«Fue un novelista "mediano" pero sagaz cronista de una sociedad y una época claves en la vida española»
El poeta, escritor y colaborador de ABC, Hilario Barrero concede una entrevista a ABC sobre la figura de Urabayen
maría josé muñoz
El poeta, escritor y colaborador de ABC, el toledano Hilario Barrero, profesor de Literatura en la Universidad Pública de Nueva York, es un experto en la figura y obra del escritor navarro .
-¿Qué le atrajo de Urabayen para escibir su tesis doctoral sobre ... él?
-Mi madre nos hablaba de don Félix. En la papelería/libreria del barrio (soy de Santo Tomé), que llevaba el señor Guzmán, vi por primera vez Toledo, Piedad, que compré, cuando yo debía tener diez años. Y lo elegí para hacer la tesis doctoral por su ideología política y porque me parecía un escritor impertinente. En aquellos tiempos yo todavía creía en la política.
-Desde hace unas semanas se celebra en la Biblioteca de Castilla-La Mancha un ciclo sobre Urabayen. Si hubiera podido participar, ¿qué aspecto habría destacado?
-Sigo las conferencias, que me parecen un acierto y gracias sean dadas al director del centro Juan Sánchez Sánchez. Celebro mucho que fuera Fernández Delgado el que abriera el turno porque él es el que mejor ha estudiado a Urabayen. Yo hubiera abordado a un Urabayen menos académico, intentando abrir brechas y calas en su obra con una mirada siglo XXI. Intentando, por ejemplo, investigar en la idea de que Urabayen es un escritor de segunda clase de primera. Desgraciadamente, con contadas excepciones, todos hablamos de lo mismo o damos la vuelta a ideas muy machacadas. Somos artesanos, algunos muy refinados, de ocasión. A lo mejor es todo lo que Urabayen da de sí y se merece. No lo sé. Si yo hubiera participado habría hablado de una tesis titulada «The Work of Félix Urabayen: Its Content, Scope, and Significance», escrita por Zoe Singer en la Universidad de Chicago, Ilinois en agosto de 1935. Es un modelo por lo que dice.
-En su completa tesis incluso se detiene en la descripción física de Urabayen. ¿Qué le cautivó del personaje para elaborar tan exhaustivo estudio?
-Accedí a un documento precioso, que me prestó la hija de don Félix, titulado «Notas y recuerdos para una posible biografía de Félix Urabayen (1884-1943)» escrito por Mercedes Priede, la mujer de Urabayen. En él había datos e impresiones de primera mano.
-¿Es cierto que tiene en su poder documentos inéditos sobre Urabayen?
-Tuve la suerte de conocer a María Rosa, la hija del escritor. Fueron unas visitas inolvidables. Recuerdo el primer día que llegué a Modesto Lafuente, 80, donde vivía y donde murió Urabayen. Me acogió con gran hospitalidad. Pasamos varias horas charlando sobre su padre. Al final me enseñó algunos documentos que me dejó para poder fotocopiarlos. Volví al día siguiente con los originales y un ramo de rosas y volvimos a hablar de Urabayen. Antes de regresar a Nueva York volví una vez más a verla y al despedirnos me dijo que esperara. La vi perderse por el largo y oscuro pasillo y al volver traía un sobre que me entregó. «Un recuerdo de mi padre -me dijo-, por el interés en su obra». Tengo fotocopias de algunos documentos que la señora Urabayen me dejó para fotocopiar. Y conservo, como oro en paño, el documento mencionado que su hija me regaló. Es un documento histórico importante que aporta una nueva mirada a Urabayen como político comprometido con la República. Lo es, no solo por el documento gráfico de un Urabayen envejecido, o por las firmas de los dirigentes políticos de la época, o por la fecha, o por el tiempo que se ha puesto amarillo; lo es también como documento social y humano de una época vital y clave para la historia contemporánea de España. Como me dijo Fernández Delgado al ver un carnet de maestro firmado por Urabayen, propiedad de Luis Alba: «Ya ves, todo continúa abiertísimo…».
-¿Considera, como coinciden los ponentes del Ciclo de la Biblioteca, que deberían reeditarse sus libros?
-No estoy seguro. La gente no lee, en general, a autores «pasados». Urabayen lleva una carga maldita que le hace antipático y «forastero». Posiblemente a los jóvenes, que no conocieron al novelista, podrían interesarles e incluso les animo a que hagan tesis. Pero creo, honradamente, que aunque se publicaran sus libros no tendrían un público. Urabayen está destinado al olvido, como tantos otros. Un libro que yo reeditaría sería Serenata lirica de la vieja ciudad donde se elogia a Toledo en páginas muy bellas. Precisamente uno de los dos ejemplares que tengo de Serenata, y que adquirí a un librero francés, está dedicado por Urabayen «Para Carlos de Batlle, recuerdo toledano de su compañero y amigo. Urabayen».
-¿Por qué no se estudia a Urabayen en el colegio, quizá porque es considerado un literato de segunda? Y si es así, ¿es por desconocimiento o por la existencia de cierto malditismo en torno a este autor?
-Si no se estudian autores que son considerados de «primera», no me extraña que no se estudie Urabayen, que es un autor que está a caballo entre la generación del 98 y la del 18, desligado de las vanguardias y como dice Fernández Delgado «se muestra heredero de realismo galdosiano». Urabayen es un escritor que se equivocó de época. El debería haber vivido en los siglos XVI y XVII. Y sería, igualmente, un escritor maldito.
-Parece ser que Urabayen no fue tan de izquierdas como lo pintan, que incluso fue un hombre conservador en sus ademanes y creencias, pese a su crítica, por ejemplo, al inmovilismo de la Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas, o a la misma sociedad toledana. ¿Puede sacarnos de la duda?
-Uno de los problemas que tiene don Félix es que parece ser patrimonio de la izquierda. Pero la izquierda lo más que hace es dedicarle una humilde plaza en una humilde cerámica y lamentarse del olvido en el que está hundido. No sé si su suerte hubiera sido otra de ser de «derechas».
-Ha comparado a Urabayen con el Greco. ¿Les une solo su calidad de forasteros en Toledo o hay algo más profundo que pueda hermanarlos?
-Se nace toledano. Lo demás son variaciones sobre un mismo tema: ser o no ser forastero, he aquí la cuestión. ¿Soy yo americano aunque tenga nacionalidad americana y lleve en este país casi cuarenta años? ¿Alguien recuerda el acento del Greco?
-¿Cuál es su novela preferida de Urabayen y por qué?
-Urabayen no fue un «gran» novelista. Se le ha reprochado el insatisfactorio diseño de sus personajes, la falta de estructura en el ensamblaje de los argumentos y su marcada tendencia a ser repetitivo en ideas, con una carga negativa en su protesta, más subjetivo que objetivo, con un estilo a veces helado, lento y ácido, distante, pesimista, polémico, contradictorio y amargo. Sin embargo, este mismo novelista «mediano» fue el sagaz cronista de una sociedad y una época claves en la vida española. Fue, además, un poeta que escribió en prosa, un visionario, un «trasterrado» iluminado por la pasión a su pequeña patria adoptiva, un escritor ingenioso, honesto, brillante, encasillable e independiente. Y así le fue. Urabayen fue un escritor cuyas cualidades tal vez no sean las requeridas para ingresar en la primera fila del canon novelístico español de siglo XXI, pero que puede hacer el deleite de una selecta minoría de lectores, pues comparten con él el amor a Toledo y a su oscura belleza.
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