Diez mitos falsos sobre el bronceado
Una chica tomando el sol en un jardín - ana perez herrera

Diez mitos falsos sobre el bronceado

La cultura del bronceado impone conceptos equivocados y peligrosos. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) nos revela 10 mitos falsos sobre el riesgo de la exposición al sol

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La cultura del bronceado impone conceptos equivocados y peligrosos. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) nos revela 10 mitos falsos sobre el riesgo de la exposición al sol

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  1. El bronceado te protege del sol

    Una chica tomando el sol en un jardín
    Una chica tomando el sol en un jardín - ana pérez herrera

    Mito: El bronceado te protege del sol. Realidad: Un bronceado intenso en personas de piel clara solo ofrece una protección escasa, equivalente a un FPS de alrededor de 4. El fotoprotector siempre es necesario, aunque el color y el grosor de la piel nos protegen naturalmente de las radiaciones solares, no estamos libres de sus daños cuando nos bronceamos: ésta es siempre una respuesta de defensa de la dermis ante la agresión que indefectiblemente produce el sol.

  2. Las cremas protectoras permiten tomar el sol mucho más tiempo

    Las cremas protectoras no deben utilizarse para aumentar el tiempo de exposición al sol
    Las cremas protectoras no deben utilizarse para aumentar el tiempo de exposición al sol - ana pérez herrera

    Mito: Las cremas protectoras permiten tomar el sol mucho más tiempo. Realidad: Las cremas de protección solar no deben utilizarse para aumentar el tiempo de exposición al sol, sino para aumentar la protección cuando la exposición es inevitable. La protección que proporcionan depende en gran medida de si se aplican correctamente.

  3. En días nublados no te quemas

    La radiación UV solar puede atravesar una nubosidad poco densa
    La radiación UV solar puede atravesar una nubosidad poco densa - luna revenga

    Mito: En días nublados no te quemas. Realidad: Hasta el 80% de la radiación UV solar puede atravesar una nubosidad poco densa. La neblina de la atmósfera puede incluso aumentar la exposición a la radiación UV. Por lo tanto, debemos usar protector solar, cubrir las partes del cuerpo más expuestas o buscar la sombra.

  4. En zonas de lunares hay que aplicar un protector más potente que en el resto de la piel

    Un doctor examinando un lunar
    Un doctor examinando un lunar - nieves sanz

    Mito: En zonas de lunares hay que aplicar un protector más potente que en el resto de la piel. Realidad: La piel es un órgano y se comporta como un todo: cuando se expone, debe protegerse en su totalidad; el factor de protección elegido tiene que ser el mismo en todo el cuerpo, y está en relación con el tipo de piel.

  5. En el agua no te quemas

    El agua proporciona una protección mínima contra la radiación UV
    El agua proporciona una protección mínima contra la radiación UV - ana pérez herrera

    Mito: En el agua no te quemas. Realidad: El agua proporciona una protección mínima contra la radiación UV y los reflejos del agua pueden aumentar la exposición. Hay que tener cuidado porque al estar en el agua a una temperatura inferior, no nos damos cuenta de que el sol nos está quemando, a sí que aplica crema protectora resistente al agua constantemente.

  6. El bronceado es saludable

    Una mujer toma el sol en la playa
    Una mujer toma el sol en la playa - miguel vázquez

    Mito: El bronceado es saludable. Realidad: El bronceado es una forma de defensa del organismo contra daños adicionales por la radiación UV, es decir, una respuesta de la piel ante una agresión que resulta de la exposición solar. Pero si por una actividad deportiva o por cuestiones laborales se permanece al aire libre, es cierto que cuando la piel está curtida sufre un poco menos. Para tener un nivel aceptable de vitamina D, necesaria para prevenir la osteoporosis, el cáncer de colon y el de próstata, sólo hace falta exponer al sol el dorso de las manos y la cara durante 15 minutos, dos veces por semana.

  7. En invierno, la radiación UV no es peligrosa

    La reflexión en la nieve puede duplicar la exposición total de la radiación UV
    La reflexión en la nieve puede duplicar la exposición total de la radiación UV - luna revenga

    Mito: En invierno, la radiación UV no es peligrosa. Realidad: La radiación UV es generalmente menor durante los meses de invierno, pero la reflexión en la nieve puede duplicar la exposición total, especialmente a altitudes elevadas. Sea particularmente precavido a comienzos de la primavera, cuando las temperaturas son bajas pero los rayos del sol son más fuertes de lo que se podría esperar.

  8. Si realizas descansos periódicos al tomar el sol, no te quemas

    Una chica de Cruz Roja informa sobre los peligros de exposición al sol
    Una chica de Cruz Roja informa sobre los peligros de exposición al sol - ana pérez herrera

    Mito: Si realizas descansos periódicos al tomar el sol, no te quemas. Realidad: La exposición a la radiación UV se acumula a lo largo del día. Las quemaduras solares se deben a la exposición a rayos UV imperceptibles. El efecto térmico se debe a la radiación infrarroja del sol y no a la radiación UV.

  9. El sol cura enfermedades como el acné o la psoriasis

    Una adolescente se observa un grano
    Una adolescente se observa un grano - abc

    Mito: El sol cura enfermedades como el acné o la psoriasis. Realidad: El sol no cura estas enfermedades, sino que las mejora. De todas formas, hay que tener especial cuidado en el caso del acné, ya que además de «no curarse con el sol», algunos tratamientos aumentan la captación de las radiaciones ultravioletas, así que tomar sol puede ser más dañino aún.

  10. Debajo de una sombrilla, toldo o árbol es imposible quemarse

    Una señora se protege de los rayos del sol con un paraguas
    Una señora se protege de los rayos del sol con un paraguas - abc

    Mito: Debajo de una sombrilla, toldo o árbol es imposible quemarse. Realidad: Debajo de la sombrilla hay que usar protección solar, porque un 34% de la radiación ultravioleta puede llegar hasta nosotros por medio de ésta y quemarnos tras un tiempo de exposición, tal como si estuviéramos directamente expuestos al sol.

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