Los videojuegos de carreras de motos que hicieron historia
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Cronología

Los videojuegos de carreras de motos que hicieron historia

Las dos ruedas siempre han estado a la sombra de los coches, pero han también aportado avances y grandes éxitos

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Las dos ruedas siempre han estado a la sombra de los coches, pero han también aportado avances y grandes éxitos

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  1. A la sombra de los coches

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    El lanzamiento de «Moto GP 14» esta semana es el último gran videojuego de carreras de motos. El subgénero de motociclismo siempre ha vivido a la sombra de las carreras de coches. Sin embargo, ha estado presente desde los primeros tiempos de los videojuegos, y ha aportado avances y grandes éxitos, como los siguientes títulos.

  2. Moto Cross (1976)

    Imagen promocional de Moto Cross, de SEGA
    Imagen promocional de Moto Cross, de SEGA

    «Moto Cross» (1976) está considerado como el primer videojuego de motos de la historia, lanzado poco después del primer juego de carreras, « Space Race» (1973). En blanco y negro, el piloto de motocross, visto desde atrás, avanza por una pista con perspectiva frontal, mientras esquiva obstáculos y a otros conductores en una lucha contra reloj. Para dar la sensación de progresión, las figuras del entorno se agrandan conforme el corredor se acerca, toda una novedad en la época que fue muy explotada en los juegos de conducción posteriores. Otra novedad fue la vibración física de los controles en las colisiones.

  3. Moto Race (1983)

    «Moto Race» (1983) aportó la narración a los juegos de conducción de motos. El jugador viaja desde Los Ángeles hasta Nueva York por diferentes ciudades de Estados Unidos, en una carrera contra reloj plagada de obstáculos, de vehículos kamikazes y con un combustible limitado. El estilo fue recuperado con gran éxito en títulos de coches como el popular « Out Run» (1986). El recorrido interurbano se ve desde perspectiva aérea, mientras que el urbano es en tercera persona.

  4. Excitebike (1984)

    «Excitebike» (1984), muy popular en la época, gráficamente no era deslumbrante, pero ofrecía un estilo único centrado en la diversión, recuperado en entregas posteriores, como el también reconocido «Excitebike 64» (2000) de Nintendo 64. El piloto de motocross, visto desde una perspectiva lateral, recorre diferentes pistas llenas de obstáculos, cuestas y rampas, en una competición contra el tiempo y los contrincantes, vistos más como obstáculos que como rivales.

    Los errores de cálculo en los saltos y las colisiones eran la salsa del videojuego, domado con un equilibrio en la aceleración. El juego, lanzado para Nintendo NES, cuenta con un editor para personalizar los circuitos.

  5. Hang On (1985)

    «Hang On» (1985) se convirtió en un gran éxito de los salones recreativos gracias a la calidad de sus potentes gráficos, su jugabilidad y la llamativa recreación de una moto deportiva para que el jugadro se subiera y actuara con los videojuegos por primera vez con el cuerpo entero.

    La compañía japonesa Sega marcaba el ritmo de la conducción virtual. El éxito continuó con la secuela «Super Hang On» (1987) y sus versiones para consolas domésticas. El piloto, visto desde atrás, recorre contra reloj los cinco continentes, divididos en etapas, con un ritmo y una música trepidante, mientras desplaza el vehículo de izquierda a derecha para adelantar a corredores y tomar curvas, con la sensación de velocidad que da su amplia mejora en el sistema de escalar objetos para dar apariencia de profundidad.

  6. Road Rash (1991)

    «Road Rash» (1991) no ofrecía grandes novedades gráficas ni de conducción, visto en tercera persona desde una perspectiva trasera; pero se convirtió en todo un fenómeno por su estilo gamberro, que causó una agria polémica por el uso de la violencia.

    El piloto participa en carreras callejeras de motos en California mientras se deshace de sus rivales lanzando puñetazos o golpeando con armas, como bates. Entregas posteriores añadieron más polémica, como la posibilidad de golpear a agentes de policía en moto para evitar ser arrestado y perder la carrera.

