Acantilados de Maro-Cerro Gordo: caminando al filo del Mediterráneo
Los acantilados de Maro-Cerro Gordo preservan parte de su magia virginal gracias a su agreste orografía en una de las costas más saturadas de Andalucía, entre Málaga y Granada
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Aristóteles Moreno
Málaga
Hace tan solo 40 años, la cala de Cantarriján era un paraíso escondido ante el avance desbocado del turismo masivo de playa. Su abrupta belleza resistió emboscada en las estribaciones de la Sierra de Almijara, que se derrama entre barrancos sobre el azul profundo ... del Mediterráneo. Bajar a la boca de mar de Cantarriján no era fácil. Había que descender por un largo y pendiente camino de tierra hasta dar con esta sorprendente ensenada natural de aguas cristalinas y silenciosas. Su providencial aislamiento la convirtió en refugio de bohemios y nudistas, que, aún hoy, unas cuantas décadas después, siguen resistiendo pese a la creciente presencia de bañistas textiles.
La de Cantarriján es la más conocida de la media docena de calas que jalonan los acantilados de Maro. Sus soberbios despeñaderos, esculpidos caprichosamente por la acción corrosiva del mar y del viento, se extienden a lo largo de 12 kilómetros justo en el cruce de las provincias de Málaga y Granada. Parte de este agreste balcón sobre el mar es transitable. No es una ruta fácil. Tampoco imposible. Solo hay que calzarse zapatillas de trekking y poseer una mínima experiencia en senderos de media montaña. La recompensa supera de largo el esfuerzo.
La ruta que proponemos arranca en la localidad costera de La Herradura. Es preciso atravesar el paseo marítimo en busca de la urbanización más occidental de la bahía que asciende gradualmente hasta el peñón de Cerro Gordo. Justo en el vértice natural se levanta una soberbia atalaya del siglo XVI, desde donde se contempla la majestuosidad de los acantilados de Maro que estamos a punto de recorrer. Merece la pena remontar un pequeño sendero que se inicia detrás del merendero hasta alcanzar la punta del peñón. Las vistas son sencillamente prodigiosas.
Aunque los vehículos tienen prohibido el descenso a la cala de Cantarriján, un microbús transporta cada media hora a una veintena de bañistas
Bajamos nuevamente al merendero y tomamos la antigua carretera nacional hoy ya en práctico desuso. En menos de un kilómetro, un viejo camino desciende hacia la cala de Cantarriján por un bosquecito vertical salpicado de media docena de chalés. Desde la altura se divisan los tonos azules y verdes de un mar penetrante y cristalino. El clima templado del Mediterráneo permite adentrarse en esta ruta durante todo el año. Y a partir de abril la temperatura del agua ya invita a darse un refrescón para aliviar la caminata. En verano, la cala es frecuentada por bañistas y, aunque los vehículos tienen prohibido el descenso, un microbús transporta cada media hora a una veintena de personas.
Una vez atravesamos la cala de Cantarriján remontamos por la rambla hacia el interior hasta tomar un sendero que trepa por la ladera oeste buscando nuevamente la costa. En pocos metros, ascendemos a otro balcón natural de vistas impagables. El sendero nos lleva por un bosquecillo colgado del acantilado hasta la torre de la Caleta, otra de las formidables atalayas que vigilan el Mediterráneo. Es el momento ideal para echar un trago de agua o tomar una fruta, mientras nuestros ojos se bañan en el azul inabarcable que funde el cielo y el mar. Desde aquí se divisa la diminuta cala de la Doncella y su edén de rocas y agua pura. Para conquistarla hay que apartarse del sendero y descender con cuidado por la ladera. La ruta continúa hasta la cala del Cañuelo, la más abierta de todas. Para bajar a su playa hay que destrepar con cautela por una escorrentía algo resbaladiza. El Cañuelo es el final de nuestro trayecto. Un baño reconstituyente y una cerveza fresca en uno de los dos chiringuitos son justa recompensa a una ruta sobre el filo del Mediterráneo que nos habrá llevado casi dos horas de camino. Es recomendable dejarse guiar por el GPS del móvil con una de las rutas descargadas previamente de Wikiloc.
Atalayas
Los acantilados de Maro representan un tesoro natural extraordinario. Pero también integran un conjunto de atalayas o torres vigía de notable interés histórico y cultural. A lo largo de los 12 kilómetros del escarpado paraje se contabilizan hasta cinco torres de vigilancia construidas la mayor parte de ellas entre los siglos XV y XVII. Algunas se encuentran en buen estado de conservación, gracias a sucesivas restauraciones. Su ubicación en vértices rocosos a gran altura les añade un atractivo adicional, que refuerza el valor paisajístico del entorno.
