El director general de la Guardia Civil visita en el hospital a la familia del agente herido en un atraco en Yuncos
El director general de la Guardia Civil visitó este lunes al herido de bala, cuyo vehículo apareció calcinado en Seseña
manuel moreno
Una frialdad extrema y un desprecio absoluto por la vida. Esa fue la actitud que demostraron los tres violentos y peligrosos asaltantes que el pasado sábado dispararon a un agente de la Guardia Civil cuando acudió con su compañera a un supermercado de Yuncos ... para evitar un robo.
Uno de los ladrones, el último en salir del establecimiento, le hirió de bala, una vez consumado el asalto y si mediar palabra, para impedir ser detenido y huir, con sus compinches –rumbo a Madrid por la A-42– con un exiguo botín de unos 1.500 euros, según ha podido saber ABC.
Ese fue el precio que le pusieron a la vida del funcionario o a la de cualquier cliente del hipermercado que pudo verse alcanzado por el tiroteo y convertir la tragedia en mayor. Y es que en el lugar de los hechos se hallaron seis casquillos, si bien no se sabe aún si corresponde a la misma arma.
Como es sabido, el trío de delincuentes había robado esa misma tarde un Seat Toledo de color gris en Ciempozuelos (Madrid), que apareció luego calcinado en Seseña. Con él acudieron a esa gran superficie y aparcaron. No se apearon y su actitud levantó las sospechas de un cliente, que avisó a la Guardia Civil a las 21.15. Los ladrones ya habían entrado al comercio provistos de gorras, guantes y armas de fuego. Tras intimidar a los empleados , obligaron a la gerente a abrir la caja fuerte y se apoderaron de 1.500 euros. Eran las 21.20 horas.
Le disparó el último en salir
Mientras eso sucedía, llegó una patrulla procedente de la vecina localidad de Illescas y detectaron al vehículo citado con una de sus puertas abiertas. La compañera del agente pidió refuerzos ante la posibilidad, cada vez más certera, de que se tratara de un atraco y los ladrones hubieran dejado el automóvil con la puerta abierta listos para huir a la carrera . Entonces, la víctima, Román David Gómez Maestre , de 37 años, se dirigió a la entrada del supermercado.Justo en ese momento estaba saliendo el tercer asaltante, quien, tras estamparse contra el cristal de la entrada, se levantó a toda prisa al ver al guardia civil, encañonó el arma y le disparó sin ningún miramiento, alcanzándole de pleno e hiriéndole de gravedad.
La bala le entró por el cuello y le salió por un costado y en su trayectoria le fracturó las vértebras T1 y T2, mientras que una esquirla le afectó un pulmón.
Hasta el aparcamiento de la gran superficie acudió también una patrulla de la Policía Local de Numancia de la Sagra. En esos momentos, el trío de delincuentes ya se había dado a la fuga, a gran velocidad, en dirección a Madrid. Se les perdió la pista en el madrileño Puente de Vallecas.
La Guardia Civil sigue buscando a los sospechosos con el apoyo de la Policía Nacional (Grupo XIII) mientras que Gómez Maestre permanece desde esa noche ingresado en la UCI del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, intubado y en coma inducido.
Su vida «parece que no corre peligro». No obstante, los médicos están a la espera de su evolución para comprobar definitivamente si la bala le ha afectado a la médula ósea.
El director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa , visitó este lunes en el hospital a la familia Román David. A la salida del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, donde el agente está ingresado en la UVI, Fernández de Mesa señaló que «parece que la vida no corre peligro». Fernández de Mesa aseguró que el agente se encuentra «en las mejores manos» sanitarias.
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