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Los pueblos blancos más bonitos de Cádiz

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Cinco reclamos del turismo rural en todo el mundo: gastronomía, sierra, paisajes, cuevas y templos entre paredes encaladas

Vistas al pueblo de Grazalema, en el corazón del parque natural ABC

Luis ybarra ramírez

Cantaba La Paquera de Jerez, que no nació en ninguna de estas poblaciones blancas, aunque sí cerca: «Vámonos para los pueblos, que en cada pueblo de España, hay una torre y un sueño. Vámonos, vámonos». En la provincia de Cádiz, se plantea un gozoso problema: ... elegir. Esta ruta, que debe su nombre a las paredes que lucen encaladas desde el siglo XIX para combatir el calor y desinfectar las viviendas, recorre diecinueve puntos de máximo interés.

La tarea, por tanto, está en elegir cinco de todos los que la componen, enclavados en la naturaleza, rezumando costumbrismo e historia y, cada uno de ellos, con un sinfín de particularidades: Arcos de la Frontera, Bornos, Espera, Villamartín, Algodonales, El Gastor, Olvera, Torre-Alháquime, Setenil de las Bodegas, Alcalá del Valle, Prado del Rey, El Bosque, Ubrique, Benaocaz, Villaluenga del Rosario, Grazalema, Benamahoma, Zahara de la Sierra y Algar.

Setenil de las Bodegas

Por las curiosas formaciones geológicas, la amplia oferta gastronómica y la belleza extrema del lugar, Setenil de las Bodegas representa parte de lo mejor de cada uno de ellos. Un sinfín de revistas ha protagonizado este municipio de menos de 3.000 habitantes. En algunas zonas, tanto ha avanzado la montaña en la que se ubica, en pleno Parque de la Sierra de Grazalema, que se ha convertido en un techo espontáneo y natural.

Setenil de las Bodegas abc

Los miradores, como las ramas, crecen por las calles, que a su vez se encuentran atravesadas por el río Trejo. Declarado Conjunto Histórico, también por su castillo y las iglesias, es una parada con encanto que atrae a turistas a lo largo de todas las estaciones.

Grazalema

Otra de las joyas de este parque es la que se lleva su nombre: Grazalema. En invierno, a menudo, la nieve cubre las proximidades, además de sus calles y plazas, que se antojan presumidas por todo el entramado. Una red de rutas para practicar senderismo, por riachuelos, peñas y puentes, la circundan. Y la flora y la fauna van siendo testigos del cambio del color del campo a medida que avanzan los meses.

Pueblo de artesanía y alforjas, con tradiciones muy arraigadas, como la romería y la velada del Carmen, también dulces, como el amarguillo y los bollos de almendras, sopas con sabor a matanza al fresco y rincones que merecen la simple contemplación, como los de la plaza del ayuntamiento, la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, el museo textil de la manta y la iglesia de San Juan, Grazalema también es uno de los destinos más populares entre los pueblos blancos.

Villaluenga del Rosario

Más desconocida resulta, qué duda cabe, Villaluenga del Rosario, refugio de bandoleros durante el siglo XIX que luce sobrecargada de romanticismo. Tiene menos de 500 vecinos. Una plaza de toros construida con piedra local, del siglo XVIII; el ayuntamiento y la iglesia de San Miguel, ambas de estilo barroco; y fuentes y ermitas que representan la arquitectura popular.

Cementerio de Villaluenga del Rosario ABC

También, cómo no, hemos de hacer mención a los vestigios del templo del Salvador, que dan lugar a uno de los cementerios más singulares de España, entre ruinas, y abierto al cielo, el Museo del Queso y los aledaños serranos: cuevas, grutas e, incluso, pinturas rupestres.

Zahara de la Sierra

Coronada por una mañana que echa la vista hacia el confín, en los meses de temperaturas más altas, muchos optan por Zahara de la Sierra, cuyo embalse, de tonos turquesas, acoge un buen número de actividades, como el piragüismo.

Zahara de la Sierra ABC

Asimismo, declarado Bien de Interés Cultural, sus monumentos cuentan historias de guerras, invasiones y reconquistas. Por ejemplo, la Puerta de la Villa Medieval de Zahara, fue destruida el 25 de agosto de 1812 por los franceses después de ser expulsados. La torre de homenaje del castillo, en la parte superior, la iglesia de Santa María de la Mesa y el lavadero municipal merecen una visita.

Arcos de la Frontera

La propuesta cultural que ofrece Arcos de la Frontera, por sus dimensiones, es superior a los anteriores pueblos blancos. Dada su localización estratégica y sus servicios, acumula una población de más de 30.000 personas. A pesar de ello, su carácter, alegre y recogido, invita al turismo rural en su estado más primigenio.

Iglesia de estilo gótico en Arcos de la Frontera ABC

El yacimiento arqueológico romano Sierra de Aznar, las casas palacio, sus empedrados y monumentos concretos, como la Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción, hermosísima, con detalles mudéjares, renacentistas, barrocos y, sobre todo, góticos, que le dieron la forma definitiva tras intensas remodelaciones, hacen de esta tierra una meta excelsa. Tierra de flamenco y tabernas, de hoteles con encanto, como el Cortijo Bablou y puertas que nos conectan con el mundo árabe.

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