Los escándalos de Facebook: entre fugas de datos, noticias falsas y desacuerdos con gobiernos
La red social ha tomado la decisión este jueves de eliminar las publicaciones de los medios de comunicación australianos
El último episodio de una larga sucesión de polémicas protagonizadas por la red social durante los últimos tres años
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEn 2016 Facebook era considerada a nivel global como el perfecto ejemplo del éxito dentro de un mundo cada vez más dependiente de la pantalla del 'smartphone'. De poder entrar en contacto con cualquier persona independientemente de la situación y del momento. Y, ... además, sin necesidad de pagar por ello más que las migajas de una privacidad que, por entonces, nos importaba bastante menos que ahora. O, al menos, eso es lo que dicen los estudios y los expertos encargados de velar por ella.
Sea como fuere, para la red social, nacida en 2004 y dirigida por uno de sus creadores, Mark Zuckerberg, todo comenzó a cambiar a peor hace tres años. Cuando el escándalo de Cambridge Analytica saltó por los aires. Desde entonces, el internauta ha asistido a un alud de escándalos protagonizados por la 'Big Tech', que tiene una valoración de 800.000 millones de dólares y también es propietaria de servicios como WhatsApp e Instagram . El último: la reciente decisión de la plataforma de vetar el contenido de los medios de comunicación australianos en su interior . Y, por el camino, el de decenas de organizaciones sanitarias, benéficas y administrativas.
Una regla que, según explica a ABC el abogado especializado en asuntos digitales Samuel Parra, puede afectar a los derechos fundamentales del usuario . En concreto, al derecho a la información, que, igual que está reconocido en España, lo está en Australia. «¿Facebook es una empresa privada que puede hacer lo que quiera porque es su plataforma? No. Ninguna plataforma puede tomar medidas que limiten los derechos fundamentales. Si un juez considera que el derecho a la información de un ciudadano se ve limitado por una práctica de una empresa privada, seguro que les van a obligar a levantar esa suspensión», explica a ABC el jurista; que hace hincapié en que, en estos momentos, muchos internautas emplean las redes sociales como un medio desde el que informarse. Aun cuando estas plataformas, y en concreto la red social de Menlo Park, no siempre han sido capaces de contener las 'fake news' . Igual que de proteger la información que, día tras día, el usuario vuelca en su interior.
El primer golpe
Los datos del usuario tienen un precio. Gracias a ellos las plataformas digitales, como Facebook o Google, pueden conocer mejor a aquellos que emplean sus servicios. Y, de esta forma, pueden ofrecer paquetes de información más personalizados a los anunciantes. Gracias a ello, una compañía que quiera anunciarse puede seleccionar, en concreto, el tipo de internauta al que quiere llegar en función de su edad, origen o intereses.
«Las empresas utilizan algoritmos avanzados de machine learning para correlacionar los datos que recogen los dispositivos inteligentes y amasar montones de información sobre nosotros. Estos algoritmos las ayudan a cuantificar y analizar nuestro comportamiento, e incluso a influir en nuestras acciones a través de la publicidad y las redes sociales personalizadas», apunta a ABC a este respecto Marc LaLiberte, analista de seguridad senior de la empresa de ciberseguridad WatchGuard.
La compañía británica de análisis Cambridge Analityca , que se creó en 2013, impulsó una aplicación a través de Facebook que recopiló en 2014 datos de 277.000 cuentas de forma directa, aunque alcanzó a 87 millones de personas en todo el mundo. Para ello se valió de las laxas condiciones de privacidad que, por entonces, tenía la red social. Los datos fueron utilizados para crear perfiles de votantes y «personalizar» los contenidos que se les hacían llegar a través de internet de cara a las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016.
El caso saltó por los aires en 2018, y provocó que, un año después, el Gobierno de Estados Unidos multase a la red social con el pago récord de 5.000 millones de dólares. Asimismo, la Comisión Federal de Comercio del país obligó a la tecnológica a realizar cambios en su política de privacidad y comenzó a vigilarla de cerca para evitar que un caso similar pudiese repetirse . «El caso de Cambrige Analytica es consecuencia de la falta de medidas de Facebook. Seguro que se han dado casos parecidos, o incluso peores. Pero no se saben. Falló completamente», explica a ABC Samuel Parra.
'Fake news' en elecciones...
Aunque cometa errores, Facebook cuenta con unas normas estrictas sobre lo que está permitido publicar y lo que no. Especialmente, durante periodos electorales. Durante las últimas elecciones celebradas en EE.UU., la plataforma hizo esfuerzos para combatir toda la desinformación y evitar un nuevo escándalo . Desde los comentarios engañosos sobre los candidatos y los partidos, hasta afirmaciones falsas sobre las votaciones, pasando por aquellas que, directamente, buscan que los ciudadanos no acudan a las urnas. También se prohibieron los anuncios políticos una semana antes de que los ciudadanos depositasen el voto. Sin embargo, Facebook, y los encargados de revisar el contenido que se vierte en su interior, no siempre han conseguido cumplir con esta labor .
