Visita a las dunas de Andalucía, paraísos movedizos

El parque dunar de Matalascañas, que se extiende 30 kilómetros por la línea costera, en Doñana está considerado por los expertos como el sistema más importante de dunas móviles de cuantos se distribuyen por la península ibérica. Es, además, uno de los parajes más hermosos del parque, donde vegetación, arena, orilla y cielo se abrazan en completa armonía. También se abre paso lo monumental: Torrecarbonero, una construcción defensiva que mandó levantar el rey Felipe II.

El sendero que lo traza tiene una longitud de 1,5 Kilómetros. En él, el visitante aprecia y diferencia con claridad diáfana dos tipos de espacios: las zonas de dunas embrionarias en el borde de la playa por un lado y el primer corral en el que aparecen árboles por otro.

El primero de esos espacios se forman cuando los vientos arrastran la arena y la acumulación alrededor de cualquier pequeño obstáculo del relieve. Estos montículos crecen y comienzan a avanzar, uniéndose unos con otros y creando dunas de grandes dimensiones, capaces de penetrar centenares de metros hacia el interior, donde se detienen.

El primer corral, ya al fondo, está constituido por pequeños corrales próximos a la playa, que están cubiertos por varias especies de hierbas y arbustos: el barrón, del color del trigo, el cardo marino, la grama roja… En las zonas más resguardadas, la vegetación parecerá vencer la batalla, colonizándolo todo a su paso. Incluso con pinos.

Con más de 30 metros de altura y 200 de anchura, en pleno Parque Natural del Estrecho, se ubica en la ensenada de Bolonia, que pertenece al municipio de Tarifa. Seguramente, la más popular de todas, pues importantes marcas han grabado anuncios en ella y son muchos los que se acercan exclusivamente a fotografiarla, y uno de los patrimonios paisajísticos más destacados de Andalucía.

El viento de Levante, propio de la zona, hace que las dunas avancen hacia el pinar de pino piñonero. Todo el conjunto se denomina barjanal. Posee pendientes desiguales y en forma de media luna.

Más allá de Huelva y Cádiz, encontramos otros territorios de enorme interés: entre Marbella y la Cala de Mijas, la lucha entre la naturaleza y el ladrillo continúa. Dada la presión urbanística, las dunas aparecen en franjas salteadas. La más representativa está en Artola, un monumento de más veinte hectáreas protegidas.

Por último, el Cabo de Gata almeriense nos ofrece otras dunas como la rampante de la bella Cala de Mónsul, la de la característica roca, y también la fósil de la playa de los Genoveses. Vivas andan. A la velocidad punta que en cada momento les permite el viento.