
Los hoteles más extravagantes de Gran Bretaña
Dormir en una caravana zíngara. En una piña. En un castillo de alquiler... Diez hoteles de los que no dejan indiferente
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12345678910Dormir en una antigua estación de tren

La antigua estación de Dent es el lugar perfecto si el objetivo es alejarse del mundanal ruido. En plena campiña inglesa, el pueblo más cercano esta a seis kilómetros y medio. Dent Station se encuentra en uno de los tramos ferroviarios más bellos de Gran Bretaña, el que une Settle con Carlise, la ruta de ensueño que aparece en las películas de Harry Potter. Entre lo espectacular de las vistas y lo apetecible de los paseos destacan los picudos tejados de pizarra de la antigua estación, todo un canto al pasado más romántico.
Despertarse en un faro
Pasar las vacaciones en un faro es el no va más de los románticos incurables, de los marineros de corazón y de las naturalezas más aventureras. La escenografía no puede ser más pintoresca: vistas de más de veinte metros sobre el mar, olas rompiendo contra los cilíndricos cimientos y un azul todopoderoso para provocar una desconexión total. Algo mágico debe tener porque en Gran Bretaña ya son 30 los faros rehabilitados y convertidos en hoteles. En Beacon Cottage, situado entre los brumosos pantanos de Dartmouth y Salcombe la esencia marinera es impecable. Construido en 1863 hoy sigue en funcionamiento, de modo que dormirás acompañado por las rachas de luz de su poderoso fanal. Realismo al poder. Más información en www.ruralretreats.co.uk
Alojarse en un Molino de Viento

El molino, en pleno corazón de Norfolk, data de comienzos del siglo XVIII, y ofrece todos los extras visuales para ser un alojamiento único. Grandes aspas blancas, paredes de ladrillo rojo, huidizas escaleras y un laberíntico interior dónde abundan los pasadizos y las habitaciones irregulares. Y algo muy importante, un tremendo gusto por el detalle en sus nueve habitaciones. Sábanas de lino, colchones de diseño, camas con baldaquino y agradables chimeneas donde combatir con elegancia el traicionero clima británico. Fundamental traer la cámara de fotos porque sus vistas sobre el mar son famosas y sus atardeceres memorables. Más información en www.cleymill.co.uk
Una escapada a la Inglaterra Victoriana. Isla de Burgh

El sofisticado lujo antiguo del Burgh Island Hotel cumplirá con todas las espectativas de los nostálgicos más exigentes. Pura etiqueta y cócteles. Fuera la televisión y bienvenida la sala de billar. Aunque la isla parece deliciosamente remota, lo cierto es que el hotel ha sido el refugio preferido de muchas celebrities desde comienzos del siglo XX. Agatha Christie, Josephine Baker y el propio Prince Edward, que trajo aquí a Wallis Simpson antes de abdicar del trono británico. Con el sello real como marca de garantía la lista de huéspedes famosos no hizo más que multiplicarse y hoy no es extraño verlos llegar en helicóptero mientras son recibidos con champán y otras pompas. La isla es muy pequeña pero sus orillas se pueden explorar en lo que ellos llaman el «tractor de agua», un anticuado artilugio que permite acceder a las calas más fotografiables del lugar.
Las actividades del hotel van en consonancia con su filosofía. Cuenta con una espectacular pista de baile -a la antigua usanza- a la que se debe acceder con traje de etiqueta, cabinas de belleza dónde la discreción esta más que asegurada, un coqueto pub con chimenea y una maravillosa piscina natural que ha sido bautizada con el evocador título de Piscina de la Sirena. Privacidad y decoro hasta el final.
Dormir en una piña. Dunmore Park; Escocia

Los habitantes de la isla, hartos de tanta cortina de agua, siempre han guardado un lugar de honor en su corazón para los cálidos vientos de los mares del sur. Y los que han podido lo han trasladado con más o menos estilo a su día a día. Eso hizo Lord Dunmore en el siglo XVIII, cuando decidió dar forma de piña gigante a su casita del jardín y regalarle esta osadía arquitectónica a su esposa. Hoy puede alquilarse y cuenta con todos los lujos disponibles -incluido por supuesto una habitación dentro de la piña- y un jardín envidiable que es el colmo del verde cultivado. La piña en cuestión mide 23 metros cuadrados y tiene una elaboradísima cresta. Más información en www.landmarktrust.org.uk
Amanecer en una antigua Torreta de Agua

