Los expertos rebaten a Maduro: la televisión no es culpable de la violencia
El presidente venezolano acusó hace unos días a las telenovelas de incitar al odio, en un país con un alto índice de criminalidad
H.Cortés/J. Fernández
La televisión se ha convertido de nuevo en el blanco de las críticas de los poderes públicos. Hace unos días, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, propuso revisar los contenidos de las telenovelas, ficción estrella del país, por considerar que «incitan al odio y a la violencia» ... en una nación con uno de los mayores índices de criminalidad del continente, con 49 homicidios por cada 100.000 habitantes, según datos de la ONU. El problema se situó en primera línea tras el asesinato de Mónica Spear, Miss Venezuela 2004, y su esposo a manos de una banda de atracadores.
«No creo que el problema parta de la ficción», apunta Leticia Cibeau, redactora de la revista «Telenovela». En opinión de la periodista, los culebrones son un mero reflejo de la realidad del país, que también se puede percibir en programas menos criticados como los informativos. Si bien es cierto que existen telenovelas con una trama central más violenta, como «Escobar, el patrón del mal», también hay ficciones que tratan temas universales como el amor o la amistad. Además, suelen tener un final didáctico: el villano termina mal. «De hecho, muchas tratan sobre enfermedades terminales o drogas de forma positiva, asociándolos a ejemplos de superación», comenta Cibeau. «La clave es ser conscientes de que vemos ficción».
Elena Galán, profesora de la Universidad Carlos III de Madrid, coincide con Cibeau: «Actualmente vemos las cosas con cierta capacidad crítica porque conocemos la lectura ideológica que hay detrás». Todo producto cultural tiene «varias lecturas», añade, que dependen fundamentalmente del espectador. «Lo que sí está demostrado es que en muchas ocasiones los productos de ficción transmiten más ideología que los informativos, ya que al estar consumiendo entretenimiento se relaja esa “guardia”».
Según Galán, la televisión, más que reflejar la realidad, la construye, crea un discurso que a veces coincide con las características de la sociedad en la que se desarrolla y otras, no. «Es habitual echar la culpa a la televisión, pero forma parte de un sistema social más amplio. Puede tener cierta influencia, pero siempre como parte de un sistema, no de forma directa».
Juan Zarco, profesor de Sociología, concluye que la realidad social es «muy compleja» y nada se explica «por una sola causa». No hay una relación directa entre televisión y violencia o, al menos, no hay estudios concluyentes que refuercen esta tesis. De hecho, «el foco de estudio está pasando de la televisión a medios como internet o los videojuegos, que los más pequeños consumen de forma masiva».
Óscar Olivares, sociólogo de la Policía, coincide con su colega de profesión y añade: «Los efectos de la televisión son menos directos de lo que se piensa, y suelen centrarse más en reforzar conductas que ya existían en el individuo, más que en conseguir modificaciones drásticas del comportamiento». Este experto apunta que el nivel de influencia de los medios de comunicación depende de varios factores, entre los que se encuentran factores personales (biológicos y psicológicos), sociales y situacionales.
Hughes, crítico de televisión de ABC, reconoce que la primera vez que tuvo un encontronazo con la violencia como espectador fue con «Los Soprano». «La inmersión en ese universo (llegué a ver tres temporadas en una semana) me generaba un estado nervioso y quijotesco en el que me llegué a creer Paulie Gualtieri», explica.
El periodista matiza que si bien el cine genera efectos «a corto plazo», en las series «se prolonga»: «Ver “Dexter” durante semanas nos acostumbra con un punto de vista por el cual es normal (y hasta deseable) que el protagonista mate a inocentes por propia supervivencia y hasta por placer». Sin embargo, Hughes descarta la posibilidad de que el impacto de la televisión sobre la violencia o la sensibilidad del espectador hayan sido importantes: «No conozco casos de nadie que viendo “Águila Roja” haya decidido salir embozado con una espada por la calle».
Los expertos rebaten a Maduro: la televisión no es culpable de la violencia
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete