Descubre el Corredor verde del Guadiamar, un oasis de vida salvaje que renació de la catástrofe
Veinticinco años después de la tragedia de Aznalcóllar, la zona no sólo sobrevive, sino que constituye un enclave turístico de primer orden en el que poder disfrutar de numerosas actividades en la naturaleza
Esperanza Fuentes
Sevilla
Hace un cuarto de siglo, en 1998, la oscuridad y la destrucción anegaron las aguas del río Guadiamar. La rotura de una balsa de residuos de la mina de Aznalcóllar, en la provincia de Sevilla, convirtió este afluente del Guadalquivir en el ... escenario de la mayor catástrofe ambiental de España hasta la fecha del desastre.
Veinticinco años más tarde, el Guadiamar y todo su entorno es un referente de turismo activo.Un ejemplo de resiliencia (y resistencia) natural que ha sido capaz de transformarse y ser una de las zonas más visitadas por los amantes del ocio en la naturaleza de toda la provincia e, incluso, de la región.
El antiguo Wadi-Amar o río de príncipes, como lo llamaron los árabes, nace en El Castillo de las Guardas, en Sierra Morena. Desde ahí recorre su camino hacia el sur, entre el monte mediterráneo y dehesas, tierras de cultivo y arenas y pinares que lo arropan en su desembocadura, en las marismas de Doñana, donde se une ya al Guadalquivir. Hoy es una tierra rebosante de vida que abre los brazos a propios y ajenos.
Una recuperación sin precedentes
El desastre de la mina fue toda una tragedia desde el punto de vista natural y económico. Fueron seis millones de toneladas de barro tóxico y aguas ácidas, ricas en zinc y arsénico, las que se vertieron al Guadiamar. El deterioro ambiental llegó al límite del Parque Nacional de Doñana. El paisaje ribereño, sus suelos, sus ecosistemas, las aguas… Todo se vio afectado. Incluso la fauna, que comenzó a desplazarse a otros espacios naturales.
Sin embargo, este desastre también fue un punto de inflexión para toda la cuenca del Guadiamar. Los trabajos de recuperación acometidos por las instituciones (que se extendieron durante varios años) dieron paso a dos figuras de protección ambiental inexistentes en la zona hasta entonces: el Paisaje Protegido «Corredor Verde del Guadiamar», el primero de Andalucía, y una Zona de Especial Conservación (ZEC): el Corredor Ecológico del Río Guadiamar. Una oportunidad única para reconvertir la zona, para regenerarla, forestarla, restaurarla hidrográficamente y convertirla en lo que hoy es: todo un reclamo para el turismo de toda Andalucía. Se ha conseguido no sólo la recuperación natural de la zona, sino también dotarla de equipamientos e infraestructuras que permitan el uso público del espacio con el objetivo de poder desarrollar en él actividades de educación ambiental y de ofrecer a los visitantes una oferta de ocio singular.
Todo ello desde el respeto a los valores naturales de toda la zona del Guadiamar que ha vuelto a convertirse en lo que era hace años: un área de conexión entre Sierra Morena y los sistemas litorales de Doñana. Un pasillo ecológico que incluso permite el intercambio de especies entre ambas zonas. Sesenta kilómetros de recorrido que conforman el sendero señalizado del Guadiamar. Un camino riquísimo y variado en el que nos encontramos con paisajes y ecosistemas diversos entre los que destacan la ribera, la marisma fluvial o el monte mediterráneo y que el visitante puede recorrer a pie, en bicicleta o a caballo.
El epicentro del desastre
Quizás el punto de partida para entender qué pasó en esta zona y la importancia de todos los proyectos de recuperación que se han acometido sea el Centro de Visitantes Guadiamar, en el propio municipio de Aznalcázar, epicentro del desastre ambiental. Ubicado en un lugar estratégico, desde este centro pueden verse las aguas y la frondosa vegetación del bosque en galería que recorre este tramo del río, así como algunos de los testigos de la importancia histórica de este enclave, como el antiguo puente romano.
El edificio, que está temporalmente cerrado, permite a los visitantes conocer las peculiaridades de la zona antes y después del desastre y la importancia de las dehesas, pinares, cultivos o marismas que son bañados por las aguas del Guadiamar. Incluso podrán ver esta vegetación en el jardín botánico cercano a este centro y en el área recreativa de Buitrago.
En el vasto término municipal de esta misma localidad de Aznalcázar, próximo a la de Villamanrique de la Condesa, el Guadiamar va confluyendo con el conocido vado de Quema, enclave esencial en la Romería de El Rocío.
En las tierras del Aljarafe
Más arriba, en su tramo medio, el Guadiamar pasa por Gerena y Aznalcóllar, donde nos encontramos con un camino de uso público del Corredor. Allí, un poco más al norte, se encuentran las cortas mineras (yacimientos a cielo abierto que evolucionan en profundidad) y dehesas de Aznalcóllar.
