
Los peores videojuegos basados en películas
Títulos tan malos que se han convertido en objetos de culto como rarezas de lo feo y lo irritante. El nuevo «Rambo: el videojuego» se suma a la lista
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123456789Pobres adaptaciones del cine

El reciente lanzamiento de «Rambo: el videojuego» suma un nuevo título a la lista de adaptaciones de películas de cine a las consolas con un nefasto resultado, fabricados con la idea de que podrían venderse solo por la popularidad del personaje, sacados siempre de los grandes taquillazos del momento. Títulos publicados con prisas, sin apenas relación con el guión original, apaleados por la crítica hasta la humillación por motivos evidentes. Algunas apuestas empresariales fueron tan arriesgadas que obligaron a cerrar compañías, y en alguna ocasión estuvieron a punto de sepultar a toda la industria de los videojuegos. Videojuegos que, sin embargo, han llegado a convertirse en objetos de culto por ser rarezas de lo feo y lo irritante.
«E.T. el extraterrestre» (1983)
Los gráficos del juego eran bajos incluso para el estándar de la época Las consolas de videojuegos vivieron un momento crítico en 1983 precipitado por la publicación de «E.T. el extraterrestre», considerado uno de los peores juegos de la historia. Atari, la entonces compañía dominante, desarrolló y publicó la versión de la exitosa película con un estrepitoso fracaso del que nunca terminó de recuperarse, y arrastró consigo a toda la joven industria.
Las limitaciones técnicas y las urgencias dieron como resultado un juego de excesiva dificultad, prácticamente incomprensible y de una calidad gráfica baja incluso para el estándar de la época. «E.T.» debe buscar las piezas de un teléfono para poder llamar a su hogar mientras el tiempo corre en su contra y su vida se acorta por todo, incluso por andar, con el peligro de caer a abismos sin solución. Atari sobrevaloró las posibilidades del videojuego y produjo cuatro millones de copias, pero solo vendió un millón y medio.
«Viernes 13» (1988)
«Viernes 13», publicado por Nintendo para NES en 1988, quiso hacer el difícil ejercicio de adaptar una película de terror en un juego para niños. El resultado no pudo ser más disonante con el original ni más irritante para cualquier jugador (especialmente por la música estridente).
Una aventura de desarrollo lateral donde los protagonistas se enfrentan a pedradas (?) contra zombis y lobos (que, por otra parte, nunca salen en la película) en un monótono viaje lleno de confusión donde lo único terrorífico son los gráficos.
El enfrentamiento con Jason Voorhees es todavía más confuso. El psicópata mata uno a uno a muchachos si el jugador no llega a tiempo a la sucesión de cabañas donde puede estar o no, en una mareante exploración interna de cada caseta. Si aparece, asesta puñaladas traicioneras como un vulgar navajero, en lugar de la intimidatoria hacha de la película.
«Regreso al futuro» (1989)
¿En qué momento de la película «Regreso al futuro»Marty McFly tiene que enfrentarse a abejas gigantes? ¿Y a chicas bailando el aro? En todo esto consiste la delirante versión de la popular película de finales de los ochenta sobre viajes en el tiempo; uno de esos títulos en los que cuesta creer que los desarrolladores hayan visto la película.
El protagonista debe recoger infinidad de relojes por las calles para evitar desaparecer. Una versión muy libre de la película, donde el personaje interpretado por Michael J. Fox conoce a sus padres en el pasado y debe conseguir no trastocar su emparejamiento para que él, en un futuro, pueda existir. Los minijuegos también son curiosos: esquivar corazones lanzados por su madre, lanzar batidos a un matón o mantener el DeLorean a 88 millas por hora. Lo más inexplicable es que la misma compañía realizó las adaptaciones de las dos siguientes películas.
«Desafío Total» (1990)
El actorArnold Schwarzenegger estaba en su apogeo como gran héroe de acción a finales de los ochenta; pero los creadores del juego «Desafío Total» tuvieron alguna confusión entre los personajes de sus películas, y pusieron constantemente en boca de Douglas Quaid referencias a Terminator y su «volveré». Un detalle más de la lista de licencias sobre la película original de ciencia ficción.
