El «customizador» de Londres

Mario Dengra es un artesano; todo lo hace a mano, hasta los tornillos . «Coges una moto moderna y la transformas como si fuera una moto clásica según el gusto del cliente -explica-. Quizás por el ruido del motor puedas intuir qué moto es, pero nada más». Por eso, la «customización» de una motocicleta puede llevarle generalmente un mes de trabajo, aunque su primer encargo en Londres lo hizo en cinco días y con sus correspondientes noches. ¿Precio? «Personalizar una moto sencilla, desde 6.500 libras, y luego hasta lo que el cliente quiera pagar. En mi caso, la más cara que he fabricado ha costado 45.000 libras », explica este toledano, que hace tres años y medio se lió la manta a la cabeza y se fue solo a Londres. «Me aconsejaron que fuera para allá -recuerda- porque podía tener muchas oportunidades laborales».

No se lo pensó mucho. Dejó su trabajo como encargado de un concesionario de Yamaha en España y se presentó en la ciudad del Big Ben. El primer revés fue duro, nada más aterrizar. «Llegué con una promesa de trabajo a través de un amigo, pero cuando me presenté allí no había tal trabajo ni siquiera casa, no tenía absolutamente nad a». Pero no se vino abajo. «Me puse a buscar trabajo ese mismo día y, aunque mi nivel de inglés no era muy bueno, encontré horas más tarde como mecánico en un taller muy pequeño».

Su cambio de vida fue radical en Londres , si bien intentó hacer las mismas cosas que en España, donde llegó a participar como mecánico en algún Campeonato Nacional de Velocidad y en alguna prueba del Mundial de Motociclismo. Por sus manos pasó la motocicleta de Sergio Mora , un joven de Guadalajara que a los 14 años ganó, con la ayuda de Mario, la Cuna de Campeones en la categoría de 125 centímetros cúbicos. «En Londres -cuenta- también busqué un equipo de motos y logré fichar por uno, el SBK City Rancing». Y repitió triunfos. «El piloto principal del SBK, Ralph Lo Turco , consiguió ganar el campeonato británico de Superbikes por dos veces». A la tercera temporada Mario decidió crear su propio equipo de motos con cuatro pilotos y uno de ellos, el tailandés Ben Fortt, obtuvo el campeonato de Superbikes. Además, el toledano participó en 2013 como jefe de mecánicos del piloto Rafael Paschoalin en la Isla de Man, la carrera más peligrosa del mundo que se disputa en el Mar de Irlanda.

Sin embargo, el esfuerzo era mucho para la poca rentabilidad económica que obtenía. Por ello, Mario dejó el mundo de las carreras y se volcó en su trabajo en CRC Motorcycles, la mejor empresa de Inglaterra en la fabricación artesanal de motocicletas con cuatro empleados. En esta empresa el mecánico toledano estuvo un año, hasta que el propietario, «un hombre con mucho dinero», decidió cerrar hace cuatro meses para emprender otros negocios.

Pero Mario no tardó mucho tiempo en encontrar una empresa que vendiera sus motocicletas personalizadas, Urban Rider , una boutique del exclusivo barrio de Chelsea que tiene a David Beckham entre sus clientes. «Hay algunas personas que llegan con una idea clara y otras que solo quieren una moto exclusiva, por lo que confían en tu trabajo. Eso me ha sucedido con Cain Lee, dueño de una empresa de transportes que trabaja para grandes producciones cinematográficas, que me ha dicho que yo tengo buen gusto y que fabrique su moto como yo quiera». Mario, que está totalmente asentado en Londres y regresa a España de vacaciones una o dos veces al año, volverá al taller en unos días. La moto de Cain Lee le espera.