Siguiendo el trazado del Corredor llegamos a la comarca del Aljarafe, pasando por municipios como Benacazón, Huévar del Aljarafe, Isla Mayor, Olivares o Puebla del Río.
Si continuamos nuestro recorrido, llegamos a Sanlúcar la Mayor. El Corredor Verde de Guadiamar atraviesa este municipio. En él nos encontramos con el Área Recreativa de Las Doblas, uno de los puntos neurálgicos de la restauración de la zona.
Se trata de una antigua gravera (una mina a cielo abierto de la que se extrae grava) que se ha convertido en una laguna artificial en la que nos encontramos con la vegetación propia de la laguna pero también con especies de bosque de ribera. Álamos, fresnos, olmos, sauces o adelfas dan la bienvenida a quienes se acerquen por estos lares dispuestos a pasar una jornada campestre. El área cuenta con barbacoas y mesas para comer. Pero no sólo de pan vive el visitante. Para el paseo hay una pasarela de madera que atraviesa las aguas de la laguna. Es, además, un lugar idóneo para la observación de aves acuáticas.
También aves pueden verse en el observatorio de El Palmar, que lo encontramos siguiendo el camino público un poco hacia el norte. Cigüeñas blancas, garzas reales, garceta común, ánades o aguiluchos, entre otros, dibujan una avifauna singular que dejará en la retina de los turistas estampas imborrables.
Continuando nuestro recorrido llegamos hasta el municipio de Olivares, en plena meseta del Aljarafe. Allí, además de numerosos campos cultivados, tiene lugar el encuentro del Guadiamar con su afluente, el río Agrio. Destaca en esta zona la fuente y abrevadero de la Coriana, una construcción en la que se puede ver la huella de diferentes épocas, desde la islámica hasta las últimas décadas del siglo XX. Durante todo este tiempo ha servido de abrevadero para los animales. Es una fuente singular de la que brota agua incluso en épocas de sequía.
Algunos de los espacios más singulares del Corredor Verde del Guadiamar son los miradores. Uno de los más destacados es el que se encuentra en Benacazón, justo en la zona que se conoce como «cornisa del Aljarafe». Se trata del Mirador de la Cárcava, desde el que puede contemplarse el río Guadiamar y la vegetación ribereña que lo acompaña.
Por la zona hallamos restos de civilizaciones antiguas que hacen el paseo aún más interesante: la hacienda Torre del Guadiamar, con restos de una ermita de estilo mudéjar, y la ermita de Castilleja de Talhara.
Al aproximarse a su desembocadura, cercano ya a las marismas, el Guadiamar nos deja ver los cultivos de arroz. Un paisaje que favorece, una vez más, la riqueza de la avifauna de la zona y que podemos disfrutar, sobre todo, en las Reservas Naturales Concertadas de Dehesa de Abajo o La Cañada de los Pájaros.
Turismo activo
Es evidente que en este Corredor Verde del Guadiamar el senderismo o el cicloturismo son dos de las actividades básicas que pueden realizarse. Los caminos públicos cuentan con la señalización necesaria para hacer el recorrido reconocible, aportando además datos de interés sobre los ecosistemas de la zona.
Un paseo por este corredor permite conocer de primera mano no sólo la vegetación, sino también la fauna (sobre todo la avifauna) de la zona y los restos arquitectónicos dejados por las antiguas civilizaciones que poblaron estas tierras.
Numerosas empresas de turismo activo organizan asimismo rutas guiadas e, incluso, paseos a caballo. «Perderse» a lomos de este animal por el Corredor Verde del Guadiamar es una de las experiencias más interesantes que pueden realizarse en todo este espacio natural.
Las aguas del Guadiamar también nos ofrecen la posibilidad de realizar actividades deportivas acuáticas como el kayak o la canoa. Los paseos en barco para observar aves en la reserva natural de Doñana suponen también una atractiva alternativa para quien quiera conocer de cerca este humedal, uno de los más importantes de Europa.
Haciendas, campings, pequeños hoteles, asadores, restaurantes… nos brindan, además, la posibilidad de conocer la zona de otro modo. Desde el reposo y el cuidado de nuestro estómago. Platos típicos de la cocina sevillana y andaluza, como el gazpacho, el pescaíto frito o el salmorejo, darán buena cuenta de ello.
Datos de interés
Guadiamar Educa Corredor Verde. Carretera Antigua Aznalcázar - Pilas km 0,2. 675 438 975. guadiamarea@gmail.com. www.facebook.com/cvguadiamar
Turismo de Aznalcóllar. Plaza de la Constitución, 1. Aznalcóllar. 954 133 015. www.aznalcollar.es/es/temas/turismo/
Turismo Sanlúcar la Mayor. C/ Juan Carlos I, 19. Sanlúcar la Mayor. 955 100 600 Ext. 1330. turismosanlucar.es
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