Las Hafas de Benamaurel, un laberinto de cuevas en el Altiplano granadino

Este impresionante paraje es una muestra del rico patrimonio histórico que ofrece la provincia

Hafas de Benamaurel en Granada ABC

Álvaro Holgado

Granada

Cualquier turista en Granada, si se lo propone, podría ahondar en cualquier etapa de la historia de la humanidad con todas las garantías de palparlas en detalle. Tal es su patrimonio arqueológico que los restos llegan hasta los trogloditas, siendo la comarca de Baza uno ... de los lugares más relevantes en este aspecto.

Una zona que abarca desde el periodo argárico, a la época ibérica, pasando por la romana y árabe. En definitiva, un crisol de culturas siempre reflejado en la tierra granadina y su importancia en el contexto de todas las civilizaciones en la historia de la Península Ibérica.

Un buen ejemplo de ello son las conocidas como hafas de Benamaurel. También llamadas Hafas de la Moraleda o Molarea, se trata ni más ni menos que de un sistema de cuevas conectadas y habitadas en la antigüedad.

Están ubicadas a espaldas del típico barrio troglodita de Alhanda, cuyas cuevas comunican los extremos del cerro, presentando hasta tres pisos de excavaciones. De primeras, lo mejor de la zona para el que la visita, como suele suceder en estas lides, son las vistas, claro.

Existe una vereda habilitada de unos 800 metros, de hecho, que da acceso al paraje de las Hafas y que, precisamente, oficia como mirador y deja una estampa impresionante sobre el lugar.

Fortaleza defensiva

Pero si algo suscitan las hafas de Benamurel son preguntas. El cómo llegaron a hacerse. Según está datado, las cuevas son, en realidad, restos de una fortaleza del siglo XIV formada por cuevas habitadas durante la época almohade.

En suma, se trata de un corte vertical de terreno dividido en dos partes. En la más alta, en vertical, se encuentran las cuevas a las que se accede por la citada vereda. Al llegar a la parte más alta se encuentra el mirador. El corte vertical del terreno se da a orillas del río Guardal. Una estructura, en definitiva, que hace pensar a los historiadores que su objetivo era defensivo. Por eso conectaba con el río. De tal forma que los soldados pudieran coger agua sin ser vistos por las patrullas enemigas.

Desde el mirador, además, se puede disfrutar de este río en todo su esplendor. El espectacular entorno natural, con sus meandros y cañaverales (utilizados para colgar y secar embutidos de matanza), sus acequias históricas con su vegetación característica. Al frente, al otro lado de la vega, queda el barrio de las Cuevas de San Marcos al pie de secanos y espartizales.

Además de la hafas almohades, la zona del Altiplano, en concreto de Benamaurel, es un lugar magnífico para conocer una vertiente distinta de lo que fueron los tiempos de los árabes en Granada.

Uno de los mejores momentos para visitarlo y alojarse unos días, con posibilidad de hacerlo en una vivienda-cueva, es, de hecho, durante las tradicionales fiestas de Moros y Cristianos, que se celebran en el último fin de semana de abril. En estas fiestas se reúnen miles de personas en torno a la patrona del pueblo, la Virgen de la Cabeza.

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