Cuando un médico tiene a su disposición 15.000 fármacos distintos, a debate en «Salvados»

Jordi Évole entrevistó a Joan Ramon Laporte, grandísimo especialista que forma parte del Comité Científico del ramo en la OMS (Organización Mundial de la Salud) con el que charló acerca de la influencia de la industria farmacéutica sobre los pacientes, los médicos y los órganos reguladores de la comercialización de sus productos. El también director de la Fundación Instituto Catalán de Farmacología remarcó datos como el de que en 2011 España fue el primer país del mundo en consumo de psicofármacos, medicamentos para la ansiedad, para dormir y para la depresión. En boca de Laporte: «Se consume tanto porque hacer la receta es muy rápida y sustituye las explicaciones y los cambios de modo de vida».

España se gasta al año unos 17.000 millones de euros al año en consumo de medicamentos, un 25% de todo el dinero público que se gasta en Sanidad, por lo que «ahorrar» en esta materia sería posible con una adecuada gestión. En muchos países europeos hay «una financiación selectiva. Aquí no, porque la industria farmacéutica tiene decenas de miles de personas bien pagadas que sólo piensan vender a quien les compre, y ése es el Sistema Nacional de Salud», comenta Laporte. «Cuando un médico se pone a hacer recetas tiene a su alcance 15.000 medicamentos diferentes, de los cuales, muchos ni los conoce», añadió.

Évole le interrogó también sobre el significado exacto de un medicamento está bajo patente. «Significa que si alguien inventa algo, lo patenta y produce beneficios, disfruta de ellos durante 20 años. El precio de los medicamentos es puramente arbitrario» tiene que ver con que si está patentado o no. Un medicamento genérico es un medicamento que tiene la misma composición que el de marca y que es equivalente en el efecto que va a hacer al paciente. De cada 20 medicamentos que se comercializan, cuatro se retiran porque «producían efectos inaceptables, demasiados graves que no eran conocidos antes de la comercialización». El medicamento es algo que si está bien usado «hace mucho bien, si no puede hacernos mucho daño», coligió el doctor.

Luego también conoció el punto de vista del exdirector general de Salud Pública del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, Ildefonso Hernández, quien no tuvo remilgos en admitir que no siempre se adoptan directrices médicas en base al interés de los ciudadanos, sino de otros «intereses», como el meramente económico. Hernández afirmó que la industria farmacéutica tiene gente muy bien preparada y que «meten muchos goles al Sistema Público de Salud porque domina a los órganos reguladores».También se dio a conocer el punto de vista de las farmacéuticas, a través de la entrevista a Julián Zabala, director de Comunicación de Farmaindustria, la patronal de las compañías farmacéuticas, quien subrayó que su interés es «intentar trasladar a las autoridades sanitarias los intereses de la industria farmacéutica para que lo tengan en cuenta para desarrollar el marco legislativo». Este responsable objetó que las estadísticas de consumo de fármacos señalan que el país se sitúa «en la media de la UE».

De la mano de un médico de cabecera, Enrique Cavilán, se puso el dedo en la llaga de cómo algunos facultativos prescriben un fármaco antes que otro sin pensar en la enfermedad real del paciente: «Hay ocasiones en el que el medicamento ha sido antes que la enfermedad» fue una de esas declaraciones que hacen «pupa» al televidente. Este médico de familia aseguró que hay enfermedades que se han ido generando en torno al uso de determinados medicamentos. Es decir, han «inventado» enfermedades para determinados fármacos ya creados y puso como ejemplo el fracaso escolar que se trata con derivados de la anfetamina. También relató cómo hay personal sanitario que se va de congreso, viajes, reciben atenciones... por parte del laboratorio farmacéutico si receta un producto antes que otro, de una marca adversaria.