Cinco buenas razones para viajar a Sevilla esta primavera

Entre el 2 y el 9 de abril, Sevilla para, de nuevo, su reloj. El centro histórico, como gran parte de los barrios, La Macarena, Triana, El Porvenir, Tiro de Línea…, se vuelve una danza bulliciosa que es en sí un patrimonio propio. Las hermandades, entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección, con la antesala en el viernes de Dolores y el Sábado de Pasión, realizan su estación de penitencia hacia la catedral. Durante el trayecto, y a su regreso al templo de origen, dejan un rosario de imágenes y devociones: la petalada a San Bernardo en el puente de los bomberos; el silencio espontáneo de San Lorenzo, que aguarda la salida del Gran Poder con tímidas saetas y el crujir de las maderas; vítores a las vírgenes, bolas de cera que a veces tienen más lágrima que cirio, memorias abiertas, callejones, tallas, faroles… La Semana Santa de Sevilla, todo un ritual de primer orden que atrae a propios y extraños, no cabe en estas líneas.

La ciudad, rápidamente, cambia el adoquín por el albero: dos semanas tarda, con la entrada de la Feria de Abril. Y desde el 23 al 29 de abril celebra de otra forma la primavera. En la Real Maestranza hay toros. En el real de la feria, desde que el Sábado de Pescaito se encienden farolillos y portada, escenas variopintas. Mujeres de flamenca y hombres de chaqueta y corto, caballos, manzanilla por sevillanas, gastronomía autóctona y, en definitiva, un ir y venir de amistades entre lonas y calles con nombres de toreros. Al fondo, la calle del Infierno. Los buñuelos, con las gitanas de blanco, ya de vuelta. Tortillas, palmas y cachondeo junto al barrio de Los Remedios.

Esta, la del swing, ese jazz festivo de la América de los años 30, es una escena al alza en la ciudad, con grupos como O Sister! en su seno, que han llegado a actuar en los coliseos más destacados. El Swing Sevilla Festival llena con este festivo género musical teatros y espacios al aire libre entre los días 14 y 16 de abril. Se celebran conciertos, talleres y clases de baile para aproximarnos a esa América de bares y salones que a España llegó a través del cine y la televisión y que experimenta ahora un redescubrimiento.

Entre la multitud de eventos musicales previstos para la primavera, desde el concierto de los Hombres G en el estadio de la Cartuja hasta un espectáculo de flamenco en la recogida peña Torres Macarena, destaca el festival Interestelar. Tendrá lugar los días 19 y 20 de mayo en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. En el cartel, lucen estos nombres: Lori Meyers, Viva Suecia, Vetusta Morla, Iván Ferreiro, Ladilla Rusa, La Casa Azul, La La Love You, Sidonie y La Habitación Roja y otros grupos que componen la escena del indie en España.

Los mercados de esta y otras ciudades han mudado su piel. Se han convertido, sin previo aviso, en espontáneos espacios para la restauración. Donde antes solo se vendían productos entre puestos de fruta, carne y pescado, hoy hay una amplia oferta de tapas, barras donde posar conversaciones y codos incluso verdaderos restaurantes. Al pie del río Guadalquivir, el Mercado de Triana, en el que también se llevan a cabo cursos de cocina, busca sus reflejos en el río. Sus arrocerías se han convertido en santo y seña. En la otro linde, la Lonja del Barranco y el mercado del Arenal son también opciones de lo más atractivas, como el popular mercado de la calle Feria, el del Tiro de Línea, que presume de mollejas, o el de la Puerta de la Carne, en San Bernardo. Sevilla respira por los mercados, incluso los que no son gastronómicos. En este sentido, por la zona de la calle Feria, es El Jueves, de antigüedades, el que se postula como un verdadero reclamo turístico.