Guerra de periodistas por Sara Carbonero

La llama ha prendido y de qué manera. Tantas críticas han recibido las palabras de Urbaneja -entre ellas las de la cadena en la que trabaja Carbonero, que ha defendido la profesionalidad de la periodista- que la Junta Directiva de la APM se ha visto obligada a hacer público un comunicado que, lejos de apaciguar los ánimos, parece haber echado más leña al fuego al asegurar que detrás de este revuelo existe «una campaña de linchamiento moral contra su presidente, cuya trayectoria profesional se cuestiona y en la que se mezclan ataques personales con acusaciones extemporáneas como la de "machista"».

Ante los «ataques que tratan de socavar el reconocido prestigio» de su presidente, la Junta Directiva de la APM «defiende la libertad de opinión de González Urbaneja, respalda su brillante trayectoria profesional desarrollada en medios impresos y audiovisuales y en la docencia, y rechaza por intolerable, improcedente y totalmente fuera de lugar la acusación de machista».

A juicio de la citada organización, las acusaciones de machismo que se han vertido contra Urbaneja son origen de la «ignorancia», porque ocultan «con torticera intención» que el responsable de la APM ha venido trabajando en su mandato la defensa de la equiparación salarial entre mujeres y hombres periodistas, el acceso de la mujer a los puestos directivos de los medios y la conciliación de la vida familiar y laboral de la profesión. Asimismo, continúa la Junta Directiva en el escrito, Urbaneja impulsó cuando también era presidente de la Federación de las Asociaciones de la Prensa de España (FAPE) la exigencia a los medios para que eliminaran los anuncios de prostitución por atentar contra la dignidad de la mujer.

Precisamente la FAPE , con su presidenta a la cabeza, también ha mostrado su respaldo a Urbaneja. En declaraciones a ABC, ha manifestado: «como principal organización profesional de periodistas, integrada por 48 asociaciones federadas y 13 vinculadas, se respeta la autonomía de las asociaciones que hacen parte de ella y recuerda la cohesión existente en el seno de la Federación, por cuanto las 48 asociaciones federadas suscriben los Estatutos de ésta y el Código de Ética y Deontología de la misma».

De esta manera, la FAPE también respondía a la petición que se le hacía desde la Asociación de Prensa de Sevilla para que se pronunciara sobre la polémica. Y es que pocas horas después de que se conociera el comunicado de la APM, los periodistas sevillanos hacían público otro en el que han reclamado a Urbaneja una rectificación «en toda regla» de sus declaraciones sobre Sara Carbonero al entender que representan un «paternalismo profesional rayano en el machismo». Además, han calificado de «justificación a la desesperada» el escrito de apoyo de sus compañeros de Madrid.

«Urbaneja está en su derecho de criticar lo que considere mal periodismo en Telecinco, pero se ha equivocado al mezclarlo con la honesta actividad profesional de una periodista que ha demostrado su valía mucho antes del Mundial, tal como se ha acreditado por la propia cadena al rechazar sus vejatorias acusaciones», afirman desde la APS, que además muestran su solidaridad hacia Carbonero y hacia todas las mujeres que hayan podido sentirse «denigradas» por las opiniones de Urbaneja.