La playa con aguas turquesas a la que hay que ir sí o sí: está en uno de los pueblos más bonitos de Andalucía

Aunque su playa no figura entre las más conocidas del parque, Las Negras es un destino muy buscado por quienes desean alojarse en el corazón del Cabo de Gata y explorar sus rincones escondidos. Su ubicación es privilegiada: desde aquí se accede a algunas de las calas más hermosas y menos accesibles del litoral almeriense. La más emblemática de todas ellas es, sin duda, la Cala San Pedro, una playa de aguas turquesas y arena blanca que bien podría compararse con cualquier paraíso tropical.

Llegar a Cala San Pedro no es tarea fácil, y quizá ahí reside gran parte de su encanto. El camino a pie comienza en el extremo izquierdo del pueblo y recorre más de tres kilómetros de sendero de tierra. Para senderistas más expertos, es posible iniciar la ruta desde la cortijada del Estanquillo o incluso acercarse en vehículo hasta el aparcamiento de San Pedro, si se está dispuesto a asumir el mal estado del camino. Eso sí, es importante tener en cuenta que el sendero no es apto para todo el mundo. Un camino estrecho, con algunos tramos junto a acantilados, y puede resultar peligroso para niños o personas con vértigo. Otra opción es llegar por mar, aunque en verano las restricciones de navegación complican esta alternativa.

Sin duda, el esfuerzo tiene recompensa. Al llegar a la cala, el visitante se encuentra con un paisaje de ensueño con una franja de arena fina y clara, aguas cristalinas con tonos turquesas, y un entorno rodeado de colinas semidesérticas. La playa tiene unos 250 metros de largo, aunque también se puede acceder a sus extremos rocosos que son ideales para practicar buceo.

Cala San Pedro no solo destaca por su belleza natural. Aquí habita desde hace años una comunidad alternativa, conocida popularmente como los 'hippies del parque', que viven de forma autosuficiente, en armonía con el entorno. Han construido sus casas con materiales del lugar, cultivan huertos gracias a una fuente de agua natural, y elaboran productos artesanales que luego venden a los visitantes como collares, pulseras, piezas de cuero o conchas marinas.

El pasado también tiene su espacio en la cala. Allí se alza el Castillo de San Pedro, una antigua fortificación del siglo XVI levantada sobre una estructura musulmana anterior. Aunque está en ruinas y en manos privadas, aún conserva parte de su estructura y recuerda la función defensiva que tuvo durante siglos.

Las Negras, con su mezcla de tradición pesquera, turismo tranquilo y vida alternativa, es mucho más que un destino de verano. Es la puerta de entrada a uno de los rincones más mágicos del litoral andaluz, donde naturaleza, historia y vida alternativa conviven junto a una playa de ensueño que hay que visitar al menos una vez en la vida.