Descubre la belleza natural de la Poza Grande de Trevélez: un paraíso escondido en la Alpujarra

Otro es su situación, en la falda del Mulhacén, el pico más alto de la península ibérica, que lo hace un perfecto punto de inicio para aventuras en la montaña. Desde el barrio más alto, donde hay un punto que especifica que se está a 1.700 metros de altitud, comienzan su andadura cientos de senderistas buscando hacer cumbre. Los más preparados lo consiguen unas diez horas después, es una ruta de 22 kilómetros bastante exigente.

Hablando de altura, se tiene a Trevélez como el pueblo más alto de Andalucía pero no el de España, título que corresponde a Valdelinares, en la provincia de Teruel. Éste, según las guías, se sitúa a 1.695 metros, que se supone que es su altitud media pero que, como se observa, es inferior a la del barrio alto granadino. En fin, es una cuestión menor: los dos están bien arriba.

Pero es que, además de todo esto, Trevélez es un disfrute para los sentidos. Para el del gusto y el olfato, naturalmente, por lo mencionado en el primer párrafo. Y para la vista, porque los paisajes en ese entorno son deslumbrantes. Hay naturaleza por todas partes y se cuela hasta el interior del pueblo, como quien dice. Un ejemplo es la Poza Grande, una piscina natural que se forma en el curso del Río Grande, que recibe ese nombre porque cerca del pueblo también está otro de menos caudal y que, por eso mismo, llaman Río Chico.

Es una atracción veraniega para locales y visitantes. La poza se nutre de agua procedente del deshielo de Sierra Nevada, con lo que allá por mayo ya tiene un nivel de agua bastante aceptable y éste no decrece durante el verano. Es sin duda una alternativa muy fresca para remojarse en los meses de más calor, que allí también lo hay, sobre todo durante el día, si bien es verdad que por las noches refresca.

La poza es una parada muy demandada por los que regresan de un paseo por esos senderos de montaña antes citados y también un lugar de recreo para los treveleños que regresan a casa para pasar sus vacaciones. Unos y otros disfrutan de aguas limpias. Como la piscina nagtural está protegida por unas rocas, el agua está bien encauzada. Y esas piedras, además, conservan bien el fresco.

Una de esas rocas, un peñón, es una atracción para quienes no sólo se contentan con darse un chapuzón y también quieren disfrutar de un trampolín natural. Con esto, obvio es decirlo, hay que tener mucho cuidado. En todas las pozas, incluída ésta, donde el baño está permitido, se debe extremar la precaución porque la profundidad no es fija –como sí ocurre en una piscina- y un mal cálculo puede provocar un accidente.

Incluso hay quien le ve una última ventaja: como el agua está fría incluso en verano, eso favorece la circulación de la sangre. También lo puede hacer en los meses de invierno, claro, pero meterse en esa poza en pleno diciembre, cuando el termómetro se posa a pocos grados por encima de cero y a veces hasta nieva, queda reservado para los más osados.

El acceso es bien sencillo: basta con llegar a Trevélez, preguntar por la Poza Grande, o la del Río Grande, y no estará muy lejos porque se trata de un pueblo pequeño donde todo queda a mano.