Huelva emerge como el destino total

El turismo es uno de los pilares del enorme crecimiento socioeconómico que está experimentando la ciudad. El Ayuntamiento de la capital ha hecho una apuesta sin precedentes para potenciar todos sus recursos turísticos. Prueba de ello es el trabajo realizado durante el último año para recuperar e integrar los restos arqueológicos que confirman a Huelva como la ciudad más antigua de Occidente en el entorno de su plaza de San Pedro, la recuperación de espacios singulares como la Plaza de la Merced que permite descubrir en todos su esplender la catedral del mismo nombre, la rehabilitación del antiguo Mercado de Santa Fe con una cúpula metálica única en el mundo o los proyectos en marcha para integrar la ciudad en la Ría de forma definitiva.

La oferta turística onubense está íntimamente ligada a sus raíces, a su esencia. Brota de su rico pasado para proyectarse al futuro. Junto a la recuperación de restos arqueológicos hay una firme defensa del legado británico que se define por la unión de los dos tramos del Muelle de Riotinto a cargo del Puerto, con el objetivo de recuperar la imagen original, la mayor rehabilitación de los últimos 20 años de la Casa Colón con el objetivo de convertirla en epicentro de la actividad turística onubense y la Feria del Legado Británico, que tras una primera edición exitosa ha llegado para quedarse como una cita fija en el calendario de los amantes de la cultura y las fiestas de época.

Huelva es un descubrimiento constante. La ciudad con más horas de luz de Europa regala un clima amable durante gran parte del año y un casco urbano pensado para facilitar los paseos. Una ciudad que esconde tesoros de enorme valor como el Centro de la Comunicación Jesús Hermida, revitalizado por el Ayuntamiento para convertirlo en un activo turístico.

2025 será además un año muy especial para Huelva. La ciudad acogerá en septiembre una procesión Magna Mariana, donde participará la mayor parte de las vírgenes coronadas de la provincia en un espectáculo cofrade sin precedentes. Un acontecimiento que convertirá a la onubense en la capital mariana de España. Pero hay mucho más. Será el año del centenario de la Copa del Rey de Tenis, torneo más antiguo del calendario nacional.

Y si la seducción depende del estómago, la gastronomía onubense es la combinación de los productos más exquisitos con la maestría de quienes llevan toda la vida cocinándolos. El mejor jamón y derivados del cerdo ibérico, la gamba blanca y el pescado recién sacado del mar, los frutos rojos como estandarte de una rica agricultura en los fogones de profesionales de la hostelería y la restauración, son los cimientos de una oferta de bares y restaurantes donde disfrutar de los sabores que provee la mejor despensa del país.

Hablamos de la ciudad más antigua de occidente, la preferida por las más antiguas civilizaciones para asentarse entre dos ríos, que no son el Tigris y el Éufrates, sino la desembocadura del Tinto y el Odiel, símbolos de la fertilidad y mentores de la historia de una tierra abierta que, desde los Tartessos, no ha dejado de acoger culturas, conformando un mosaico donde el que llega se asienta. Riqueza arqueológica bajo los pies, vestigios de quienes se atrevieron a soñar con un nuevo mundo para embarcarse en el descubrimiento de América o el rastro de los decanatos del progreso minero y el juego del fútbol, el tenis o el golf en España gracias a un legado británico que está muy presente en una ciudad con una historia rica, pero sobre todo singular, donde el arte se escribe, se pinta, se diseña y construye, pero especialmente se canta, como cuna del fandango y protector del flamenco, bien inmaterial de la humanidad.

Cultura también al aire libre, en un paraíso natural, un entorno privilegiado, con un alto número de espacios que poseen varias figuras de protección, entre las que destacan Reserva de la Biosfera y Paraje Natural de Interés Nacional. Un término municipal con tesoros ecológicos y protegidos que, sin salir de la ciudad, brindan casi 5.000 hectáreas de zonas húmedas de marismas y playas, afectadas por el régimen de oscilación mareal, donde contemplar los más maravillosos atardeceres que regala esa luz privilegiada, en el balcón del Paseo de la Ría que culmina en la Estatua de Colón y arranca en el Muelle Cargadero de Mineral para empachar de Huelva en apenas unos kilómetros de su fachada al mar.

Al aire libre se celebran además las grandes fiestas tradicionales de la ciudad, con las Colombinas en agosto o la Feria de Otoño en octubre como principales atractivos. La apuesta por consolidar los festejos patronales de La Cinta y San Sebastián se suman en una programación musical donde estrellas de primer nivel se dan cita en conciertos gratuitos para todos.

Y antes de regresar, como en cualquier viaje, la jornada de compras obligatoria por un Centro Comercial Abierto, donde encontrar el trato cercano y familiar de la gente de Huelva, que es en realidad, el principal secreto, la verdadera razón para volver. Porque quien descubre Huelva, siempre regresa.