El Ártico Ruso, turismo tras la 'bomba del zar'

Este santuario de osos polares, morsas y ballenas francas se extiende por una superficie de 14.260 kilometros cuadrados, 6.320 de tierra firme y 7.940 acuáticos. Los límites del Parque Natural alcanzan la llamada Tierra de Francisco José o archipiélago de Fritjof Nansen , 191 islas cubiertas de hielo que no fueron descubiertas oficialmente hasta 1873. Pues bien, este área tan aparentemente inhóspita tiene previsto acoger en la presente temporada turística once cruceros árticos y casi un millar de turistas venidos de distintos puntos del globo. Turismo exclusivo y alejado de los itinerarios habituales, por supuesto.

De los 40 parques nacionales con los que cuenta Rusia en la actualidad, el ' Ártico ruso ' es de largo el más sorprendente. Sun fundación es tan reciente que se data en 2009. Geográficamente se ubica a tan sólo 900 kilómetros del Polo Norte. Tras muchos años cerrados al tránsito de civiles por cuestiones militares, el gobierno de Moscú ha decidido apostar para incluirlo como destino de viajes de excepción.

Muchos de los animales que se incluyen en el Libro Rojo, que edita la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como inventario de las especies más amenazadas, se encuentran en este confín del planeta. La región es especialmente famosa gracias a los mayores asentamientos de aves del Norte y por sus cerca de 60 familias de morsas. Es aquí donde los osos blancos, los 'dueños del Ártico', acuden para dar a luz y criar sus pequeños.

DESDE JUNIO A SEPTIEMBRE

Desde junio hasta septiembre es la temporada abierta al turismo. Justo cuando las condiciones climáticas son las más apropiadas para visitar las altas latitudes del Ártico. El 90 por ciento de los turistas son extranjeros, concretamente venidos de China, Japón, EEUU, Australia y de países europeos. No es barato llegar hasta allí: hay que desembolsar el torno a 10.000 euros, y más si se accede al Polo Norte. Los intrépidos viajeros se hacen a la mar desde las remotas ciudades de Murmansk y de Arjánguelsk. Se trata de 'turismo de riesgo' a bordo de rompehielos. Una manera de sentirse pionero... en Europa. De hecho, se siguen los pasos de exploradores como el holandés Barentz y los navegantes rusos Sedov y Brusilov.

Una turista estadounidense captó la imagen de un oso polar subido a un arrecife para hacerse con los huevos de un nido. Esa foto ganó un concurso. Obvio: no está al alcance de todo el mundo una estampa tan singular.