EL SIBARITISMO CULINARIO ALCANZA SU QUINTAESENCIA CON UNA RECETA PROPIA DE GERIFALTES
El emperador Tu Duc le pega a la alita
Nguyen Xuang Huong
Todo este circo se organizaba de forma diaria. No queda ahí la cosa: además tomaba el té con agua de rocío cada mañana. No todo fueron excentricidades en Tu Duc: también ayudó a que se mantuviese la diversidad de etnias existentes en el país.
Tanto refinamiento en los menús de cada día para que luego el plato preferido del emperador fueran las alitas de pollo. Un clásico de la comida rápida. En esta ocasión, en versión imperial. Con el paso del tiempo la receta se ha convertido en un referente de la dieta vietnamita, siempre deseosa de imitar a sus líderes.
Para unas cuatro personas se necesitan los siguientes ingredientes: quince alas de pollo, tres tallos de limoncillo machacado, 60 mililitros de salsa de ostras , 60 mililitros de salsa de chiles, dos cucharadas de agua, otras dos de miel, un pepino y tres zanahorias cortados en barritas y dos cucharadas de zumo de lima.
La preparación es sencilla: se ponen las alas de pollo con el limoncillo en un bol a macerar durante unas cuatro horas. Mezclamos la salsa de ostras y la de chiles con agua y las reservamos.
Es el momento de hacer las alitas a la brasa hasta que se asen bien por los dos lados. En una fuente colocamos las barritas de pepino y zanahorias como fondo. Las alitas van encima. Con la ayuda de un cuchillo untamos parte de la salsa. El resto la servimos en una salsera aparte. Como siempre le gustó Tu Duc.
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