Diez películas para superar una década sin Marlon Brando
Este martes, 1 de julio, se cumple el aniversario de la muerte de uno de los grandes monstruos de la interpretación. Repasamos algunas de sus películas más importantes
Actualizado: GuardarEste martes, 1 de julio, se cumple el aniversario de la muerte de uno de los grandes monstruos de la interpretación. Repasamos algunas de sus películas más importantes
12345678910«Un tranvía llamado deseo»
De Elia Kazan. 1951. Con Karl Malden y Vivien Leigh
«Un tranvía llamado deseo» es la segunda película de Marlon Brando, después de «Hombres». El actor, al que el canal TCM rinde homenaje este martes y todos los domingos del mes de julio, protagoniza la impecable adaptación de Elia Kazan del denso drama sureño de Tennessee Williams. Pese a la juventud del actor, que rodó la cinta con 26 años, su Stanley Kowalski todavía impresiona y es uno de sus papeles más recordados. Brando y Malden ya habían coincidido en la versión teatral de Broadway, junto a una Jessica Tandy que tendría que esperar décadas para alcanzar la fama. El primero vendió más camisetas que Cristiano Ronaldo, años después de que las ventas bajaran al aparecer Clark Gable sin dicha prenda en «Sucedió una noche».
«¡Viva Zapata!
De Elia Kazan. 1952. Con Anthony Quinn
«Viva Zapata» es un fascinante drama biográfico sobre el revolucionario mexicano Emiliano Zapata, a quien da vida un Marlon Brando soberbio, de nuevo a las órdenes de Elia Kazan. El guión del premio Nobel John Steinbeck tiene momentos mágicos, como cuando Zapata, ya asentado como dirigente, trata a un campesino con desprecio, tal y como le ocurrió a él en un día no tan lejano. El virtuosismo de Brando al interpretar la escena, auténtica parábola sobre la corrupción inherente a casi toda forma de poder, la convierte en algo memorable. Anthony Quinn ganó un merecido Oscar.
«Julio César»
De Joseph Leo Mankiewicz . 1953. Con James Mason y John Gielgud
El inigualable Joseph L. Mankiewicz («Eva al desnudo» y «La huella» también son suyas, entre otras obras maestras) recurre a Brando para adaptar a Shakespeare. Su «Julio César» permite al actor completar un protagonista formidable y enérgico, magnético, sin métodos ni camisetas ceñidas.
«La ley del silencio»
De Elia Kazan. 1954. Con Eva Marie Saint, Lee J. Cobb, Karl Malden, Rod Steiger y Martin Balsam
Puede que «La ley del silencio» sea la mejor entre las obras maestras de Elia Kazan. Marlon Brando es aquí un exboxeador que se rebela contra la mafia sindical que domina los muelles del puerto de Nueva York. La historia le sirvió al cineasta para justificar de forma no demasiado velada la delación –la «caza de brujas» flotaba en el ambiente–, pero su viaje al interior de las flaquezas humanas es conmovedor. Brando empezaba a demostrar sus grandes dotes como fajador. Nadie ha recibido palizas en el cine con tanto talento. La escena junto a Rod Steiger en el automóvil (en la fotografía) es una de las grandes de la historia del cine: «Yo podría haber sido alguien».
«La jauría humana»
De Arthur Penn. 1966. Con Jane Fonda, Robert Redford, Angie Dickinson, Robert Duvall y E. G. Marshall
Brutal alegato contra el racismo, la hipocresía y la corrupción. En «La jauría humana», la fachada de falsedad de un pueblo es desguazada por la mirada implacable de Arthur Penn, a quien le basta con rascar un poco para sacar a la luz toda la porquería escondida bajo las alfombras de la sociedad. Solo el sheriff Brando –de nuevo encaja una paliza con inigualable estilo– mantiene la integridad, aun a costa de morder la mano que le da de comer.
«Reflejos en un ojo dorado»
De John Huston. 1967. Con Elizabeth Taylor y Brian Keith
Brando rodó este extraño drama basado en un difícil relato de Carson McCullers un año antes de la trágica muerte de la escritora. «Reflejos en un ojo dorado» versa sobre la vida en un campemento militar, donde la habitual tensión se ve espesada por el adulterio y la homosexualidad. Marlon Brando y Elizabeth Taylor le dan lustre al filme, del que John Huston se sentía muy orgulloso.
«El padrino»
De Francis Ford Coppola. 1972. Con Al Pacino, James Caan, Robert Duvall, Sterling Hayden, Diane Keaton
«El padrino» es la película de la cosa nostra por antonomasia, aunque la palabra «mafia» es tabú en sus tres brevísimas horas. Todo es perfecto en este violento retrato de la familia Corleone y de sus batallas con los otros clanes. Basada en la célebre novela de Mario Puzo, sólo ganó tres Oscar. El filme, elegido una y otra vez entre los mejores de la historia, creó un lenguaje que ha sido imitado por los gremios más dispares, incluido el de los gánsteres, gente mucho más sórdida y carente de «glamour» de lo que sugiere Coppola. Marlon Brando está sencillamente sensacional y marca el tono superlativo del resto de interpretaciones.
«El útimo tango en París»
De Bernardo Bertolucci. 1972. Con Maria Schneider, Jean-Pierre Leaud
Marlon Brando mantiene una apasionada relación, basada exclusivamente en el sexo, con la joven Maria Schneider, tras conocerla de forma casual durante la visita a un piso de alquiler. Tuvieron que pasar varios lustros para que «El último tango en París» pudiera ser vista sin el velo del exagerado escándalo que originó en su día. Hay quien no termina de entrar en el ritmo de Bertolucci, pero la interpretación de Brando raya la perfección. El actor es la encarnación perfecta de la desesperación y hasta su decadencia física le sienta como un guante al personaje.
«Apocalypse Now»
De Francis Ford Coppola. 1979. Con Martin Sheen, Robert Duvall y Dennis Hopper
Víctima de su talento, Coppola se vio desbordado y devorado por la grandeza inconmensurable de su propia obra, una visión fascinante y descompensada del trauma de Vietnam. La película se pierde en los meandros de un rodaje caótico, que solo encuentra su rumbo definitivo con la aparición final de Brando. Con todo, el buen espectador todavía sabe abandonarse y disfrutar a tumba abierta ante esta formidable cinta, de cautivadora fotografía y emocionante banda sonora.
«The Score (Un golpe maestro)»
De Frank Oz. 2001. Con Robert de Niro, Edward Norton, Angela Bassett
En su última película, Marlon Brando forma con Robert de Niro y Edward Norton un trío de ladrones en el típico robo imperfecto. Eso ocurre delante de las cámaras, porque detrás lo que hubo fue un choque de trenes morrocotudo. Cuentan las malas lenguas que Brando no soportaba al director de «The Score», por lo que De Niro (¡el otro Padrino!) asumió la dirección de sus escenas. Con todo, el experimento salió entretenido y Norton tuvo el indiscutible mérito de no arrugarse ante las vacas sagradas.
