El fracaso estrepitoso de Radar Covid: solo ha registrado un 2% de los casos detectados

Según expertos consultados por ABC, la culpa de estos resultados la tienen la falta de claridad y pedagogía del Ejecutivo a la hora de presentar una herramienta cuyo desarrollo, encargado la pasada primavera a la tecnológica española Indra, ha costado más de 300.000 euros . «Estamos en un contexto en el que mucha gente no sabe ni siquiera cómo se ha podido contagiar. Si se hubiese conseguido extender más la aplicación podría haber sido una gran ayuda», explica a ABC Ofelia Tejerina , abogada digital y presidenta de la Asociación de Internautas .

«Con que hubiese sido más difundida y se hubiesen explicado mejor sus beneficios seguro que la gente habría tenido menos reparos en descargarla. Ha habido un fallo de comunicación, porque, al menos, según la política de privacidad de la herramienta, era correcta», añade la experta que, además, remarca con insistencia que la aplicación «se tenía que haber publicitado más y mejor, porque no se ha conseguido llegar al ciudadano». De hecho, al margen de una gran campaña publicitaria desarrollada con motivo del partido de Liga disputado entre el Barcelona y el Real Madrid el pasado octubre, la aplicación no ha sido especialmente promocionada . Al menos, más allá de la información compartida por la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (Sedia) a través de sus redes sociales.

Mientras que países como Francia o Alemania tenían sus herramientas plenamente integradas a principios de verano, en España hubo que esperar hasta el 27 de octubre para que la «app» fuese funcional en todo el territorio . La culpa la tuvo la descentralizada Sanidad nacional, que obligó a adaptar el sistema de alertas de Radar Covid, que es el que permite comunicar los positivos, a los sistemas sanitarios de cada una de las 17 autonomías. Esto provocó que fuese llegando a los distintos territorios de forma escalonada.

Ahora, la falta de uso ha motivado que, hasta el momento, la «app» haya notificado un número de contagios pírrico . Entre que comenzó a registrar contactos, el 1 de septiembre, y la última actulización de datos que ha tenido, el 17 de enero, ha servido para que se informase sobre 36.735 contagios. De acuerdo con las cifras oficiales, entre el primero de septiembre (470.973 contagios acumulados) y el 15 de enero (2.252.164), porque el 17 fue domingo y Moncloa no facilitó información, España ha tenido 1.781.191 positivos . Lo que implica que la herramienta ha notificado un 2,06% de los contagios registrados en nuestro país desde que está operativa.

A este respecto, cabe recordar que el que un usuario dé positivo no le obliga a ingresar el código en la aplicación. Aunque la tenga descargada en el «smartphone», cuenta con libertad para notificar el positivo o no hacerlo.

Radar Covid, como la inmensa mayoría de aplicaciones europeas equivalentes, está basada en el protocolo DP-3T , que implica la descentralización de los datos recopilados. Fue diseñado por Apple y Google y permite a los «smartphones» intercambiar información de forma anónima a través de la tecnología inalámbrica bluetooth. De este modo, cuando dos personas pasan más de 15 minutos a menos de dos metros de distancia, sus dispositivos comparten unas claves, pero no geolocalización ni recopilan ningún dato personal. Más tarde, si alguno de ellos da positivo en Covid-19, su sistema sanitario le entrega una clave alfanumérica de 12 dígitos que tendrá que ingresar en la aplicación de forma voluntaria . Gracias a esto, los contactos que hayan pasado tiempo con él recibirán una clave completamente anónima en sus dispositivos para informarles de que han estado expuestos al virus.

«Tenemos más miedo de lo que pueda hacer el Estado con nuestros datos que de las grandes multinacionales, como Google. En el caso de Radar Covid nuestros datos personales no van a ningún lado», explicaba recientemente a este diario Borja Adsuara, abogado digital y exdirector general de Red.es. Sin embargo, el jurista reconocía que el servicio «podría haberse presentado mejor».