Casi como dormir en las nubes porque esta curiosa torreta de agua -que a primera vista más bien parece una casita para pájaros- tiene un bonito tejado de madera que se acerca mucho al cielo del atardecer. Por tener tiene hasta una cabina telefónica de las antiguas, de las rojas de toda la vida, y una espaciosa sala de billar. Además de cinco plantas a las que se accede por 67 escalones, esto sin contar con la empinada escalera de caracol que lleva al ático, lugar al que merece la pena subir. Sus vistas sobre la campiña son perfectas para los nostálgicos. Construida en 1923, es uno de los hoteles más originales de la isla, y sin duda uno de los más emblemáticos. Muy cerca de Thorpeness (al Este de Inglaterra, en la costa), un pueblo famoso por su resistencia al paso del tiempo, la Casa en las Nubes es un espacio mágico para dejar volar nuestra imaginación. Más información en www.houseintheclouds.co.uk
Pernoctar en una Abadía. Norte de Gales

Las ruinas de la abadía de St. Mary Durante la Edad Media la Abadía de la isla de Bardsey era un poderosísimo imán para los peregrinos pero hoy el centenario recinto sagrado está en ruinas y nada sabe ni recuerda de multitudes esta diminuta isla del Norte de Gales, a no ser que hablemos de delfines y focas, muy fáciles de avistar desde sus rocosas costas. Es un paraíso para los amantes de la naturaleza y también para todo aquel que quiera vivir una temporadita sin ninguna de las distracciones del mundo moderno. Tanto es así que el transporte hasta la isla depende del clima, de modo que de vez en cuando alguno se ve obligado a alargar sus vacaciones. Casas para alquilar, aquí.
Colgarse de un acantilado. Worm’s Head Hotel

La sobrecogedora vista del Worm’s Head Hotel -en la costa Oeste de Inglaterra- está considerada por muchos expertos en viajes como una de las 50 mejores del mundo. Y es que el lugar tiene la suerte de mirar de frente a la bahía de Rhossili. Construido sobre un acantilado, sus habitaciones ofrecen vistas de vértigo o de ensueño, depende de la perspectiva, pero desde luego impresionantes. La playa de más de cinco kilómetros de larga es perfecta para el paseo, especialmente cuando baja la marea. El paisaje parece rescatado de un cuento medieval y el viento, que a veces sopla con fuerza, es la excusa perfecta para refugiarse al lujoso calor de cualquiera de sus once acogedoras habitaciones.
Alquilar un Castillo

Entero y verdadero, incluso con puente levadizo y en ocasiones hasta con fantasma y leyenda. El Patrimonio inglés tuvo hace años la brillante idea de aprovechar varias joyas de su arquitectura defensiva para disfrute público y hoy, por mucho menos de lo que se pueda imaginar, cualquiera puede sentirse como un rey. Las hay para todos los gustos y necesidades. Si se programa una escapada en familia,el Castillo de Carisbrooke, en la isla de Wight, es perfecto. Los niños podrán guerrrear en las murallas y los padres disfrutar de las comodidades de su perfectamente rehabilitado interior. Si viajas en pareja mejor que te dirijas al romántico Castillo de Pendennis, en la bella y pintoresca región de Cornwall y si lo tuyo es ir con amigos mejor que alquiléis el espacioso castillo de Belsay, en Northumberland.
En una caravana zíngara. Cumbria

No le falta detalle ni color a la caravana, ni por supuesto caballo que tire de ella. Además y para no aburrirse, son muchas las actividades que propone la compañía que las alquila. Desde visitas a pubs con historia y pueblos con sabor hasta glamurosos pic-nics en los mejores paisajes de la verde campiña de Cumbria, en la zona noroeste de Inglaterra. Más información en www.wanderlusts.co.uk







