Ruta por los pueblos más frescos de la Sierra de Aracena donde pasar el verano

Entre castañales y dehesas , huertas cargadas de frutos y hortalizas frescas, chacinas y el mejor jamón pata negra – también el pescado que llega de las lonjas-, los pueblos de la Sierra onubense son una opción para estos meses.

Alájar es un pequeño pueblo de calles estrechas y empedradas , que da nombre al punto más alto de la provincia de Huelva -con 837 metros de altitud-, rodeado de bosques, manantiales y pequeñas aldeas que salpican su término.

El lugar de referencia es la Peña de Arias Montaño o Peña de Alájar , un lugar consagrado al culto de Nuestra Señora Reina de los Ángeles, con una ermita que del siglo XVI y una puerta de acceso al antiguo jardín conocida como El arco de los novios. También el Centro de Interpretación Arias Montaño.

En lo alto de la Peña, en el Mirador Superior hay unas vistas incomparables del pueblo y de todo el entorno y, entre jo rnadas de descanso o paseos y rutas por sus bosques, se puede visitar además el Centro de Interpretación Arias Montaño o la Iglesia de San Marcos , en el casco urbano.

A menos de 20 kilómetros, nos encontramos con otro pequeño municipio para escapar del bullicio, con la misma riqueza natural y un plus añadido por su patrimonio cultural y su historia, Almonaster La Real, Al-Munastir, declarado conjunto histórico-artístico. Aquí, donde se localiza la única mezquita conservada del medio rura l de toda la península, se dan la mano huellas de diferentes culturas, romana, visigoda, musulmana y cristiana.

De hecho por su pasado, cada año se celebran las Jornadas de Cultura Islámica, en la que sus calles y rincones se llenan de recuerdos de su pasado y su Mezquita se convierte en centro foro de debate e investigación.

Además de la mezquita se pueden visitar la Iglesia Gótica Mudéjar de San Martín, El Castillo o La Ermita de SantaEulalia , o darse una caminata por sus entorno, cargado de bosques de ribera, de dehesas de alcornoques y encinas por lo que encontramos ríos y riveras.

Aracena es la capital de la comarca y da nombre a la S ierra de Aracena y Picos de Aroche, en la zona más occidental de Sierra Morena. El casco urbano, declarado Bien de Interés Cultural y rico en monumentos, se encuentra a los pies pie del castillo-fortaleza de Aracena - construido a mediados del siglo XIII- y también sobre la cima de la montaña, encontramos la iglesia más antigua, la de Nuestra Señora del Mayor Dolor, que conserva el alminar de su antigua mezquita.

Y justo debajo de ambas construcciones, en las entrañas de la tierra , Aracena descubre a los visitantes la Gruta de las Maravillas , descubierta a finales del siglo XIX, que destaca por la extensión de sus lagos, la variedad de formaciones, y la longitud de su desarrollo y la convierten en uno de los complejos kársticos más bellos y mejor conservados a nivel mundial . En una ruta por su patrimonio histórico nos lleva también al Cabildo , las iglesias mudéjares o los lavaderos de la Fuente del Concejo. Además, podemos visitar el Museo del Jamón .

En el término de Aroche, que da también nombre a la Sierra onubense, se localizan dos de los parajes naturales de gran valor ecológico, Las Peñas y Sierra Pelada y Rivera del Aserrador , por acoger especies vegetales y servir de refugio de aves como el buitre negro o la cigüeña e incluso águilas .

Aroche se presenta rodeada de dehesas de encinares y una gran masa forestal , tierras por las que discurren las riberas del Chanza y la Alcalaboza, dibujando paisajes que parecen hechos para ser paseados .

Mientras, en el pueblo, cuyo casco histórico está declarado Conjunto Histórico, recorrer sus calles se convierte en toda una experiencia cultural en la que nos encontramos con elementos de referencia indiscutible para conocer su pasado y su presente, como son el castillo islámico , la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la muralla artillera del siglo XVII , La Almena , y las casas señoriales de la población.

Aquí, tenemos también un Museo del Rosario , en el que se pueden observar más de 2.000 piezas de todos los materiales imaginables.

Castaño del Robledo ocupa las zonas más altas de la Sierra onubense, por encima de los 700 metros sobre el nivel del mar, con un clima que favorece el desarrollo de especies vegetales frondosas – como la de su mismo nombre, con más de 4.000 hectáreas- que llenan su término municipal, junto a riachuelos y barrancos , y que le permite ofrecer noches agradables incluso en el verano .

Castaño aparece como punto de unión entre las poblaciones que la rodean, lo que se hace visible en el urbanismo de su casco urbano - reconocido como Bien de Interés Cultural – con la confluencia de los caminos a Jabugo, Santa Ana la Real, Alájar, Fuenteheridos y Galaroza.

Al pasear por sus calles, nos encontramos con referentes de su arquitectura civil y religiosa , como su caserío, con inmuebles levantados a partir del Renacimiento, fuentes públicas y una plaza de toros abandonada fechada a mediados del siglo XIX. En el capítulo religioso, las iglesias de Santiago el Mayor o Apóstol y la iglesia Inacabada, del siglo XVIII y que nunca se terminó, mientras a la salida del pueblo encontramos humilladeros, datados en algunos casos en el XVIII, desde donde recorrer su territorio.

La historia de Galaroza , cuyo nombre pudiera proceder de Al-Aroza - El Valle de la Novia - tras las ocupaciones musulmanas, está ligada al agua , que riega las fértiles huertas que encontramos en los alrededores del pueblo serrano.

Referente y símbolo es la popular Fuente de Nuestra Señora del Carmen o de los Doce Caños , que recibe el agua que baja desde el Cerro de Santa Brígida , y ha sido punto de encuentro con el paso de los años para los vecinos, que venían recogerla para beber o a bien a lavar la ropa. Además, la fuente es el kilómetro cero de la popular fiesta de Los Jarritos – interrumpida por la pandemia- en la que la población local y los visitantes se remojan a golpe de cubos(jarros con las aguas que sirven las fuentes del pueblo.

Con un núcleo catalogado de Conjunto Histórico por sus valores históricos, monumentales , etnográficos, y medioambientales, pueden visitarse distintas ermitas e iglesias, además de las populares Pizarrillas, un pequeño monumento que representa una cruz sobre un pedestal adornada con cuatro faroles en el que se celebran las Cruces de Mayo.