Estos son los pueblos más bonitos de Andalucía para visitar en febrero

Por eso, ya sea porque te apetece hacer una escapada de invierno, porque quieres sorprender a tu pareja o tal vez porque vas a disfrutar del puente de Andalucía con amigos y no sabes a dónde ir... Desde ABC de Sevilla te dejamos una pequeña recomendación de algunos de los pueblos más bonitos de la comunidad andaluza, para que este mes de febrero se convierta en esa salida de la rutina que tanto necesitas.

Considerado uno de los '100 pueblos más bonitos de España' por National Geographic , Frigiliana es uno de los lugares más atractivos para ir en esta época del año y disfrutar de su tradición, paisajes y gastronomía.

Se encuentra ubicado en Málaga, concretamente en la comarca de Axarquía, en el Parque Natural de las sierras de Almijara, Tejeda y Alhama, lo que hace que su entorno sea de ensueño. La historia reciente de este 'pueblo blanco' se remonta a su origen musulmán entre los siglos IX y X, años en los que se levantó su famosa fortaleza, de la que ya no hay rastro, y alrededor de la cual se fue construyendo el resto del pueblo hasta convertirse en lo que es hoy en día.

Para hacer turismo en Frigiliana puedes empezar por visitar su casco antiguo, que ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico, y su origen es morisco-mudéjar. Está muy bien conservado, popularmente se le conoce como Barribartro y en él se pueden apreciar sus estrecha calles que te hacen viajar en el tiempo, sus fachadas blancas típicas de Andalucía y su arquitectura.

Para seguir tu camino por este pequeño pueblo malagueño, una buena opción es visitar la sede de la fábrica de miel de caña de Nuestra Señora del Carmen, mejor conocida como 'El Ingenio' y que es la única de Europa. Por otra parte, otros puntos de interés para ver en el pueblo son la ermita del Ecce Homo, conocida también como ermita del Santo Cristo de la Caña, y la iglesia de San Antonio de Padua, que data del siglo XVII.

Sin embargo, los paisajes que te dejarán sin palabras no solo están en el pueblo, sino también a las afueras de él, donde podrás disfrutar haciendo senderismo por los numerosos senderos y caminos que lo rodean. Además, Frigiliana cuenta con un lugar donde el tiempo parece pararse por completo: la aldea abandonada de 'El Acebuchal'.

A unos ocho kilómetros del pueblo podrás descubrir este lugar mágico al que solo se puede acceder por un camino de tierra. El auge del turismo rural en estos últimos años ha hecho que se haya convertido en uno de los lugares más visitados de esta zona, y por esa razón, han rehabilitado muchas casas de la aldea, convirtiéndolas en casas rurales de fachada blanca y flores en sus balcones. Además también cuenta con un restaurante: 'El Acebuchal'.

En este mes de febrero el tiempo también te acompañará si vas a Frigiliana, ya que la temperatura máxima que se suele alcanzar es de 15 grados centígrados y la mínima de 7, lo que hace una media de unos 10,5 grados centígrados.

Este pueblo, que se encuentra a unos 30 minutos en coche de Ronda, en Málaga, está totalmente pintado de azul. Sin embargo y aunque ahora sea muy conocido, no dio su salto a la fama hasta el año 2011, momento en el que la productora Sony Picture lo eligió para promocionar la película de 'Los Pitufos'.

Con esta premisa tan curiosa y divertida, no es de extrañar que en Júzcar haya muchas actividades para hacer y sitios bonitos para ver. Por ejemplo, si te apetece empezar con algo distendido puedes hacer la ruta de los 14 grafitis sobre los pitufos que hay por todo el pueblo. La ruta está pensada para que se haga como un juego, en una parte del pueblo se te mostrará el mapa con el lugar exacto dónde están el resto de grafitis, si vas siguiendo el orden y escaneas los códigos QR que tienen cada uno de ellos, podrás descubrir el mensaje final que esconde.

