No es Florencia: esta es la cripta secreta de una iglesia de Córdoba que parece de cuento

La cripta, situada en el lado izquierdo de esta iglesia parroquial, es un ejemplo sublime del barroco cordobés. Su construcción comenzó en 1772, partiendo de una capilla sacramental preexistente que fue transformada en un vestíbulo de acceso. Este primer espacio rectangular destaca por sus yeserías ornamentales que combinan elementos vegetales y figurativos, dando una sensación de movimiento y dinamismo.

El diseño arquitectónico sorprende al pasar de una planta rectangular a un espacio cuadrado coronado por una cúpula gallonada. Esta transición se logra mediante arcos cóncavos que parecen flotar sobre pilastras igualmente cóncavas. Las pechinas, elegantemente decoradas, sostienen una cornisa que da paso a la media naranja que corona la estancia.

El verdadero corazón de esta cripta es la Capilla del Sagrario, una estancia octogonal rodeada por un pasadizo también octogonal, visible a través de arcos de medio punto. Esta disposición crea un juego visual único, donde la luz natural que entra por las ventanas de la cúpula resalta las decoraciones en yeso.

Estas yeserías, atribuidas al arquitecto y escultor Francisco Javier Pedrajas, son una obra maestra del rococó. En ellas se mezclan figuras de ángeles, querubines, motivos vegetales y animales, junto con representaciones de los Apóstoles. El efecto es casi hipnótico: cada rincón invita a detenerse y admirar la complejidad de los detalles.

En el centro de la capilla se encuentra un tabernáculo de mármol y bronce, creado en 1921 por el escultor montillano Manuel Garnelo y Alda. Este altar, de planta ochavada, está decorado con relieves que representan escenas bíblicas como la Última Cena y la Multiplicación de los Panes. El conjunto es rematado por figuras de ángeles que portan símbolos de la Eucaristía, como espigas de trigo y racimos de uvas.

La autoría de esta impresionante capilla ha sido atribuida a Pedrajas, aunque también se especula que Jerónimo Sánchez de Rueda pudo haber diseñado la traza inicial. Lo que es indiscutible es su valor artístico y patrimonial: en 1932, fue declarada Monumento Nacional, consolidándose como uno de los referentes del barroco en España.

La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, donde se encuentra esta joya, tiene sus propias credenciales históricas. Su construcción comenzó en 1525 en estilo gótico tardío, aunque fue profundamente remodelada en el siglo XVIII para incorporar elementos barrocos. La cúpula oval y las bóvedas de arista son testimonio de este periodo de renovación.

Visitar la cripta es solo el inicio de una experiencia única en Priego de Córdoba. Este encantador municipio ofrece otros tesoros, como la Fuente del Rey, conocida como la «Fontana di Trevi española». Además, el barrio de la Villa, con sus calles estrechas y casas encaladas, invita a perderse en un paseo lleno de encanto.

Para los amantes de la historia romana, Almedinilla, a pocos kilómetros, alberga una de las villas romanas mejor conservadas de la región. Y si buscas una experiencia más inmersiva, prueba una cata de aceite local o disfruta de una cena inspirada en auténticas bacanales romanas.

Si bien la cripta de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción puede recordar a los grandes templos de Italia, su autenticidad y el ambiente casi místico que la envuelve la convierten en un destino único. No hace falta cruzar fronteras para disfrutar de un arte sublime y una arquitectura que parece desafiar el tiempo.

Así que, la próxima vez que planifiques una escapada, piensa en Priego de Córdoba. Aquí, en pleno corazón de Andalucía, te espera una joya que parece de otro mundo.