El hotel cinco estrellas que une a Carlos V, Walt Disney y Lola Flores

La primera propietaria de estos terrenos fue doña Elvira Vidal, una mujer que tuvo un papel fundamental en el despegue de este, por aquel entonces, pequeño pueblo de pescadores convirtiéndose en una de las primeras promotoras turísticas de Marbella. Vidal compró en 1949 una casona rodeada de viñedos y arboledas, la cual acabó convirtiendo en una pensión. Sus primeros clientes fueron nada más y nada menos que el príncipe Maximiliano Hohenlohe y su esposa Piedad Iturbe. El poeta Jean Cocteau, la escritora Ana de Pombo y el diplomático Edgar Neville son otras de las personalidades que se sintieron atraídas por la hospitalidad y las dotes culinarias de esta mujer.

Pese al gran éxito que estaba cosechando, las cuentas no cuadraban, así pues, decidió, en 1954, vender la propiedad a José Luque Manzano por 1,2 millones de las antiguas pesetas. Este empresario convirtió la pensión en un hotel cuatro estrellas para establecerlo como un punto de encuentro de gente notable. Un año más tarde de su inauguración, en 1958, recibiría al que ha sido, sin duda, uno de sus huéspedes más ilustres, el creador del famoso dibujo animado Mickey Mouse, quien se alojó con su perro Pluto. A este le siguieron otras figuras internacionales como Diana Dors, la actriz conocida como la 'Marilyn Monroe británica' o Timothy Dalton. Tampoco faltan figuras patrias en su tablón de la fama. La querida cantante Lola Flores disfrutó de prolongadas estancias en este hotel y Rafael Alberti les dejó un regalo en forma de dibujo, hoy visible en sus posavasos.

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Laura Pintos

Desde sus inicios, el hotel se fue sometiendo a ambiciosas remodelaciones. Se convirtió en el primer edificio de la ciudad con ascensor, lo que hacía que muchos curiosos acudieran solo para montarse en él. En 2022 se llevó a cabo la mayor transformación hasta la fecha que convirtió a este emblemático establecimiento de la Costa del Sol en el nuevo El Fuerte Marbella, un alojamiento cinco estrellas con una privilegiada ubicación frente al mar y apenas cinco minutos del casco antiguo de Marbella.

Tras las puertas de este complejo, cuyo nuevo diseño firma el interiorista Jaime Beriestain, y rodeadas de obras de arte se encuentran sus 266 habitaciones y suites confortables y acogedoras, muchas de ellas con vistas al Mediterráneo. Para los que buscan el mayor lujo es la Suite Dama, un homenaje a Elvira Vidal y la mejor del hotel que en sus 110 metros cuadrados ofrece desde una amplia habitación hasta una terraza con jacuzzi. El precio de esta habitación ronda los 4.000 euros la noche y la estancia máxima es de 3 o 4 noches, mientras que una doble clásica supreme se puede reservar desde 375 euros la noche (temporada baja).

Aquí uno viene a relajarse y a disfrutar del amable clima de la zona, pero también a degustar uno de los desayunos más completos y exquisitos de la ciudad, un recorrido de 9 pasos, bautizado como 'Charme & Taste', que incluye shot de jengibre y limón de la Axarquía, selección de ostras o un gofre benedictino, entre otras cosas. Su espacio gastronómico se completa con Soleo, un restaurante a pie de playa para cenar viendo el atardecer y saborear elaboraciones tradicionales como arroces, frituras y mariscos con toques modernos y de cuya carta no hay que perderse la ensaladilla de gamba blanca y piparras, su pulpo con papada ibérica y patatas revolconas y su guiso marinero de atún rojo acompañado de tempura de judías boby, Edge by Paco Pérez, una propuesta con ADN Mediterráneo y una cocina enfocada a la huerta y al mar que ofrece dos menús degustación, Costa (95 euros) con siete pases y Sol (135 euros) con diez pases, Levante, que apuesta por la cocina saludable y los productos de temporada y uno de sus must, Coffee House by Adrián Fernández, Qahwa, una cafetería para la que el prestigioso barista ha creado un 'blend' específico a partir de varios orígenes, lo que hace que la sobremesa sea todo un placer.

Por otro lado, están su Spa by Clarins, un templo del bienestar con circuito de hidroterapia –piscina dinámica con chorros, sauna, baño turco, fuente de hielo y ducha de contraste con cubo– y varias cabinas de tratamiento en las que mimarse con uno de sus masajes, un gimnasio con vistas al mar, un rooftop junto a la piscina infinita en el que saborear uno de sus cócteles de autor, dos piscinas más en la planta baja, una de ellas climatizada, y varias salas de reuniones.

Para aquellos que deseen completar su escapada con alguna actividad El Fuerte Marbella ofrece una larga lista de experiencias, como una excursión a Tánger, navegar en un barco Menorquín para conocer los secretos de la cultura pesquera, un tour en bicicleta por la historia de Marbella o realizar el Caminito del Rey.