El intento de una madrileña de dar envidia a las sevillanas al vestirse de chulapa

Durante estos días, los madrileños se visten de chulapos y chulapas para celebrar su patrón. El origen de este traje se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando los personajes del casticismo de la corte adoptaban una forma de vestir que acompañaban de un comportamiento social determinado. En estos años, las clases más castizas buscaban diferenciarse de la élite social afrancesada con una moda. Los chulapos y chulapas eran los vecinos del barrio de Malasaña o de Maravillas que se distinguían por tener cierta guapeza en el traje y en el modo de moverse.

Las chulapas eran las típicas planchadoras de las Cavas, modistas, fruteras, floristas, cigarreras, lavanderas, alegres y felices. Vestían con blusa blanca ceñida a la cintura con mangas de farol, falda de lunares o vestido de lunares hasta los pies, pañuelo sobre la cabeza anudado al cuello con el pelo recogido en un moño y mantón de Manila. Por su parte, los chulapos lucían chaleco o chaquetilla corta estrechos con el clavel en la solapa, pantalones oscuros y ajustados, gorra negra o pequeños cuadros, botines y pañuelo blanco al cuello. 

Este breve recorrido por la historia y la arraigada tradición madrileña de vestirse de chulapo por San Isidro es lo que podría haber compartido la tiktokera @mariaddomiingo para defender su traje regional y animar a los madrileños a vestirse. Pero en su lugar ha decidido subir un breve vídeo de ella de chulapa, en el que sale muy favorecida, pero añadiendo el siguiente mensaje: «para dar envidia a las sevillanas jeje». Algo totalmente innecesario.

«Hay cosas que no se comparan... y no soy de Sevilla pero es que cada lugar tiene sus tradiciones y todas son iguales de bonitas», le responde una usuaria. «Sí, las sevillanas nos estamos prácticamente muriendo en masa de envidia. Sobre todo porque es un alivio no ponerse un traje a 40°. Estás muy guapa», añade otro seguidor de TikTok.

Entre otro tipo de comentarios alabando la belleza de la joven, muchas chicas le preguntan dónde ha comprado el vestido. A pesar del burdo intento de la joven de dar envidia a las sevillanas, desde la capital hispalense nos alegramos de que haya animado a las madrileñas a vestir su traje típico.