Este sistema de atalayas, que cubre la práctica totalidad de la costa malagueña y granadina, fue impulsado por los Reyes Católicos a finales del siglo XV como mecanismo de defensa ante las persistentes incursiones berberiscas. La orden fue promulgada cinco años después de la caída del Reino de Granada en 1492. Desde las torres se hacían señales de humo durante el día o luminosas por la noche para alertar de un eventual desembarco enemigo en la costa. Cada torre contaba con tres personas. Una de ellas se encargaba de vigilar el mar mientras que las otras dos ejercían de contacto con los demás torreones de la zona. La ley era estricta y estipulaba multas de hasta 15 días de sueldo para aquellos vigilantes que no atendieran diligentemente su cometido.
Los acantilados de Maro integran un conjunto de atalayas o torres vigía de notable interés turístico y cultural. Hay hasta cinco torres de vigilancia
Las atalayas están construidas en mampostería de cal y canto. Tienen forma cilíndrica o rectangular y dos plantas. La primera era utilizada de estancia doméstica para los vigilantes y constaba de chimenea y alacena. La segunda planta tenía una azotea, pretil y torretas con aspilleras. La ruta propuesta pasa por dos de las cinco atalayas de los acantilados de Maro. Las dos se conservan en buen estado. La de Cerro Gordo es troncocilíndrica, de 7,5 metros de diámetro y 10,5 de altura. La Torre de la Caleta, situada entre las calas de Cantarriján y el Cañuelo, también presenta un aceptable estado de conservación. Entre los acantilados de Maro y Manilva, en el extremo occidental de la Costa del Sol, existen un total de 29 torres vigías.
Submarinismo
Los acantilados de Maro no son únicamente un paraje natural de escarpada belleza. También constituyen uno de los más apreciados paraísos submarinos de España. Su abrupta orografía bajo el mar, plagada de grutas y grietas rocosas, se ofrece como un refugio excepcional para especies de fauna y flora marina de extraordinario valor ecológico. Las praderas de posidonia crean las condiciones óptimas de un ecosistema acuático diverso y multicolor donde se puede observar a escasos metros de la superficie un espectáculo natural poco frecuente. Aquí abundan los corales naranjas y estrellados y habita un universo marino plagado de meros, congrios, caballitos de mar, nacras, pulpos, morenas, langostas, peces luna y esponjas. No es raro cruzarte con una familia de delfines surcando las aguas tibias de Cerro Gordo.
La zona se ha convertido en uno de los focos de atracción para la práctica submarina. Miles de aficionados eligen La Herradura y los acantilados de Maro para iniciarse en un deporte al alza que, en esta Costa Tropical, gracias a su benigno clima, puede desarrollarse todo el año. Las empresas relacionadas con actividades acuáticas se han multiplicado en las últimas décadas. No hay en todo el litoral andaluz, previsiblemente, un enclave tan propicio como este, con aguas mansas y alta visibilidad, para sumergirse a contemplar un mundo increíble bajo el mar.
Datos de interés
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Dónde dormir
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Alojamiento Villaquinta. Camino de la Ermita, 20 La Herradura. Granada 650 472 392 www.pena-parda.com
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Hotel Boutique Peña Parda. Paseo Andrés Segovia, 65 La Herradura. Granada 660 468 269 www.complejolospinos.es
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Hotel Boutique La Caleta Bay. Paseo Andrés de Segovia, 1 2La Herradura. Granada 951 080 219 | 625 307 455 www.lacaletabay.com
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Casa Carmen. Calle Maravillas, 5. Maro. Málaga 629 618 681
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Dónde comer
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Restaurante La Barraca. Cala de Cantarriján. A 7,5 km. de La Herradura. Granada 601 615 003 | 958 349 287 | 958 349 897 www.labarracacantarrijan.com. Reservas por whatsapp: 601 615 003
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Chiringuito Las Piedras Cala del Cañuelo. A 8,5 km. de La Herradura. Granada 649 854 531 www.complejolospinos.es
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Chiringuito El Bambú. Paseo Marítimo, s/n. La Herradura (Granada) 958 827 227
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Para bucear
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Buceo Aqualia. Edificio Jiménez. C/ Gonzalo Barbero, La Herradura (Granada) 628 903 777
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Centro de Buceo Open Water. Paseo Andrés Segovia, s/n. La Herradura (Granada) 644 444 314
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Webs de interés
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Paraje natural Acantilados Maro-Cerro Gordo www.juntadeandalucia.es
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Espacios naturales de Andalucía www.juntadeandalucia.es
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Rutas por Andalucía www.andalucia.org/es/rutas
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Rutas para GPS es.wikiloc.com
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