Viajar
Ruta del vino Montilla-Moriles: tradición cordobesa
Enología
Visitas guiadas, catas y paseos por los cultivos de la vid de una denominación a la que están asociadas 60 empresas, entre las que destacan bodegas y restaurantes
LUIS YBARRA RAMÍREZ
Sus inicios, que parten desde el municipio de Montilla en 2001, venían dados por la calidad del producto. El turismo gastronómico crecía con el estreno del siglo XX, mucho más cuando andábamos bien entramos en él y explotaron los fogones por los aires entre programas ... de televisión y estrellas Michelín. El enoturismo, otra tendencia al alza dentro de este contexto, necesitaba de localizaciones concretas en España. Estamos, en este sentido, ante la primera ruta de vino certificada en Andalucía; en este caso, por parte de ACEVIN y la SGT. Una de las más ricas y de mayor atractivo en cuanto al patrimonio que recorre.
La ruta del vino Montilla-Moriles agrupa hasta 60 entidades, entre las que se encuentran bodegas, restaurantes, hoteles y otras empresas relacionadas con el sector, distribuidas en 17 municipios de la provincia cordobesa. Estos son Aguilar de la Frontera, Baena, Cabra, Córdoba, Fernán Núñez, Espejo, La Rambla, Lucena, Montemayor, Montilla, Moriles, Montalbán, Monturque, Castro del Río, Doña Mencía, Santaella y Puente Genil.
Los tipos de vino que se elaboran en esta D.O.P. ofrecen al paladar una paleta de hasta de doce productos, algunos de ellos de reconocida singularidad según enólogos de todo el mundo, como el prestigioso Robert Parker. Entre ellos, los vinos sin crianza, joven y de tinaja, tan frescos, son una puerta de entrada para los menos iniciados. Son vinos amables. Del gusto de cualquiera y, por ello, facilitan el acceso a este pequeño universo de tierra y vid.
También destacan los vinos de crianza biológica bajo velo de flor, el fino, amontillado y palo cortado. Solo en estas condiciones climatológicas, con esta orografía y todos los recursos naturales alrededor de los cuales orbita la tradición de verdaderas joyas de la enología mundial y que únicamente se consiguen del Valle del Guadalquivir permiten las bondades de este vino Oloroso de crianza oxidativa y el vino dulce Pedro Ximénez, elaborado a partir de la uvas pasificadas al Sol de la variedad que da nombre y que supone el verdadero estandarte de la denominación. También, por la zona, cobran un protagonismo especial los vinagres.
Visitas guiadas con catas
Esta ruta, por tanto, trata de mostrar toda la cultura que rodea lo que está antes, durante y después de lo que llevamos a la boca. Destaca, entre una extensa nómina de propuestas en la que se incluyen visitas guiadas, teatralizadas, talleres de formación y paseos por los cultivos, la Experiencia Luxury de la bodega Toro Albalá. Esta incluye la visita guiada por la sala donde reposan las botellas de añadas viejas, el taller de artesanos, la nave de crianzas, la sala de catas y el museo arqueológico privado, en el que se exponen falcatas íberas, máquinas de escribir de finales del siglo XIX, fósiles, reliquias griegas y monedas romanas, entre otros objetos. Además, cómo no, de la cata de tres vinos y dos vinagres elaborados artesanalmente. Uno de los vinos de esta bodega, Palo Cortado viejísimo, data de 1964.
Finalmente, la ruta Montilla-Moriles permite conocer un entorno rural de enorme calidad paisajística y un valor patrimonial e histórico de primer orden. Tal es el caso de Puente Genil, ciudad monumental de gran abolengo flamenco, el barroco que reina en pueblos como Cabra y Lucena a través de sus templos y la propia Córdoba, urbe de rezuma cultura entre almenas, puentes y callejas.
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