Descubriendo La Sagra, el nuevo parque natural andaluz en la provincia de Granada
Formado por 70.000 hectáreas, está coronado con la cumbre más alta de Andalucía tras Sierra Nevada

Uno de los pocos bosques de secuoyas de Europa, una de las cumbres más altas del país, la que más solo por detrás de Sierra Nevada en Andalucía, una flora solo localizable en los Pirineos en toda la Península Ibérica...el parque natural de La Sagra lo tiene casi todo para considerarse como uno de los secretos mejor guardados de la provincia de Granada.
El consejo de gobierno andaluz aprobó convertir en un nuevo espacio protegido esta zona de cuento ubicada entre Huéscar y La Puebla de Don Fadrique. 70.000 hectáreas donde los paisajes contrastan entre sí. Desde la estampa esteparia a la vegetación frondosa del bosque de encinas y pinos. Una fauna específica y particular, con las aves como principales protagonistas pero con un amplio abanico de especies habitándola al mismo tiempo.
Allí, entre arboles milenarios y escenarios cambiantes, eso sí, sobresale su pico más alto. La cumbre de La Sagra llega hasta los 2.383 metros de altitud. Pero incluso en ella, ni siquiera como montaña acaba por ser como las demás. Guarda, como casi todo en este parque natural, sus particularidades.
El pico andaluz más alto después de Sierra Nevada

Enclavada a la espalda de las sierras de Cazorla y Segura, La Sagra es un refugio natural donde su montaña se puede divisar a varios kilómetros a la redonda. El 'hermano pequeño' del Mulhacén reina en la cordillera Subbética, siendo el pico más alto a escalar en todo el Altiplano granadino. El paraje llega a alcanzar un desnivel de 931 metros, lo que lo convierte en todo un reto para los montañistas.
Con una doble cima de altura desigual es una cumbre prominente que emerge solitaria entre llanuras y montes de menor altitud. Para hacerse una idea, la única cercana que podría competirle es el pico de la vecina sierra de La Guillimona, con 2064 metros de altitud, con más de 400 metros menos.
Con sus laderas empinadas cubiertas de espesos bosques de pino salgareño, una pista forestal en su parte oeste permite acceder hasta la cima. De lejos, la forma piramidal que dibuja deja una estampa única frente a otras de la misma índole. Para más inri en esto de las particularidades de la montaña de La Sagra, al llegar a la cima viene una nueva sorpresa: allí pueden encontrarse fósiles de especies marinas comoalmejas, bivaldos y similares de hace 25 millones de años. Todo gracias a la orogénesis alpina que actuó en la zona allá por el Pleistoceno.
Bosque de secuoyas

Volviendo a ras de suelo, el peso de los años también se sedimenta allí. Árboles de 150 años, secuoyas, a miles de kilómetros de sus parientes norteamericanos. También en esto el parque natural de La Sagra guarda su singularidad. Las secuoyas tienen una esperanza de vida entre los 1200 y 1800 años. Y este parque tiene treinta gigantescos árboles allí plantados.
Se trata de uno de los pocos bosques de esta naturaleza de existentes en todo el continente. La mayor de ella alcanza los 50 metros de altura y serían necesarias cinco personas con los brazos extendidos para rodear los 7 metros que mide el perímetro de su tronco.
Hay dos variedades: 'Sequoiadendron giganteum' y 'Sequoia sempervirens', aunque los lugareños prefieren un nombre más sencillo y las conocen como 'Las mariantonias'.
Fauna y tierra

Los recovecos de esas miles de hectáreas que componen el parque son casi infinitos. De cada uno de ellos se podría analizar desde un puñado de tierra al amplio abanico de animales que por allí conviven. A nivel geológico, los Lugares de Interés se suceden. Desde el Cañón y las Fuentes del río Guardal o los georrecursos de la propia Sierra de La Sagra, o las cavidades de interés espeleológico como, entre otras, la Cueva del Agua.
En cuanto al patrimonio faunístico, el valor, apuntan los expertos, es sobresaliente. Aves necrófagas, quirópteros, anfibios y reptiles, así como de fauna asociada a los cursos fluviales. Rapaces como el águila real, el halcón peregrino o el buitre leonado. También especies cinegéticas como ciervos, jabalíes, cabras montesas y, desde hace pocos meses, algunos ejemplares de lince ibérico que intentan repoblar la zona.
A ello le acompañan decenas y decenas de especies más, de ellas, casi una veintena de especies diferentes de murciélagos, así como anfibios, reptiles o lepidópteros. Una
Un lugar por descubrir

Las posibilidades, tanto para senderistas como para montañistas, son amplísimas. Pero también para los poco avezados en la naturaleza, que tienen en La Sagra una oportunidad magnífica de adentrarse en ella por completo. Como ejemplo, el espectáculo sonoro de la berrea, el momento de celo de los ciervos machos, se puede observar con prudencia pero de manera bastante explícita en el parque natural.
A elegir, además, una amplia variedad de rutas senderistas, entre las que destacan al Aceral de los Vaquerizos, el Púlpito de la Sagra o, si se busca algo más de tranquilidad y un plan familiar, a los pies de La Sagra se encuentra el Paraje de las Santas. Con un área recreativa en la zona y las aguas del rio Bravatas recorriendo el paraje.
Además, como guinda del pastel, en el parque se encuentra el Observatorio Astronómico, por si fuera poco. Aunque es de propiedad privada, la gestión científica corre a cargo de la Junta. Se encuentra en la cara norte de La Sagra y goza de la zona más oscura y con menos contaminación lumínica de toda la Península.
Con posibilidad de alojamiento y un amplio catálogo de de actividades divulgativas en torno a laastronomía y la astrofísica, se puede disfrutar, ya sea en familia o en pareja, de las excelentes condiciones astronómicas de la zona.
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