«Mafia III»: entre la esperanza, la decepción y el respeto

Este es el pretexto que traza esta aventura para dar razones al personaje en su objetivo de emprender una guerra contra otros grupos de mafiosos, tejer alianzas y, ante todo, no fiarse de nadie porque todos, absolutamente todos, se la pueden jugar. Ambientado en la ciudad ficticia New Bordeaux -una versión más o menos cercana a Nueva Orleans, el juego plantea una historia repleta de frenéticos intercambios de disparos, persecuciones de coches de ensueño y una trama que envuelve ciertas connotaciones raciales y coyunturales a la época. No está nada mal ese planteamiento más maduro y alejada de la parodia.

Al igul que otros títulos similares, este «sandbox» se compone de misiones principales, otras secundarias y recogida de coleccionables . La trama es creíble y, junto a una banda sonora envidiable en donde se recogen canciones de rock, blues o country (artistas de la talla de Johnny Cash, Rolling Stones, Creedence Clearwater Revival o Steppenwolf, solo por eso vale la pena ), son algunos de los mejores aspectos del juego, de los pocos que tiene.

Se trata de un cóctel que, en teoría, debería funcionar para un videojuego de acción en tercera persona con grandes dosis de acción pero ofrece la posibilidad no solo de abrir fuego. Así, el jugador puede utilizar otros métodos más sigilosos para ahogar o acabar de manera discreta a sus rivales para evitar levantar sospechas. Es conveniente, en muchas ocasiones, tratar de ocultarse en la medida de lo posible porque en caso de que se encienda el indicador que disponen los enemigos advertirá al resto del grupo y situará la misión en un escenario más difícil.

El jugador puede elegir, por ejemplo, ayudas en el apuntado y en la conducción - es más divertido, por cierto, activar el modo simulación -. Por cierto, el manejo de los vehículos es divertido y un gran acierto que da pie a recorrer las calles de la ciudad explorando algunos de los rincones. Da gusto circular con esos vehículos clásicos El sistema de cobertura mantiene los patrones establecidos por títulos similares aunque en ocasiones el comportamiento para salir de ella es demasiado rudimentario. Extraños comportamientos de las armas, momentos de incertidumbre en los movimientos son varios ejemplos que demuestran que en conjunto no todo está bien resuelto.

Llama especialmente la atención su apartado gráfico, muy por debajo de lo esperado , que recuerda a propuestas lanzadas hace varios años, con escasos avances en la iluminación y texturas muy pobres . El motor gráfico, siendo honestos, no debería ser una razón para deslucir la experiencia en conjunto de un videojuego . De hecho, en los últimos tiempos también han aparecido otros títulos que no ofrecían un nivel de hiperrealismo muy elevado, pero «Mafia III» peca de contener una serie de lagunas técnicas y de imprecisiones que, y esto sí, rebaja el interés como la originalidad a la hora de diseñar las misiones, muy repetitivas, lineales y muy tediosas. La ciudad está dividida por distritos. Su desbloqueo suele realizarse siempre de la misma manera. El objetivo es conquistar y asignar locales y negocios.

Además, pese a la promesa de libertad de movimientos nos encontramos con momentos laberínticos en los que el jugador no puede avanzar, ni siquiera abrir ciertas puertas (¡pues vaya!), zonas inaccesibles que te quedas atascado, una rueda de herramientas poco intuitiva, una pésima estabilidad en ciertos momentos, efectos visuales extraños, una Inteligencia Artificial de los enemigos que replica patrones y muestra, incluso, un comportamiento muy poco realista donde, en ocasiones, los rivales quedan estáticos mientras disparamos o se producen errores a la hora de las ejecuciones.