Aunque la herramienta es respetuosa con la privacidad, desde la comunidad científica se lamentó en varias ocasiones la falta de transparencia del Gobierno a la hora de compartir el código fuente de la aplicación para encontrar posibles vulnerabilidades y poner a prueba su privacidad. Algo que no ocurrió hasta el pasado mes de octubre . Y, además, de forma incompleta . Sin ofrecer el histórico del desarrollo en el que se muestran los cambios que ha recibido la aplicación a lo largo del tiempo.

Jorge J. Ramos , experto programador independiente, explica a este diario que, en base al código publicado , dudar de que la herramienta es segura sería como decir que «es de día cuando es de noche». A pesar de ello, resalta la falta de esfuerzos por parte del Gobierno para acercar la aplicación a los españoles: «Yo he trabajado con tecnologías similares a lo largo de los años. La comunidad técnica sabe que una herramienta como Radar Covid funciona y, además, puede ser muy eficaz. El problema es que el nivel de la ciudadanía es muy bajo y tampoco se ha hecho una campaña ni de publicidad ni de concienciación. Sobre todo de educación. Hay que enseñar a las personas para qué sirven las cosas».

A pesar del paso de los meses, la herramienta de rastreo sigue lejos de ese 25% de penetración que marcó la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (Sedia) como objetivo en los primeros pasos del desarrollo . Por el momento, no se han compartido más datos que los que se recogen en el interior de la aplicación Radar Covid desde una de sus últimas actualizaciones. Por lo tanto, es imposible saber a ciencia cierta cuál es la penetración y el número de usuarios reales que tiene la «app» en estos momentos. Ya que podría darse el caso de que haya personas que la han descargado varias veces o que, con el tiempo, han decidido eliminarla por no encontrarla atractiva.

Fuentes de la Sedia afirman a este diario que están esperando a recibir datos a este respecto desde las comunidades autónomas para hacer público el número de personas que, realmente, están utilizando la aplicación. Algo que, explican, ocurrirá «pronto». Mientras tanto, Miriam Pelaez, cofundadora de la empresa de analítica de aplicaciones móviles Pickaso, explica a este periódico que, según sus datos, en estos momentos está siendo empleada por algo menos del 13% de la población española . «Seguimos lejos del objetivo. Para que sea útil es importante que se use. Ha faltado comunicación para que la gente sepa cuáles son los beneficios de esta aplicación», expresa Pelaez.

Pickaso , precisamente, acaba de compartir un estudio, que fue adelantado ayer por « El Independiente », en el que recoge el número de descargas totales aproximadas que han recibido las «apps» de rastreo de algunos de los países con más población de la Unión Europea. Sus datos c ontemplan las cifras registradas hasta el 15 de enero . «Los datos de descargas de Android que ofrece nuestra herramienta de análisis son muy aproximados a los datos reales (>95% fiabilidad) porque tenemos una herramienta que extrae los datos y no trabaja en base a estimaciones. En el caso de iOS trabajamos con estimaciones en base al % de población que tiene un smartphone iOS (iPhone)», apunta la cofundadora de la consultora.

De acuardo con la información de Pickaso, que, según afirma, se puso en contacto con todos los países que se recogen en la lista, pero solo obtuvo respuesta de Irlanda y Alemania , Radar Covid se encuentra bastante lejos en número de descargas de las herramientas equivalentes en los países de nuestro entorno. La alemana, Corona Warn App tendría 21.562.583. La inglesa, NHS Covid-19, 13.623.108. La italiana, Inmuni, 9.152.012. Y la francesa, TousAntiCovid, 9.369.917. En el caso de la española, la empresa de analítica fija el número de descargas en las 5.897.264. Ligeramente por debajo de los seis millones. «España está a la cola. De los países que hemos analizado las herramientas de Alemania e Inglaterra son las que han conseguido mayor penetración», apunta Pelaez.

Sea como fuere, las aplicaciones de rastreo están bastante lejos de ser consideradas como un éxito en cualquier país europeo. Incluso algunos han llegado a meditar la posibilidad de hacerlas obligatorias . Ese fue el caso de Portugal. A principios de octubre el gobierno luso estuvo dándole vueltas a la idea de imponer la descarga de su aplicación de rastreo: Stayaway COVID. Al final el primer ministro, Antonio Costá, dio marcha atrás con el fin de debatir la medida en profuncidad antes de su aprobación.