«The Good Wife», el drama perfecto
Julianna Margulies protagoniza esta serie, de la que se han rodado ya cinco temporadas
ROSA BELMONTE
El verano de 2009, Nueva York estaba empapelada con la foto enorme de Julianna Margulies y el título «The Good Wife» . Lo que veíamos era a la enfermera Hathaway de «Urgencias» más guapa y mejor vestida. CBS promocionaba la nueva serie creada por el ... matrimonio formado por Robert y Michelle King. Lo de la buena esposa aludía a las de los políticos pillados en alguna pifia sexual que se plantaban estoicas a su lado cuando ellos daban la cara (dura) ante la prensa. Elliot Spitzer y Silda Wall eran la referencia más cercana, pero también estaban Hillary Clinton o Elizabeth Edwards que, encima, eran abogadas. Alicia Florrick lo es. Y en el comienzo de la serie vuelve a trabajar como letrada (es su ponerse a fregar escaleras) cuando al marido lo mandan a la cárcel por corrupción. Tenemos una serie de abogados, sí. Pero es mucho más. Es más que «La ley de Los Ángeles» o «Boston Legal», por citar dos de las más destacables en el género. «The Good Wife» es el mejor drama en muchos años en la televisión, aunque no levante la polvareda de otras ficciones seriadas. Aunque nuestras cadenas no se lancen (lógicamente, porque no hay demanda masiva) a poner el capítulo un día después que en Estados Unidos. Ahora mismo, Fox emite en España la cuarta temporada y se pueden comprar en DVD las tres primeras. En su país de origen va por la quinta. Y hoy domingo toca en la CBS el quinto episodio. Parece que se va a armar gorda.
Impecable
La serie era impecable desde el principio pero ha ido creciendo, como también ha ido extendiéndose el arco argumental. Como han ido enriqueciéndose las tramas, subtramas y complicaciones psicológicas de los personajes. Además de un planteamiento perfecto, siempre ha habido en «The Good Wife» grandes argumentos, guiones bien escritos, episodios redondos, unos intérpretes por encima de sus posibilidades, matices, forma, fondo, un magistral manejo de los límites morales en gente normal y humor. Mucho humor. Eso además de ser la producción que más implicada está con la tecnología de cada día. Con las implicaciones en la vida ordinaria de Twitter, Youtube o ese buscador inventado que se llama ChumHum (su Google). También tiene algo de profética. No tanto como «El ala oeste», vale, pero cuando se produjo el (primer) escándalo de Dominique Strauss-Kahn ya habíamos visto «VIP Treatment» (segunda temporada, episodio 5), donde la firma de abogados Lockhart Gardner se enfrentaba a un caso muy parecido. Un episodio mucho más clarificador que cien análisis de expertos y cualquier tertulia de lo que sea.
Alicia Florrick (Julianna Margulies) es la punta afilada de un reparto insuperable. Desde los secundarios protagonistas a las estrellas invitadas, pasando por los fijos discontinuos. Casi todos tienen cara de secuela, de «spin-off». O de serie propia. Si Michael J. Fox ha estrenado su propia comedia ha sido en parte por su recurrente papel como Louis Canning en «The Good Wife», uno de los atrabiliarios abogados que se enfrentan de vez en cuando a nuestro despacho favorito. Y son muchos. Están Patti Nyholm (Martha Plimpton), Nancy Crozier (Mamie Gummer, hija de Meryl Streep), Viola Walsh (Rita Wilson, la mujer de Tom Hanks) o Celeste Serrano (Lisa Edelstein). Sin olvidar a la maligna Wendy Scott-Carr, una prodigiosa Anika Noni Rose, la tercera de «Dreamgirls», la que no era ni Beyoncé ni Jennifer Hudson.
Secundarios de oro
En una serie donde cualquier secundario se convierte en oro, es imposible escribir de ellos en algo que no sea el Monumento a los Veteranos del Vietnam. Pero no se puede dejar de citar a Kalinda, la investigadora del bufete, tan misteriosa como clara. A Diane (la grandísima Christine Baranski), fundadora del despacho y cuyas carcajadas son uno de los grandes momentos de la ficción. A Stockard Channing, la irreconocible (¡esos retoques!) madre de Alicia. A Eli Gold (Alan Cumming), tronchante mano derecha de Peter Florrick (el marido) y a Elsbeth Tascioni (Carrie Preston), la abogada aparentemente chiflada a la que recurren los protagonistas cuando necesitan uno. Contaba Michelle King, la co-creadora, que Carrie Preston tenía un contrato con «True Blood» y que por eso solo la podían utilizar tres veces al año. Ya cancelada, este verano se emite la séptima y última temporada de la serie de vampiros de la HBO. Pero quizá no sea conveniente que Carrie aparezca más de tres veces al año. Quizá necesite una serie para ella. O no. Probablemente su personaje funcione tan bien precisamente porque sale poco.
«The Good Wife» es de una cadena generalista, una «network» y no tiene el bombo de «Mad Men» (ACM) o «Juego de Tronos» (HBO). Le han expedido menos certificados de calidad suprema de esos que se reparten más fácilmente con las series de cable. Pero con esta joya en su parrilla, la viejuna CBS puede soltar una de esas sonoras carcajadas de Diane.
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