Cinco razones para visitar Lebrija, luz de la marisma del Guadalquivir

Lebrija es un lugar fascinante desde el punto de vista arqueológico y etnográfico, ya que ha sido escenario de asentamientos humanos desde tiempos prehistóricos. Aunque no se sabe con certeza el origen de este pueblo, existen diversas teorías que van desde una ciudad turdetana llamada Nebrusa hasta una fundación mitológica por parte de Baco. Durante la época romana, Lebrija se llamó Veneria y fue un importante puerto del lago Ligustino, mientras que durante el período de Al-Andalus se conoció como Lebrisah. Después de la conquista cristiana por Fernando III, la ciudad pasó por manos árabes y cristianas hasta que finalmente experimentó un importante auge en los siglos XVI, XVII y XVIII gracias a sus recursos agrícolas.

Lebrija es también conocida por ser la tierra de grandes artistas y alfareros, así como por su identidad en el flamenco. El cantaor Juan Peña El Lebrijano y el pianista David Peña Dorantes son solo dos de los talentosos artistas que han nacido en este pueblo. De hecho, cada verano se celebra La Caracolá Lebrijana, un festival flamenco con más de 40 años de historia y de gran importancia en Andalucía.

Por último, la gastronomía es otro de los tesoros de Lebrija. Los platos tradicionales como las habas corchas, los caracoles o el ajo refrito son deliciosos y se pueden disfrutar mejor acompañados por un vino de la bodega local, que cuenta con una denominación de origen única en la provincia de Sevilla. En definitiva, Lebrija es una ciudad que merece la pena visitar para vivir sus fiestas, conocer su historia y disfrutar de su arte y gastronomía.

Lebrija es una ciudad andaluza llena de historia y cultura. Si buscas un destino turístico diferente, este lugar es perfecto para ti. En este artículo, te presentamos cinco razones para visitar Lebrija, una de las joyas de la provincia de Sevilla.

En Lebrija se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la Bética romana. La ciudad de Nabrissa fue una antigua urbe que prosperó durante el periodo romano. Hoy en día, se pueden visitar los restos de sus edificios, como las termas, el foro o la basílica. Esta ciudad romana es una parada obligatoria para los amantes de la historia y la arqueología.

En lo alto del pueblo se encuentra el castillo de Lebrija, una fortaleza árabe construida en el siglo XI sobre una antigua fortificación romana. Desde allí, se puede disfrutar de unas vistas impresionantes de la ciudad y de las marismas del Guadalquivir. Actualmente, se están llevando a cabo obras de restauración para devolver al castillo su antiguo esplendor.

Si te gusta la naturaleza, no puedes perderte este lugar. Se trata de un espacio protegido que alberga una gran variedad de fauna y flora. Pasear por sus caminos rodeados de lagunas y arrozales es una experiencia única. Además, este lugar es ideal para la práctica de deportes al aire libre como el senderismo, el ciclismo o la equitación.

Esta iglesia declarada Bien de Interés Cultural, es un verdadero tesoro arquitectónico. La torre de la iglesia, conocida como la Giraldilla, es una de las construcciones más emblemáticas de Lebrija. Desde su cima, se puede disfrutar de unas vistas impresionantes del municipio.

En la fiesta de las Cruces de Mayo podrás vivir el colorido de las calles de Lebrija durante esta celebración declarada de Interés Turístico de Andalucía. Aprende a bailar las sevillanas corraleras, un baile tradicional, y disfruta de la gastronomía local. Este año la fiesta se celebra durante los días 5, 6, 12 y 13 de mayo.

En definitiva, Lebrija es una ciudad llena de sorpresas y encanto. La historia, la naturaleza y la arquitectura se mezclan en un ambiente único que te dejará con ganas de volver. Anímate a descubrir todo lo que este lugar tiene para ofrecerte.