrar esta mágica aventura es contemplar la puesta de sol junto a Angkor Wat, donde podrá realizar algunas fotos de una belleza cautivadora.
A Siem Riep, ciudad donde uno debe hospedarse si desea visitar Angkor, se puede llegar por tierra, mar y aire. El aeropuerto internacional está bien comunicado con casi todo el sudeste asiático, aunque los vuelos son caros. Las carreteras camboyanas son de las peores del mundo, pero al menos existe la posibilidad de pillar un taxi o un autobús, ya sea en Phnom Penh o en algún puesto fronterizo con Tailandia, Laos o Vietnam. Por último, existe la posibilidad de viajar en barco desde la capital camboyana a Siem Riep y disfrutar de los poblados flotantes del lago Sap. Esta aventura, que dura unas cinco horas, es muy recomendable.
Dato: Algunas escenas de la película Tomb Raider, con Angelina Jolie caracterizada como Lara Croft, fueron rodadas en Angkor y de hecho uno se puede tomar el popular cóctel Lara Croft en algunos de los numerosos bares que pueblan la animada noche de Siem Riep.