Funeral por un Greco más vivo que nunca

Cientos y cientos de personas se congregaron con motivo de esta misa funeral excepcional en la catedral primada, donde se conservan algunas de las obras maestras del cretense, como «El Expolio», restaurado con ocasión del IV Centanario, y uno de sus «Apostolados». Bastante tiempo antes de que empezara la misa, cientos de personas hacían cola ante la Puerta Llana para poder acceder al interior del templo y ser testigos privilegiados de un momento histórico , en que la Iglesia Católica ensalzó la figura de un artista que tanto hizo por ella, por sus iglesias y conventos, plasmando su arte excepcional en retablos y edificios eclasiásticos.

De ese total de personas, 200 eran patrocinadores de la Fundación Greco 2014 , el organismo que con Gregorio Marañón y Bertrán de Lis al frente ha sido el artífice, con la ayuda de instituciones públicas y privadas, de este magno acontecimiento cultural que ha hecho posible en Toledo la presencia de la mejor y mayor colección de obras del Greco.

A lo largo de hora y media de celebración, los asistentes pudieron escuchar algunos cantos polifónicos como «Requiem aeternam», «Circumdederunt me» o «Dies irae, dies illa». La misa, oficiada por el arzobispo de Toledo en latín, contó también con la presencia de una veintena de sacerdotes que acompañaban al arzobispo primado, entre los que se encontraba también el obispo auxiliar, Ángel Fernández Collado, y el deán del Cabildo catedralicio, Juan Sánchez.

Durante su homilía, monseñor Rodríguez Plaza recordó la muerte del pintor, pero quiso acer hincapié en la resurrección, por lo que oró por que el cretense «viva con Él, viva en Él». A lo largo de su interlocución, el arzobispo hizo alusión a la faceta del Greco como pintor, y destacó que en sus obras «deja ver cómo la luz pascual acompaña a los que son miembros de Cristo, discípulos que caminan con dificultad pero con la energía de la felicidad que guía el corazón de los que buscan su amor». «Jesús ya te habrá relevado las escrituras, pues has demostrado que en la carne se ve lo invisible», bellas palabras de alabanza que dedicó al pintor candiota.

«Porque Dios es bueno, le pedimos que estés en su luz, la que también pintaste, y que veas su gloria y goces de los deleites celestiales», continuó la plegaria del arzobispo de Toledo, que también destacó el aspecto religioso del pintor: «sabía bien que aún en los avatares de la vida, los que se dejan llevar por el espíritu de Dios son hijos de Dios» y conocía «la cercanía de Jesús», a quien había orado durante su vida y desde su infancia, en la isla de Cret a.

Entre las autoridades que acudieron a la misa funeral estuvieron la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal; el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page; el presidente de las Cortes regionales, Vicente Tirado; el presidente de la Fundación Greco 2014, Gregorio Marañón; el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, Miguel Ángel Collado, varios consejeros del Gobierno regional y concejales del Ayuntamiento de Toledo, entre otras personalidades del ámbito jurídico. También exalcaldes de la ciudad, como Juan Ignacio de Mesa.

Antes de entrar a la catedral primada, Cospedal destacó que el Greco es una parte «muy importante» de la cultura de la región y con la conmemoración de los 400 años de su muerte, Castilla-La Mancha vive «un año muy importante desde el punto de vista cultural, patrimonial, histórico, artístico y turístico».

También el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, destacó que el Greco ha contribuido a poner Toledo «en el mapa del mundo» y que, con la conmemoración de los 400 años de su fallecimiento, «hoy se tiene la doble sensación de funeral y de fiesta», de «retrotraerse a la época de hace 400 años y, con solemnidad, reconocer la trayectoria, la vida mundana de quien fue un ciudadano de Toledo». Mientras, la vida de la ciudad cuyas calles recorrió el cretense seguía su curso, con miles de turistas y vecinos que ayer no trabajaron. Porque era fiesta. Un día en que se agotó el cupón de la ONCE desde el que lloraba San Pedro.