El pueblo romano-árabe de Andalucía que tiene un balneario natural de aguas calientes
Alhama de Granada, bien comunicada con la capital y también con la costa de Málaga, ofrece monumentales vistas y un casco urbano que conserva su esencia
Las termas, que frecuentan centenares de visitantes buscando sus beneficios para la salud, las usaron los nazaríes y, antes aún, Plinio el Viejo
Escapada al balneario de Lanjarón: ofertas, hoteles y programas termales
Granada
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Iniciar sesiónAlhama de Granada es precioso, sin duda uno de los rincones más bonitos de la provincia. Dista unos 60 kilómetros de la capital y, ahora que está en marcha la variante de Moraleda de Zafayona, se cubre la distancia entre uno y otro ... sitio en poco más de media hora, así que verla es una oportunidad estupenda para todo el que haya acudido a Granada algunos días. Y por cierto, tampoco queda muy lejos de la costa: Vélez Málaga está a 40 kilómetros.
Está bien comunicada, pero no masificada. Mantiene una esencia de pueblo de unos cinco mil habitantes y con casas blancas, un pueblo casi colgado de un barranco, como el de la canción de Joan Manuel Serrat. De dos, para ser más precisos: el del arroyo del Salar y el de Espantaperros.
Son, junto al tajo de Alhama, sobre el río del mismo nombre, consecuencia de la erosión del terreno durante miles de años, que ha dibujado un paisaje kárstico que es admirable desde arriba -los precipicios llegan a medir cien metros- y también desde abajo, para todo aquel con un poquito de espíritu de aventura y ganas de hacer senderismo.
El balneario es sin duda uno de sus alicientes, pero no es cuestión de precipitarse. Antes de acercarse, conviene a pasear por el casco antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico, descubrir los retales que se conservan de la época de dominación almohade y nazarí, o admirar la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, que mandaron construir los Reyes Católicos en 1505 y que combina elementos renacentistas y barrocos.
Un lugar de leyenda
Muchos allí la conocen, así que el viajero puede pedirle por favor a algún local que le cuente la leyenda del Salto del Caballo, que más o menos es ésta: se dice que el 2 de agosto del año 1500, un hombre viajaba a caballo desde Málaga y que al pasar por la Huerta del Cañón, tuvo un accidente. Su montura, asustada al ver a una culebra, se espantó y cayó por un precipicio.
El caballero pensó que le había llegado su hora y pidió a la Virgen tiempo para morir como cristiano. Sus plegarias fueron escuchadas porque, aunque él también cayó por el precipicio, se salvó. Quedó sin sentido y, al recuperarlo, vio una imagen de la Virgen justo enfrente, en el hueco de una roca. Ella le anunció que le quedaban tres días de vida y le pidió que le hiciera un altar en la zona.
Como era un hombre adinerado, sufragó la construcción de una ermita. Al año siguiente se pudo colocar en ella la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles y también una cruz en el sitio donde se despeñó su montura, de ahí el nombre de Salto del Caballo.
Vamos al balneario: a un par de kilómetros del pueblo se ubica uno de los más atractivos de la provincia. Y hay varios, ojo: en Alicún de Ortega, Zújar o Cortes y Graena, además del conocidísimo de Lanjarón, cientos de personas acuden a relajarse y disfrutar de sus ventajas para la salud.
Situándonos en Alhama, allí se conservan unos baños del siglo XII, lo que demuestra que los musulmanes los utilizaban. Es un lugar donde se respira tranquilidad y en el que abunda la vegetación. Desde principios del siglo XIX lo frecuentan sobre todo personas mayores que se cuidan en esas aguas termales de enfermedades como el reúma o la artrosis.
Sin embargo, varios estudiosos han coincidido en que el balneario ya se utilizaba en los tiempos de los romanos, y es algo que atestiguan varios vestigios encontrados en la zona. En esos baños estuvo, por ejemplo, Plinio el Viejo. Y el pueblo, por su parte, ya tenía gran importancia estrategia y era transitado; obras como el puente romano o la calzada lo demuestran.
También destaca Alhama de Granada por su gastronomía. En invierno es muy apetecible un plato de cuchara presidido por los garbanzos, producto típico local. Y es curioso pero Alhama cuenta con una uva tinta autóctona, la rome, con la que algunos valientes hacen un vino muy peculiar. Hay que precisar que la uva no es del todo autóctona, porque también crece en la cercana comarca de la Axarquía, en la provincia de Málaga.
Que, como ya se ha dicho, está cerca: basta atravesar el llamado boquete de Zafarraya, una suerte de desfiladero que, conforme se va bajando por una carretera sinuosa -ojalá no le pillen camiones delante, es un verdadero inconveniente- ofrece unas vistas del Mediterráneo de las que no se olvidan.
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