La Guerra de Sucesión (1701-1714): Castilla-La Mancha hace 300 años

El rey Carlos II muere el 1 de noviembre de 1700. Su viuda, la reina Mariana de Neoburgo, es desterrada a Toledo; es alojada primero en el palacio arzobispal, hasta que se concluyan las obras de adecuación del Alcázar; obras que deberá sufragar el Ayuntamiento. Las obras, además de las realizadas en el propio edificio, incluyeron el empedrado de las calles adyacentes. Antes de morir, Carlos II había designado al arzobispo de Toledo, Manuel Fernández Portocarrero como regente El nuevo rey, Felipe V de Borbón , promovido por su abuelo, Luis XIV de Francia, es ungido como tal por Portocarrero, y visita en el Alcázar a la reina viuda Mariana de Neoburgo; el destierro de ésta en Toledo se prolongará hasta 1706. Portocarrero, es puesto al frente de una Junta de Gobierno ; este organismo y el Consejo de Gabinete o de Despacho son los principales órganos que asesoran al Rey

En 1702 la Gran Alianza (Austria, Inglaterra, Holanda y Portugal) declaran la guerra a Francia y España . Comienza la Guerra de Sucesión. El arzobispo Fernández Portocarrero, aporta fondos propios para financiar la armada española que se enfrenta a la aliada en la bahía de Cádiz, y consigue derrotarla.

La reina Mª Luisa Gabriela de Saboya (esposa de Felipe V) dirige una carta al Concejo de Ciudad Real, agradeciéndole el servicio de 24.000 reales enviado por éste como ayuda a la guerra contra el pretendiente austracista, el archiduque Carlos.

Los reyes atraviesan la provincia de Guadalajara , procedentes de Francia, y recorren los municipios de Atienza, Jadraque, y Sopetrán, hasta llegar a Guadalajara capital, donde se alojarán en el palacio de los duques del Infantado. Les acompaña el diplomático Louis François d’ Harcourt, que nos dejará un relato de este viaje.

En 1706 el ejército del pretendiente, archiduque Carlos de Austria, entra en Toledo , mandado por el portugués conde de la Atalaya. El arzobispo Portocarrero asiste «de mala gana» a un Te Deum de acción de gracias en la catedral, y bendice los estandartes de las tropas austríacas, lo que le acarrearía después no pocos problemas con Felipe V. El archiduque Carlos visita en Toledo a la reina viuda Mariana de Neoburgo e intenta convencerla de que preste su apoyo a la causa austriaca, aunque no logra conseguirlo.

Cuando las tropas austracistas entran en Madrid, Felipe V se retira de la capital y pasa «con su pequeña corte a la fidelísima villa de Atienza (Guadalajara) para aguardar los refuerzos ofrecidos por su abuelo Luis XIV», según narra Layna Serrano, quien cuenta también que la población no solo afrontó los gastos de la estancia del rey en la villa sino que cuando éste marcha contribuye con una buena suma de de dinero para la continuación de la guerra.

En Guadalajara, las tropas austríacas, comandadas por lord Galloway, saquean la ciudad y en concreto el palacio de los duques del Infantado así como la iglesia de Santiago. Una parte del ejército anglo-portugués, fiel al Archiduque, se dirige hacia Valencia; y toma Quintanar de la Orden (TO) ; los habitantes se resisten pero al final los portugueses entran en la villa, incendian numerosas casas así como la capilla del Hospital de Estudiantes, y varias eras en los alrededores del pueblo. La ciudad de Cuenca es saqueada y bombardeada por las tropas inglesas del general Hugo de Wildham. Escaramuzas entre tropas inglesas y vecinos de Huete leales a Felipe V, cerca de Carrascosa del Campo (CU)

El 10º duque del Infantado, Juan de Dios de Silva y Mendoza, rinde pleitesía a Felipe V en su palacio de Guadalajara; este dato es significativo porque inicialmente había tomado partido por el pretendiente austriaco Carlos.

Las tropas inglesas saquean algunas iglesias en la comarca de Sigüenza (GU). Las tropas austriacas y portuguesas saquean igualmente Mondéjar (GU), en concreto el palacio de los marqueses de esta villa, y se llevan prisioneros a los hijos del marqués de Mondéjar a Valencia y Cataluña. Saquean también Tendilla y Aranzueque (GU).

Molina (GU) es ocupada por las tropas del pretendiente austracista y recuperada este mismo año por las borbónicas al mando de Juan de Nassau. Felipe V confisca sus bienes al conde de Tendilla por apoyar al archiduque Carlos. Ante la inminencia de un asedio militar, se refuerzan las murallas que rodean y protegen la ciudad de Cuenca.

