Villaluenga del Rosario, esplendor en la cima de la provincia de Cádiz

Esta pequeña localidad, que apenas cuenta con medio millar de habitantes censados, y que ha sido siempre un punto de atracción de turistas, cuenta con la particularidad de ser el pueblo que se sitúa a una mayor altitud de toda la provincia de Cádiz. Desde sus 858 metros sobre el nivel del mar , Villaluenga otea con orgullo el horizonte que la rodea, lo que provoca también que estemos en un enclave en el que las temperaturas bajan notablemente cuando aprieta el invierno, pero con una primavera, un otoño y un verano auténticamente deliciosos.

La ubicación de Villaluenga es sencillamente espectacular, ya que proporciona al visitante vistas e imágenes realmente bonitas, contando con buena conexión con localidades también muy interesantes como Grazalema, Benaocaz, El Bosque o Ubrique . Cuenta con un pequeño casco histórico, coqueto y peculiar, así como con un entorno natural que ofrece numerosas posibilidades.

En primer lugar vamos a caminar por sus calles y plazas, para descubrir algunos de sus hitos más importantes. Lo mejor para saborear un enclave de estas características es no tener prisa, no mirar el reloj , desconectar el teléfono móvil y comenzar a disfrutar de todo lo que Villaluenga del Rosario tiene que ofrecernos.

Nuestros pasos nos van a llevar primero a visitar la iglesia de San Miguel Arcángel, que se encuentra en la conocida como Alameda del pueblo y que está rematada con un sencillo frontón renacentista. Estamos ante un coqueto templo barroco, que se construyó en 1733. Pero sin lugar a dudas el monumento más emblemático con el que cuenta Villaluenga del Rosario es su curiosa plaza de toros , que es única en su naturaleza, y que data de nada más y nada menos que del siglo XVIII. Está construida sobre rocas existentes en el lugar, contando con la particularidad de no ser completamente redonda, como son la gran mayoría de las plazas de toros, sino que es poligonal. Como durante mucho tiempo el graderío no estuvo cerrado, los vecinos de la zona decían en tono de broma que era la plaza de toros más grande del mundo, ya que los aficionados se sentaban en las propias rocas para disfrutar de los espectáculos taurinos. También hay que fijarse de una manera muy detenida en sus curiosos burladeros . 

Además de la plaza de toros, otro de los lugares que no se nos van a olvidar de nuestra visita a Villaluenga del Rosario se encuentra en la calle Torre, donde podemos contemplar la antigua iglesia de El Salvador, que se construyó a comienzos del siglo XVIII y que sufrió los efectos de la Guerra de la Independencia, siendo quemada en su día por las fuerzas napoleónicas. Los restos de esta iglesia que sufrió los efectos de esta terrible guerra, pasaron a ser usados por los vecinos de la zona como cementerio, siendo para algunos uno de los cementerios más bonitos de todo el territorio nacional. Un lugar muy especial, ideal para los amantes de la historia y donde se puede entrar en contacto con la historia . 

Tanto si se entra en Villaluenga descendiendo progresivamente desde la carretera que viene de Grazalema, como si llegamos ascendiendo el conocido como puerto de Pedro Ruiz que tiene su inicio en la vecina localidad de Ubrique, la realidad es que el paisaje que nos brinda la denominada 'manga de Villaluenga' es un auténtico festín para todos los sentidos. Lo que sentimos es que poco a poco estamos entrando en una especie de valle o paso estrecho, un camino ganado a las altas montañas que nos rodean, y que ha estado poblado por diferentes civilizaciones desde tiempos inmemoriales. Un lugar donde se percibe palpitar la incontestable fuerza de la naturaleza , y donde no será raro que nos encontremos a aficionados al mundo del ciclismo de carretera que se afanan en ascender este precioso puerto de montaña . 

Además, por si fueran pocos los atractivos que hemos ido sumando poco a poco para disfrutar el auténtico espíritu de esta localidad gaditana, no podemos olvidar que en su término municipal también tenemos la oportunidad –si somos expertos en la materia-, de entrar a conocer las auténticas entrañas de la tierra. La montaña que literalmente cae sobre nosotros, guarda la denominada como Sima de Villaluenga, que tiene más de 200 metros de profundidad y cuenta con tres kilómetros de galerías subterráneas. La gama de opciones para los amantes de la espeleología es casi infinita, ya que en el término municipal de Villaluenga del Rosario están registradas un total de 61 cavidades entre cuevas y simas. Al ser un lugar privilegiado para la práctica de este deporte, la Federación Andaluza de Espeleología tiene su sede en Villaluenga, organizando numerosas actividades a lo largo del año.

Ha llegado el momento de sentarnos a disfrutar de la inigualable gastronomía por la que destaca Villaluenga del Rosario, donde prácticamente desde que llegamos a sus calles nos saluda un inconfundible olor a queso artesano. Y es que estamos en la que es sin lugar a dudas una de las cunas del queso payoyo , un producto propio de la Sierra de Grazalema y que ha conquistado paladares en todo el mundo. En 2017 Villaluenga entró a formar parte de la Ruta Europa del Queso, mientras que en 2020 se convirtió en la Capital Europea del Queso. Aquellos enamorados de este alimento que procede de la leche de la cabra payoya, pueden visitar el Museo del Queso , donde existe la posibilidad de participar en degustaciones de quesos o en talleres de elaboración.

No es ni mucho menos el queso la única de las delicias que se puede degustar en este municipio que se convierte en el techo de la provincia de Cádiz, donde también destacan platos como la Sopa de Villaluenga, la sopa de tomate, la sopa de espárragos verdes , el cabrito al horno o la perdiz en salsa campera. Sin olvidar las chacinas y embutidos de la sierra, o las tortas de manteca, piñonate, requesón de cabra o el pan moreno hecho artesanalmente en horno de leña.

Todos estos argumentos y algunos más que el viajero debe de ir componiendo por su cuenta hacen de Villaluenga del Rosario una visita imprescindible, un lugar sencillamente perfecto en pleno corazón del Parque Natural de la Sierra de Grazalema .