Otra actividad muy divertida para hacer con niños puede ser la ruta de aventuras de Los Pitufos. En ella encontrarás diferentes atracciones como tirolinas, rocódromos o camas elásticas, entre otras cosas.

Si lo que te apetece es un plan más tranquilo también puedes optar por ir a alguno de estos miradores y disfrutar de las vistas que ofrece este pequeño pueblo azul:

1. El mirador La Torrichela (donde está la estatua de Papa Pitufo): dirección: C/Avd. Havaral

3. Mirador San José: dirección: C/San José

4. Mirador Las Zuas: dirección: Carretera Júzcar – Faraján km 0,4

5. Mirador El Molino: dirección: C/Los Molinos

Los alrededores del pueblo también cuentan con diversas rutas para hacer senderismo como la de Moclón, Los Molinos o Los Riscos, entre muchas otras. Y si a mitad del día lo que te apetece es parar a comer en algún lugar, el Restaurante la bodega del balondero, el Bar Torricheli y el Bar Parriba Pabajo son tres grandes opciones.

Montefrío es el clásico pueblo que aparece en todas las revistas de viajes recomendados, hasta el propio National Geographic sigue incluyéndolo cada año entre los lugares más bonitos para visitar. De hecho, el pueblo cuenta con la estructura que representa el logotipo de la revista en uno de sus miradores.

¿Pero qué hace tan especial a este pueblo de Granada? Son muchas las cosas que se podrían decir de él, desde su arquitectura tradicional andaluza con las casas blancas por doquier, pasando por su increíble entorno y orografía que dejan sin respiración a cualquiera que decida pasarse a verlo, hasta el calor de su gente, razón por la que más de uno se queda más tiempo del previsto en el pueblo.

Una de las mayores curiosidades de este pueblo, es que tras la promoción que le dio National Geographic, un montón de extranjeros se acercaron a visitarlo, pero los japoneses lo hicieron con especial afluencia. Nuestros amigos asiáticos han elegido más de una vez a Montefrío como el lugar idílico para contraer matrimonio.

El castillo árabe y la iglesia cristiana erigidos sobre esa gran peña que se vislumbra al horizonte de las fotografías, tienen un recorrido en su interior que en nada desmerecen un caminar sin prisa de un pueblo donde, que como en todo buen pueblo, el tiempo parece pararse.

Para comer hay buenos restaurantes como Curro Lucena, Coronichi o La Alacena, entre muchos otros.

Este pueblo gaditano es el mejor destino «secreto» de Europa, según European Best Destinations, pertenece a la Asociación de pueblos más bonitos de España y por si fuera poco, su conjunto histórico es Bien de Interés Cultural.

Y no es para menos, Setenil está ubicado en un cañón gracias a la erosión del río Guadalpurcón. Por esta razón, el pueblo está dividido en dos partes y el río ha formado él solo las grandes rocas que lo atraviesan. Precisamente ese es su gran encanto.

El pueblo está lleno de miradores y recovecos que te dejarán sin palabras, como por ejemplo, sus dos calles más famosas: la Calle Cuevas de Sol, en la que el sol es una constante, sobre todo a mediodía, y la Calle Cuevas de Sombra, donde el sol no da ni por asomo, ya que las rocas hacen una especie de pasadizo; en verano esta calle es la mejor para resguardarse del calor.

Entre los lugares que merece la pena visitar en este pueblo está La Plaza de Andalucía. En ella se encuentra el Ayuntamiento de Setenil de las Bodegas y la Oficina de Turismo, y si necesitas tomarte algo porque se te hace larga la subida, también está llena de bares.

Otro de los grandes atractivos de este pueblo gaditano es el Torreón. Este edifico se remonta a la época de los Reyes Católicos, en la que la conquista de la ciudad fue fundamental para recuperar Granada.

