Destinos alternativos a la playa en el interior de la provincia de Málaga

En ABC hemos preparado una lista con siete destinos alternativos a la costa para disfrutar de una escapada durante las vacaciones. Aquí van:

Enmarcado por los pueblos malagueños de Montejaque, Benaoján, Jimera de Líbar y Cortes de la Frontera se encuentra el Valle del Guadiaro, una estupenda opción para desconectar durante el verano en la comarca de la Serranía de Ronda.

Entre sus principales atractivos figuran enclaves como el cañón de las Buitreras , con sus majestuosas paredes verticales. Labrado por el río que da nombre al valle, es uno de los puntos de referencia en la zona para el turismo de aventura y recorrerlo es una experiencia imprescindible en la provincia, aunque conviene asegurarse primero de que el caudal del río no implique peligro.

A poca distancia se encuentra la Cueva del Gato , uno de los monumentos naturales con más encanto la comarca. Desde su interior salen las aguas del río Guadares y la poza que se forma a su entrada, conocida como Charco Frío, atrae cada año a numerosos turistas.

Ocurre lo mismo con la cercana Cueva de la Pileta , descubierta en 1905. El yacimiento destaca por sus pinturas rupestres, atribuidas al Paleolítico Superior. La mayoría representan a animales, siendo los caprinos los más numerosos, aunque también se pueden observar caballos, búfalos, bisontes e incluso peces de agua salada , a pesar de la distancia con la costa.

Cada año los pantanos de la provincia ganan más adeptos. Situado en la comarca de la Axarquía y muy próximo a Vélez-Málaga, el de La Viñuela es un lugar ideal para comer junto a los amigos o la familia, ya sea en las zonas habilitadas o en el hotel que hay sobre una las lomas, que ofrece unas vistas privilegiadas del entorno.

Esta puede ser una buena opción para reponer fuerzas después de recorrer uno de los últimos atractivos incorporados a catálogo de rutas de senderismo de la provincia: el paraje del Saltillo. Está situado en el término municipal de Canillas de Aceituno y su espectacular puente colgante -uno de los tres más grandes de España en espacios naturales- lo convierten en uno de los hitos principales de la Gran Senda de Málaga , un itinerario circular de 754 kilómetros a lo largo y ancho de la provincia.

Estos dos municipios de la provincia no se escapan durante el día a las altas temperaturas del verano, pero ofrecen muchas opciones culturas a la sombra y unas noches mágicas. En Antequera, el conjunto monumental de los dólmenes de Menga y Viera y el tholos de El Romeral son una joya del megalitismo europeo; su Alcazaba, el mejor ejemplo de la presencia islámica en la comarca y la Colegiata Santa María la Mayor, una obra maestra del Renacimiento.

También la cercana Archidona sorprende a los visitantes con su singular Plaza Ochavada , del siglo XVIII, su castillo y murallas, o las innumerables iglesias y conventos que hay repartidos por la villa. Su patrimonio arquitectónico las convierte en dos de las ciudades monumentales más bellas de Andalucía.

Desde que fuera recuperado en 2015, este espectacular sendero es un imán para los amantes de la aventura. Con tramos de hasta 100 metros de altura , este paso construido en el Desfiladero de los Gaitanes no para de sumar adeptos. Fue construido para que los trabajadores de la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro tuvieran acceso a la zona para labores de mantenimiento.

Lo inauguró el rey Alfonso XIII y, precisamente, este año se celebra el centenario de aquella visita. En su recorrido hallarás pasarelas estrechas, miradores con suelo de cristal y un puente colgante. La visita es, además, una oportunidad única para disfrutar de la espectacular flora y la fauna de esta zona de la provincia.

El principal atractivo de este pueblo blanco son sus vistas panorámicas a la comarca, desde los picos de las sierras de Tejeda y Alhama hasta la costa malagueña. Por algo fue denominado como el ‘Balcón de la Axarquía’. Comares está ubicado sobre un cerro y su pasado andalusí lo dotan de un encanto mágico a través de su legado histórico y arquitectónico, con fachadas encaladas y calles empinadas y estrechas que invitan a perderse.

Desde el pueblo parten rutas de senderismo y hay varias vías ferratas en la zona y en su gastronomía sobresalen los platos de los montes, las migas, el gazpachuelo o los vinos de la zona. Además, es uno de los municipios en los que los verdiales están más arraigados. Tanto es así que esta tradición folclórica local cuenta con un estilo denominado ‘Comares’.

Sin salir de la Axarquía malagueña encontramos uno de esos pueblos blancos que encandilan a todo el que lo visita por primera vez. Enmarcado por el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, Frigiliana es uno de los municipios con más encanto de la provincia y de los más bonitos de España. Su casco antiguo de origen morisco-mudéjar es su principal seña de identidad, con cuestas empinadas, calles estrechas y empedradas, pasadizos y fachadas encaladas cuajadas de flores.

Frigiliana no se entendería sin su producto estrella, la miel de caña , o sin sus tiendas de artesanía, que son todo un reclamo para los turistas. Mención especial merece su gastronomía, rica en potajes como el bacalao -tradicional en cuaresma-, el choto frito o las migas, y acompañados de moscateles de la zona.

A escasos minutos, se localiza también la Cueva de Nerja, un capricho de la naturaleza que deja con la boca abierta y donde uno puede resguardarse del sofocante calor. Por encima de su importancia histórica, sobrecoge su belleza geológica . En salas como la de los Fantasmas, la de las Cascadas o la del Cataclismo se pueden disfrutar de numerosas formaciones de estalactitas, estalagmitas, columnas o coladas. La joya de la corona es la gigantesca columna de la Sala del Cataclismo , con 32 metros de altura.

Durante siglos de historia el Tajo de Ronda ha servido de fortaleza natural para la ciudad. El desfiladero excavado por el río Guadalevín discurre de forma sinuosa por la ciudad dejando profundidades de hasta 100 metros .

Se ha convertido en el principal atractivo del municipio malagueño junto con el Puente Nuevo, que salva el precipicio con unos imponentes arcos obra de José Martín de Aldehuela. La gastronomía de este pueblo de la Serranía será el broche de oro a tu escapada.