En 1707 tiene lugar la trascendental batalla de Almansa (Albacete) , con el triunfo de los ejércitos borbónicos franco-españoles, esta victoria deja prácticamente todo el territorio de Castilla en manos de las tropas fieles a Felipe V. El cardenal Portocarrero abandona sus ambigüedades políticas y vuelve a inclinarse del lado de Felipe V ; ordena a las iglesias y conventos de su archidiócesis toledana que contribuyan a los gastos de la guerra contra el pretendiente austríaco; concretamente entrega al rey un empréstito para gastos de guerra de cerca de 3 millones de reales, de los que 2,4 proceden de aportaciones de la catedral de Toledo

Felipe V rompe relaciones con el Vaticano por el apoyo de este al archiduque Carlos de Austria. El arzobispo de Toledo Luis Manuel Fernández Portocarrero vuelve a ser amonestado por la Corte por haber defendido al papa, Clemente XI, que era abierto partidario del archiduque Carlos. Portocarrero muere en este mismo año; (en septiembre) en su tumba (en la capilla de la Virgen del Sagrario, en la catedral de Toledo) aparece la conocida leyenda: «Aquí yace: polvo, ceniza y nada» .

Veamos ahora cómo se desarrollaron los hechos bélicos de la Guerra de Sucesión en Toledo y en La Mancha , antes de dichas batallas. Seguiremos para ello el relato que hace el historiador andaluz José Calvo Poyato (*): La idea central de las tropas borbónicas era fortificar los pasos de Sierra Morena para impedir que los austracistas llegaran hasta Andalucía. La Mancha no contaba con ningún efectivo militar de las tropas leales a Felipe V . Tras ocupar Madrid a finales de septiembre de este año las tropas leales al archiduque Carlos se dirigen a Toledo . Uno de sus objetivos centrales era aprovisionarse de granos y alimentos. De Toledo un contingente de caballería de unos 300 hombres a Almonacid y Villacañas (TO) y de ahí a Herencia, Alcázar, Manzanares y Almagro (CR). También ocupan Ciudad Real capital . Las únicas villas importantes que se les resistieron fueron Almodóvar del Campo, Santa Cruz de Mudela y Viso del Marqués. El 9 de noviembre el ejército austracista abandona Madrid y se repliega sobre Toledo , que también es abandonada a los pocos días, acosado por las tropas fieles a Felipe V de Borbón; antes de su huida provocan un grave incendio en el Alcázar y queman igualmente la casa del secretario Vargas, de estilo renacentista. Las tropas borbónicas entran en Toledo al mando del capitán -y poeta, natural de Cuerva (TO)- Eugenio Gerardo Lobo .

En 1710 tiene lugar la segunda de las batallas decisivas de la Guerra de Sucesión, también esta vez en suelo castellano-manchego: Brihuega y Villaviciosa , en la provincia de Guadalajara. Las tropas partidarias de Felipe de Borbón, con apoyo de buena parte de la población de Brihuega, asaltan en diciembre de este año el castillo de esta villa y obligan a rendirse a las tropas británicas y austriacas. La victoria de los partidarios de Felipe de Borbón inclina la balanza de la Guerra de Sucesión del lado de esta dinastía francesa, frente a su oponente austríaco. Tras la victoria, Felipe V pasa unos días en Guadalajara, en el palacio del Infantado. En Budia (GU) las tropas leales al archiduque Carlos saquean la villa, la iglesia y queman más de 6.000 colmenas. En Embid (GU) incendian el castillo; en Tartanedo (GU) saquean la iglesia y profanan unas hostias consagradas, que luego aparecen impresas en un lienzo en buenas condiciones; esto constituye la esencia del conocido como «Milagro de las Formas». Tendilla (GU) también es saqueada. El ejército del pretendiente austriaco vuela tres arcos del puente sobre el río Henares en Guadalajara. En Cifuentes , don Fernando de Silva y Meneses, que había luchado a favor del archiduque de Austria, es desposeído de su título por Felipe V quien igualmente ordena destruir el palacio de los condes de Silva, en esta villa y sembrar de sal los campos aledaños.

En 1713 se firma el Tratado de Utrecht, que supone el final de la Guerra de Sucesión aunque Cataluña resistirá a las tropas borbónicas hasta septiembre de 1714. 1714, año del final de la Guerra de Sucesión, es importante para nuestro relato porque a finales del mismo fallece la reina María Luisa Gabriela de Saboya. Felipe V y su nueva mujer, Isabel de Farnesio, ratifican su matrimonio en el palacio del Infantado, en Guadalajara , en febrero de 1715. La ciudad aprovecha esta circunstancia para pedir que le condone una deuda de 20 millones de maravedíes que mantenían con la Hacienda Real, así como la reducción de ciertos tributos; cosas ambas que consiguen.

Según algunas fuentes, la clara enemistad entre la nueva reina , Isabel de Farnesio y la princesa de los Ursinos, todopoderosa en la etapa anterior, en tanto que camarera mayor de la difunta reina, se materializa en Jadraque (GU), en la conocida como Casa de las Cadenas , cuando la nueva reina abofetea a la aristócrata y ordena su inmediata salida hacia Francia. Comienza así una nueva etapa en el reinado de Felipe V.