Sin embargo, la conquista no fue algo fácil de conseguir y les costó hasta siete asedios lograrla. Por eso el nombre de Setenil viene de «Septem nihil», que significa siete veces nada. Siete veces que intentaron conquistar el pueblo y se fueron con las manos vacías.

Los mejores lugares para comer en el pueblo suelen estar en la calle Cuevas de Sol, como por ejemplo: el Bar Fresquito,La Bodeguita, o La Tasca.

También es recomendable visitar algunos miradores como el Lizón, el mirador del Carmen o el mirador de Evelyn, entre otros.

Este pueblo cordobés es el típico pueblo de casas blancas y macetas con flores de colores que une la actualidad de Andalucía con su origen árabe.

No por nada se le conoce como la «Joya del Barroco Cordobés» y la «Ciudad del Agua», haciendo alusión a sus impresionantes iglesias del barroco andaluz más tradicional y a sus múltiples fuentes.

Uno de sus barrios más bonitos es el de la Villa, declarado Conjunto Histórico – Artístico, es el verdadero corazón de Priego, con sus estrechas y sinuosas calles inundadas de macetas con flores que contrastan con las fachadas blancas como la cal. Si te has enamorado en algún momento de el Albaicín en Granada o la Judería en Córdoba, Priego es muy parecido pero en miniatura.

Es muy importante que no te vayas de este pueblo sin haber vivido la experiencia de pisar su mirador en la calle Adarve, que muestra unas vistas espectaculares de la Subbética Cordobesa y su mar de olivos. Otro de los lugares de parada obligatoria en Priego es el viejo mercado de carne.

Si caminas por la Calle Río, esta te llevará del centro a las fuentes más curiosas que ver en Priego, la del Rey y la de la Salud, a través de un discurrir de casas palaciegas del esplendor barroco de la villa. Merece la pena detenerse a observar los detalles de estas residencias del siglo XIX, con columnas, lujosos pórticos, rejerías, etc.

Y sobre todo, antes de irte de esta maravilla de pueblo, tienes que probar uno de sus aceites, considerado uno de los mejores del mundo y de más prestigio. Los más valorados son Rincón de la Subbética, Knolive y Venta del Barón.

Para terminar el día puedes comer o cenar en el restaurante El Aljibe, muy recomendado por la mayoría de turistas que se enamoran de este pueblo cordobés.

Soportújar se encuentra a casi mil metros de altura, en plena Alpujarra Granadina. Cuenta la leyenda, que este pequeño pueblo de montaña fue elegido por brujas, hechiceros y nigromantes para realizar sus reuniones secretas. La realidad nos cuenta que Soportújar, tras la reconquista, fue repoblada con migraciones de gallegos que llevaron hasta él sus historias de meigas y leyendas paganas.

Fue tiempo después cuando, como una gran estrategia de marketing y llamada para los turistas, este pueblo granadino saltó a la fama. Y no es para menos, en él te envolverá la magia de la leyenda y la tranquilidad de su entorno.

Una de las primeras cosas que verás al llegar a Soportújar será la enorme cabeza de la Bruja Baba Yaga, una bruja nórdica que te mira fijamente con sus ojos azules. Está a la entrada del pueblo en una zona arbolada con una caída de agua al fondo.

Pero si de verdad quieres ver con perspectiva todo el potencial de este curioso pueblo, no te puedes perder el Mirador del Aquelarre, desde donde no solo podrás admirar una panorámica preciosa del pueblo y del entorno, sino que lo harás en compañía de unos cuantos símbolos relacionados con las brujas. Como el típico gorro de punta, un gato negro, un caldero con poción mágica, un libro de conjuros y una calavera. También hay una casa-cueva que esconde una sorpresa en su interior.

Además, podrás comprobar por ti mismo que en Soportújar está la calle más estrecha de España: la Calle Zanjilla.

Si lo que buscas es un lugar para comer en este pueblo, uno de los más recomendados es La Taberna Romero, que no deja de lado la temática de brujas, una constante en el pueblo más curioso y mágico de Granada.