Cómo Elon Musk ha hundido todavía más a Twitter en su pozo de pérdidas

La red social ha perdido un tercio de su valor en los últimos tres meses. La perspectiva para el futuro es incluso peor, a la espera de lo que ocurra en el juicio que la enfrentará al empresario

Efectivamente, en menos de tres meses, Twitter ha perdido, aproximadamente, un tercio de su valor en bolsa. Las acciones de la compañía se dispararon el 4 de abril, momento en el que se hicieron públicos los planes de Musk de adquirir la aplicación. Entonces, el valor de la acción pasó de los 39 dólares a los 50. El pico llegó con el acuerdo, el 25 de abril, cuando se alcanzaron los 51,70 dólares.

Mientras, la red social sigue empeñada en que se cumpla el acuerdo, sin que se rebaje ni un dólar del montante total, al empresario las cuentas no le salen. Y cada vez menos.

Durante los nueves años que Twitter lleva operando como compañía pública ha registrado pérdidas en siete. Y si los tribunales no lo remedian, atendiendo a las perspectivas, todo indica que 2022 se convertirá en el octavo.

La sangría podría continuar

Efectivamente, la no compra por parte de Elon Musk, sumada a las dudas que despierta el trabajo de la empresa a la hora de combatir el número de bots y cuentas falsas y la mala imagen proyectada durante los últimos meses, amenaza con acentuar en el corto plazo el enorme daño que están sufriendo las arcas de Twitter.

«La credibilidad de la compañía está muy dañada. Los próximos meses van a ser muy complicados. La incertidumbre es enorme y la situación puede acabar siendo dramática», apunta en conversación con ABC Fernando Checa, profesor de Comunicación en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y expertos en redes sociales.

Más, teniendo en cuenta, que la compañía piensa mandar al magnate a los tribunales. Allí es esperable que tenga que compartir más información respecto al número real de cuentas maliciosas que pululan por su interior, y que la empresa cifra por debajo del 5% del total. Algo que Musk, según afirma, no se cree.

«Hay un número mayor, sin duda», apunta Checa. «Sin embargo, lo de utilizar la excusa de los bots para paralizar la compra no deja de ser un movimiento extraño. Él debía haberlo pensado antes y haberlo valorado detenidamente», prosigue.

Una compañía «en declive»

La posibilidad de que la difícil situación económica actual, sumada a las previsiones para el futuro de Musk y a la delicada situación en la que se encuentra Twitter, en concreto, podrían haber provocado que el magnate haya terminado optando por intentar romper el acuerdo. O, en el peor de los casos, por intentar renegociar el precio de venta; algo a lo que la red social puede estar algo más abierta en el futuro si los costes del juicio y el daño a su imagen se incrementan.

Los abogados del empresario ya dejaron caer que las «perspectivas comerciales y financieras en declive de la compañía», haciendo referencia a Twitter, podría darle a Musk una segunda razón de peso para rescindir el acuerdo de fusión.

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