Ruta por la espectacular cerrada del río Borosa, en el corazón de la Sierra de Cazorla
Un sendero junto al curso fluvial que atraviesa un estrecho valle kárstico por pasarelas colgantes, muy apropiado para realizarlo en familia, con niños o con perros
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Cerrada de Elías en el río Borosa
Uno de los senderos más visitados dentro del parque natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, en la provincia de Jaén, es el que acompaña hasta su nacimiento al río Borosa, uno de los principales afluentes del Guadalquivir, por un recorrido que ... cuenta con plataformas colgantes que se elevan sobre aguas cristalinas, y que transcurre entre verdes pinares y maravillosas formaciones geológicas, conformando un paisaje fluvial de impresionante belleza.
Piscifactoría truchera
Este recorrido comienza en la piscifactoría truchera, situada al final de una estrecha carretera que sale desde El Centro de Interpretación de La Torre del Vinagre, en carretera A-319, a medio camino entre la localidad de Cazorla y el pantano de El Tranco (km 45). Una vez cruzado el parking habilitado, hay que dirigirse hacia el Centro de Visitantes del río Borosa, desde donde se cruza un puente para empezar la ruta por una ancha pista forestal.
El agua es protagonista en todo el recorrido acompañando al visitante no sólo en los pequeños manantiales de la ladera, uno de ellos va a desembocar a la Fuente de los Astilleros, sino también en el espectáculo del propio río Borosa, que va creciendo con el aporte de otros cursos fluviales, como el Arroyo de las Truchas, cuyo caudal repiquetea sobre los pliegues de las rocas, involucrando al viajero en un entorno mágico.
Arroyo de las Truchas
Los Caracolillos
Otro de los puntos de interés del sendero lo constituye la zona conocida como Los Caracolillos, donde se encuentra el puente del mismo nombre, que llevará al visitante a cruzar al lado derecho del curso fluvial. Junto al propio puente, en la ladera del monte se observa una curiosa formación rocosa denominada Pliegue del río Borosa, donde se apreciaban las capas de estratos en forma de caracol, originada con los movimientos telúricos.
La violeta de Cazorla, el narciso más pequeño del mundo
Antes de adentrarse en la Cerrada de Elías, el excursionista disfrutará en este punto de una flora mediterránea excepcional, con una larga lista de plantas entre las que destacan cornicabras, enebros, parras silvestres, encinas, lentiscos y, romero, en una zona también repleta de especies exclusivas como la violeta de Cazorla, que está considerada como el narciso más pequeño del mundo.
Al comenzar el encajonamiento del río, donde la cerrada alcanza su máxima estrechez, con apenas dos metros de una pared a otra, el ecosistema mediterráneo cambia bruscamente, y se asemeja más al del trópico. El alto índice de humedad del cañón propicia el crecimiento en las paredes de una vegetación singular de helechos como el culantrillo y plantas increíbles como la carnívora pingüícula, que produce una sustancia pegajosa que atrapa a los insectos.
Estrecho valle kárstico
La travesía por la Cerrada de Elías constituye el tramo más atractivo de la ruta, en el que destacan las aguas cristalinas con tonos verdosos que bajan rápidas lamiendo las orillas rocosas. Aquí, el visitante realiza el recorrido por unas pasarelas colgantes de madera que le permiten recrearse en el espectacular desfiladero y en la bajada caprichosa de las aguas por el estrecho cauce, disfrutando de un paisaje único, de gran riqueza geológica, vegetal y visual.
En este paraje, la incisión fluvial del río Borosa en las rocas calizas produce el fuerte encajamiento del cauce, generando un estrecho valle kárstico con paredes verticales de más de 10 m de altura y unos 400 m de longitud. Esta espectacular garganta puede atravesarse sin dificultad sobre las plataformas de madera que se encuentran suspendidas sobre las paredes del desfiladero a varios metros sobre el agua.
Cerrada de Elías
Tras finalizar el recorrido por la Cerrada de Elías y retomar la senda forestal, el excursionista llegará a la fuente de Huelga Nidillo tras 6 kilómetros de camino desde el inicio, el lugar perfecto para descansar, recobrar fuerzas y reponer agua. En distintos puntos punto del recorrido hay pozas y piscinas naturales en el río en las que refrescarse durante la época estival, siempre extremando las precauciones.
Con este paseo por la garganta, concluye la primera opción de la ruta, por un camino muy frecuentado de unos 7 kilómetros en total (2 horas/ ida y vuelta), muy apropiado para realizarlo en familia, con niños o con perros. La otra opción es un tramo de 22 km /ida y vuelta hasta el nacimiento del río Borosa, un trayecto más exigente y con mucho atractivo paisajístico, que la mayoría de visitantes aplazan para realizarlo en otra época menos calurosa.
Laguna de Aguas Negras, cuna del Borosa
Para los senderistas más avezados, el siguiente tramo comienza en la central hidroeléctrica, para continuar en la cascada del Salto de Órganos, que con 60 metros de caída es otra de las estampas bonitas del sendero. En el camino, hay que atravesar dos túneles por los que discurre el agua hasta la central eléctrica. El primero desemboca en una pradera y el segundo se encuentra muy cerca de la Laguna de Aguas Negras, lugar donde nace el río Borosa.