El filme «Desafío Total» narra un viaje a Marte en un futuro no muy lejano que juega a la confusión con el protagonista: ¿agente secreto, perseguido, perseguidor? En el juego la confusión es total en una sucesión de pantallas de desarrollo lateral con una estructura desordenada (unas breves otras eternas), en una monótona pero difícil desventura molesta, y con un protagonista involuntariamente deforme. Su brazo es el doble que su cuerpo y su cuerpo el doble que los enemigos, sin que haya detrás un intento de caricaturizar; simplemente un error de proporciones.
«Street Figther: la película» (1995)
«Street Figther: la película» es un videojuego basado en una película que, a su vez, estaba basada en un videojuego. Y no en un videojuego cualquiera, sino en el padre de todos los videojuegos de lucha, un título que marcó un antes y un después, historia de la cultura popular, «Street Figther II».
¿Era entonces necesario hacer el videojuego «Street Figther: la película»? Visto el resultado, seguramente no. El juego basado en la cinta reproduce a los actores reales (encabezados por Jean Claude Van Damme) en un proceso popular en la época, el renderizado, que consistía en imágenes reales traducidas digitalmente. Una técnica exitosa en el rival entonces del juego de Ryu y Ken, el «Mortal Kombat», pero que distorsionaba a los actores de la película «Street Fighter», toscamente grandes y torpes en su adaptación.
«Los ángeles de Charlie» (2003)
La película «Los ángeles de Charlie» (2000) ya era en sí misma una caricatura de la popular serie de televisión de los años setenta. Así que el juego tenía una difícil misión que, sin embargo, tiró estrepitósamente por los suelos.
Un juego repleto de fallos técnicos como paredes invisibles que impiden caminar, protagonistas en bikini o ropa sexy sin ninguna explicación (desagradable por machista y por la pésima calidad gráfica), misiones absurdas (hay que impedir que roben la Estatua de la Libertad), monótonas peleas constantes y aburridas. Eso sí, con las voces originales de Cameron Díaz, Drew Barrymore y Lucy Liu, pero grabadas en un día con pocas ganas de interpretar.
En su día, tuvo el dudoso honor de ser el juego peor valorado por la crítica de toda la historia, no solo entre las adaptaciones al cine, sino de todo el catálogo general desde que comenzó la práctica de hacer la media entre las puntuaciones de las revistas especializadas del sector de los videojuegos.
El club de la lucha (2004)
«El club de la lucha» es otro de esos videojuegos en los que los creadores solo leyeron el título de la película y se inventaron el resto de la historia. ¿Que dice «lucha»? Ya está: un juego de lucha entonces. Ni rastro de toda la complejidad de la película, basada en la novela de Chuck Palahniuk, con la crítica a la sociedad materialista y los giros narrativos.
El videojuego tiene dos modos de juego. Primero, un planteamiento de peleas uno contra uno sin más (sin ninguna variedad entre las habilidades de los personajes). Segundo, una aventura donde manejamos a un personaje desconocido que busca hacerse un hueco en el mundillo de las peleas, como si fuera un joven boxeador; nada que ver con la búsqueda de aquella salida del nihilismo a través de sentir dolor por sentir algo que reflejaba la historia original.
Ni siquiera está el atractivo de manejar a Brad Pitt ni Edward Norton, protagonistas de la película. Y, peor aún, los trazos de la historia están narrados en una sucesión de imágenes fijas (con pobres gráficos) y unos diálogos en boca de nadie.
«Rambo: el videojuego» (2014)
El último título en sumarse a la lista de pobres adaptaciones es «Rambo: el videojuego», un juego de otra época. No solo por la elección del protagonista, el mítico héroe de acción de los años ochenta John Rambo, sino porque la calidad artística está muy atrasada en comparación con el resto de títulos actuales.
Los continuos problemas del proyecto retrasaron el lanzamiento dos años y han dado como resultado un producto a medio hacer cuyo único atractivo es (al menos aquí sí) la fidelidad a las películas, con la recreación completa de la historia de la trilogía original: la voz de Sylvester Stallone; el guión con su paso como acorralado, en Vietnam y Afganistán; y, especialmente, el punto muy violento de la máquina de matar que es el veterano, con una cantidad de sangre poco habitual ya en los títulos modernos.
Un juegos de disparos en primera persona, de recorrido dirigido, con un amplio repertorio de armas blancas y de fuego, pero con nulo atractivo excepto para los seguidores de la saga.