  7. Moto Racer (1997)

    «Moto Racer» (1997) fue de los primeros juegos de motos que se adentró en el mundo poligonal en tres dimensiones. Comenzó una saga caracterizada por la variedad de modos de juego, con la posibilidad de alternar entre la simulación, es decir, el estilo de conducción más realista, y el arcade, con mayores licencias para potenciar la jugabilidad.

    Las sucesivas entregas añadían más variedad al juego, como la posibilidad de elegir entre motos de carreras, de cross o carreras callejeras; además de una variada selección de circuitos. El objetivo es ganar partidas para desbloquear nuevos modos y circuitos.

  8. Elasto Mania (2000)

    «Elasto Mania» (2000) es un juego peculiar, lejos del repetido esquema de carreras de motos. La física es irreal, el aire es lento y la moto y el piloto son extrañamente elásticos, pero con enormes posibilidades para explorar y mejorar el tiempo. El retorcido circuito de cross obliga a saltos y ejercicios de equilibrio de un mundo aparte, cargado de reflexión y difícil de dominar.

  9. Saga Trials (inicion en el 2000)

    La saga Trials es en parte heredera del gusto por la física de «Elasto Mania», aunque menos compleja y más pegada a la realidad. Creado por una compañía independiente, la serie ha conseguido consolidarse como uno de los grandes del subgénero de carreras de motos desde el lanzamiento del primero, «Trials», en el año 2000. «Trials HD» (2009) dio el salto a las consolas con un gran éxito. La última, «Trials Fussion» apareció hace apenas dos meses con éxito de crítica.

    El reto de desarrollar un nuevo videojuego está en ofrecer novedades para aderezar las carreras: escenarios y vehículos diferentes en cada edición, saltos y acrobacias distintas. Cada pequeña variación en el movimiento es vital para un buen aterrizaje, una aceleración punta o un movimiento espectacular en unos circuitos, en dos dimensiones con profundidad, que el jugador puede personalizar o crear desde cero sobre los cuidados paisajes.

  10. Superbike 2001 (2000)

    Las carreras de Superbike, populares en Estados Unidos, han estado muy presentes en las consolas, especialmente en la primera década del siglo XXI; aunque su frecuencia ha sido discontinua excepto en periodos puntuales por el cambio de mano de las licencias oficiales.

    Entre los títulos, de dispar calidad, hubo uno que supuso un hito, «Superbike 2001»: sorprendentes gráficos, hiperrealistas para el estándar de la época, tanto de las motos y los pilotos como de los circuitos. La física creíble, el amplio repertorio de caídas, la variedad de opciones de juego completaban un título al más alto nivel en el catálogo general de todos los géneros de aquel año.

  11. «Tourist Trophy» (2006)

    Si «Superbike 2001» puso alto el listón de los gráficos en los juegos de motos, «Tourist Trophy» (2006) lo rebasó ampliamente. Los desarrolladores de la popular saga «Gran Turismo» crearon un juego exclusivamente de motociclismo con las mismas bases de su exitosa fórmula: una enorme variedad de vehículos reales cuidados con el máximo detalle, cada una con una característica forma de conducción, y unos escenarios igual de meticulosos y reconocibles. Técnicamente perfecto, aunque recibió algunas críticas porque no guardó tanto celo en la competición de las carreras.

  12. «Moto GP 14» (2014)

    El lanzamiento de «Moto GP 14» esta semana es el último gran título de videojuegos de carreras de motos. Un centenar de pilotos reales de esta temporada: todos los de MotoGP, pero no todos los de Moto 2 y Moto 3, además de algunos históricos de 500 cc. Más los 18 circuitos de la temporada. Una calidad gráfica cuidada minuciosamente, pero sobre todo, un mejor movimiento y control del vehículo, realista y exigente, aunque con la posibilidad de activar ayudas para evitar la frustración de los menos expertos.

    La variedad de modos de juego (destaca la posibilidad de fraguar una carrera deportiva completa, desafíos sueltos, o la clásica competición, con la posibilidad de realizar mejoras progresivas del vehículo) completan una entrega que sitúa un nuevo listón en la historia de las carreras de motos, un subgénero menos explotado y trabajado que el de coches, que sí cuenta con obras maestras.

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