Agua Amarga, playas de arena fina y aguas cristalinas ideales para el descanso en la costa de Almería

Dentro del paisaje característico propio de toda la comarca, donde domina el azul del Mar Mediterráneo y las diferentes tonalidades amarillas y marrones de una tierra única, la pequeña localidad de Agua Amarga supone toda una explosión de colores. Recorrer el puñado de calles que componen esta población, plagada de casas encaladas, bellos pinos y espectaculares buganvillas, supone un placer que es necesario experimentar en persona. Todo ello siempre con el telón de fondo que nos brinda la brisa marinera que se puede atisbar prácticamente desde todas sus calles.

A lo largo de este paseo, no resulta difícil imaginar que estamos en una población que debe sus orígenes a la tradición pesquera, y que poco a poco, a medida que la zona se fue abriendo al turismo, fue creciendo para convertirse en un lugar de descanso para miles de personas que aquí acuden a lo largo de todo el año, en busca de un enclave privilegiado y un tiempo que cuenta con cientos y cientos de horas de sol al año.

En sus inicios, Agua Amarga apenas fue una aldea de pescadores, que poco a poco ha ido creciendo al calor de su situación estratégica y su bella playa urbana. Este enclave, que posee numerosas infraestructuras turísticas para el disfrute de todos los visitantes, tiene la ventaja de contar con el casco urbano situado a apenas dos pasos de una excelente playa en la que los amantes del mar podrán disfrutar de excelentes baños.

Si además de relajarse en esta playa, el visitante quiere conocer los alrededores de la población existen varias opciones para disfrutar de excursiones más que interesantes. Así, por ejemplo una de las opciones es la de realizar una visita a la torre y al faro de la Mesa Roldán, que se encuentran en los alrededores. Para aquellos que quieran mover un poco el esqueleto y realizar una bonita ruta de senderismo, la opción de desplazarse hasta la famosa Cala de Enmedio aparece como una más que acertada decisión. Es una cala que tiene difícil acceso, pero que sin lugar a dudas su belleza se convertirá en la recompensa para aquellos que se aventuren a cubrir el camino que la separa de Agua Amarga. Una cala que se sitúa en un entorno privilegiado y que tiene unas preciosas aguas cristalinas.

Una ruta que para los más aventureros también llega a otro de los parajes más interesantes de toda la zona como es la conocida Cala del Plomo, una espectacular playa que se encuentra ubicada en un entorno apartado y que también propone bonitas vistas y una experiencia inolvidable. Una ubicación que a diferencia de la Cala de Enmedio, a la que sólo se puede llegar a pie, se puede visitar en coche ya que está conectada con la carretera por un camino de tierra de unos 5 kilómetros que llega hasta la playa.

A diferencia de lo que ocurre en otros destinos costeros, Agua Amarga parece que ha sabido mantener una tranquilidad, sostenibilidad y sosiego que salta a la vista recorriendo el dédalo de calles que componen su pequeño casco urbano. Unas calles en las que además es posible encontrar encantadoras tiendas que exponen valiosos productos de artesanía, mientras que también hay que destacar su animada plaza, en la que resulta un auténtico placer sentarse a contemplar la vida en sus cómodos bancos.

Como ocurre en numerosos municipios de esta comarca de Almería, tampoco podemos olvidar que estamos en tierras donde la minería ha sido un sector muy importante a lo largo de la historia. Por ello, en Agua Amarga también es posible desentrañar algunos rasgos de este pasado minero. Así, en el cerro que ha servido a lo largo de los siglos como refugio para sus habitantes, ubicado en el extremo oriental de Agua Amarga, se pueden observar los restos de un viejo embarcadero donde se cargaban los barcos con el hierro que se extraía de las minas de Lucainena de las Torres.

Es por tanto Agua Amarga un lugar perfecto para visitar en cualquier momento del año, que cuenta con bellos paisajes, con un coqueto casco urbano, espectaculares playas y donde es posible disfrutar con la práctica de deportes como el senderismo o el buceo.