Cinco pueblos de Huelva donde perderte en invierno

Uno de los destinos más populares en lo que al turismo rural se refiere lo encontramos en la Sierra de Aracena y Picos de Aroch e. La maleza es abrupta por allá, la tierra del cerdo y del jamón, con pueblos que han hecho de este producto su bandera en las principales exposiciones del mundo. Su patrimonio paisajístico y sus fuentes, las ermitas que se esconden entre encinas y las lomas que concentran para nublar el horizonte forman parte del entorno. Una parada imprescindible es Aracena . Y, una vez allí, hemos de mencionar algunos puntos que bajo ningún concepto se pueden escapar. El castillo, relacionado con los templarios, y la Gruta de las Maravillas, en la que el agua se descubre turquesa y el techo rompe a llorar lágrimas de piedra. También el mirador que extiende sus vistas entre las copas de los árboles y su casco urbano, de un entramado complejo, también merecen su inclusión.

A pocos kilómetros de allí, Cumbres de Enmedi o, entre las altas y las bajas, parece una mancha sutil en el mapa. El más pequeño de los pueblos de Huelva , o el de menor población, menos de 50 habitantes, ofrece pocas dudas. Un bar, tres calles, una iglesia. Carnes para conquistar el paladar más exigente y, sobre todo, recogimiento. Unas casas rurales, Campañas de Buffalos, que así se llaman, nos ofrecen una alternativa para hospedarnos.

Por último, también ubicado en este parque natural, de 186 827 ha. de extensión, Galaroza es uno de los que se lleva las más hermosas estampas. Muchos han comprado viejos caseríos por la zona, para tenerlos como segunda vivienda, y le han otorgado algo de alborozo al pueblo. No crea que mucho. Sus paredes encaladas y la Fuente de los Doce Caños, Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción, del siglo XVII, además de un gran número de pequeñas plazas, nos conectan con el pasado de esta población que siempre miró al campo. De costumbres ancestrales que se han heredado de generación en generación.

Otro de los pueblos más singulares de la provincia de Huelva es Sanlúcar de Guadiana . En la frontera con Portugal, dispone de una tirolina con la que viajar al extranjero por unas horas y visitar el municipio de enfrente: Alcoutim. La lluvia golpea esa zona del río, que tiene un tramo navegable del que se benefician una pequeña flota de veleros y lanchas, la iglesia se ubica en el punto más elevado. El paseo marítimo cuenta con apenas unos metros, suficientes para gozar de lo que ese espacio ofrece, y la escena, de todas todas, parece de lo más insólito. Un pueblo desconocido y remoto, alejado de todo y con singularidades que lo hacen único.

El último pueblo que sugerimos, a diferencia del resto, presume de un pasado noble. Niebla , que fue capital de la cora homónima durante el Califato de Córdoba y el centro de la Taifa de Niebla durante los primeros, segundos y terceros reinos de taifas, recibe cada año a cientos de curiosos. Sus murallas, como el puente que cruza el río Tinto, en las puertas de entrada de la ciudad, y el castillo de los Guzmanes , narran en primera persona su carácter histórico. Niebla es, de hecho, la capital histórica de la zona, aunque con el paso de los siglos perdiera entidad. Su pasado, romano, andalusí y cristiano, yace entre los vestigios.