Hace unos meses , Sophie Zhang, una exingeniera de datos de la compañía cargaba con dureza contra la inacción de la red social a la hora de proteger a los usuarios de la desinformación. «En los tres años que he pasado en Facebook, encontré múltiples intentos descarados de gobiernos nacionales extranjeros de abusar de nuestra plataforma a gran escala para engañar a sus propios ciudadanos, y causó noticias internacionales en múltiples ocasiones», explica Zhang en un informe, recogido por BuzzFeed News. «La verdad es que simplemente no nos preocupábamos lo suficiente como para pararlas (las campañas de desinformación)», afirmaba en otro fragmento del memorando.
Zhang hizo especial hincapié en el informe sobre una campaña de desinformación en Azerbaiyán, en la que el presidente del Gobierno, Ilham Aliyev, y su partido, el Nuevo Partido de Azerbaiyán o YAP, utilizaron cuentas falsas para atacar a la oposición. «Múltiples cuentas oficiales de divisiones a nivel de distrito del partido político gobernante YAP controlaban directamente muchos de estos activos falsos sin ningún tipo de ofuscación en otra muestra de arrogancia», escribió la exempleada. Además, puntualizaba en el texto que las personas detrás de la campaña «quizás pensaron que eran inteligentes; la verdad era que simplemente no nos importaba lo suficiente como para detenerlos». Entre los países afectados, según la exingeniera de la red social, figuraban, entre otros, España, Italia, Irak, Indonesia, India, Ucrania, Brasil, Bolivia, El Salvador y Ecuador.
Y es que la red social se ha convertido en una pieza muy importante para países que quieren desestabilizar a estados antagonistas . Un juego al que, de acuerdo con los expertos en ciberseguridad consultados por este periódico, juegan casi todos. Especialmente Estados Unidos, Rusia y China. Así lo demuestran casos como el del Brexit o el referéndum ilegal celebrado en Cataluña el 1 de octubre de 2017. «El objetivo de estos programas de desinformación parece ser sembrar la confusión en ciertas partes del público con fines políticos y desestabilizar regímenes percibidos como 'adversarios'. Combatir las campañas de desinformación es difícil desde el punto de vista del público objetivo, ya que no siempre es fácil discernir entre las noticias verdaderas y las falsas», dice David Sancho, jefe de análisis de amenazas de la empresa Trend Micro.
Y en sanidad
A pesar de sus esfuerzos, Facebook no ha sido capaz de controlar por completo la desinformación sobre la Covid-19. Tampoco de evitar que su algoritmo, el encargado de escoger el contenido que ve el usuario, premie las 'fake news'. Así lo demostró el pasado verano un estudio de la fundación estadounidense Avaaz , en el que se sostenía que 82 sitios web dedicados a compartir información sanitaria false utilizaron la red social para conseguir tráfico en sus propios dominios. Durante el pasado año, estas páginas, entre las que figuran sitios (supuestamente) de noticias habrían generado en total 3.800 millones de visitas procedentes de cinco países distintos (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia) gracias a su actividad en la plataforma. Solamente en el mes de abril, con el coronavirus en ebullición, Facebook permitió 460 millones de visitas a noticias de salud falsas .
«El algoritmo de Facebook nunca ha sido capaz de localizar todo el contenido que no es fiable. Esto vuelve a poner en evidencia la importancia del control humano sobre las publicaciones por medio de verificadores. También hace falta una regulación que garantice que no se va a incurrir en censura. Los verificadores tienen un papel sumamente relevante cuyo trabajo puede ser facilitado por el algoritmo, que no es infalible, pero sí complementario», explicaba por entonces a este diario Ofelia Tejerina, presidenta de la Asociación de Internautas y abogada especializada en temas digitales.
Y es que el algoritmo ha tenido muchos patinazos en los últimos meses. El pasado agosto una investigación desarrollada por el Institute for Strategic Dialogue, sostenía que estaba «promoviendo» el contenido en el que se niega el Holocausto cuando el usuario interactua con publicaciones de ese tipo. Según afirmaba la organización, que se dedica a combatir el extremismo en el Reino Unido, si se realizaba una búsqueda en Facebook con el término 'Holocaust' (Holocausto, en inglés), la plataforma mostraba, entre las sugerencias, páginas en las que se tachaba como falso el genocidio perpetrado por las nazis durante la Segunda Guerra Mundial. También encontró enlaces para adquirir libros y revistas en los que se niega el suceso.
Después de varios años negándose a tomar cartas en el asunto, la plataforma, finalmente, comenzó a perseguir este tipo de contenido . «Hace tiempo que eliminamos publicaciones que elogian los crímenes de odio o los asesinatos en masa, incluido el Holocausto. Pero con el aumento del antisemitismo, estamos ampliando nuestra política para prohibir cualquier contenido que niegue o distorsione el Holocausto también. Si la gente busca el Holocausto en Facebook, comenzaremos a dirigirte a fuentes autorizadas para obtener información precisa», afirmó el propio Zuckerberg a este respecto en una pubicación compartida en su muro dentro de la red social.
Borja Adsuara, abogado digital y exdirector de Red.es, explica a este periódico que la culpa de que el contenido falso prolifere en Facebook no es solo de la red social y su algoritmo. También la tiene la naturaleza humana : «El algoritmo puede ser buenísimo o malísimo haciendo su trabajo. Desgraciadamente lo que más nos engancha es el discurso del odio o la desinformación. Cosas que te alteran e indignan. Que te producen rechazo, pero te retienen. De eso también se han aprovechado. Si hubiesen utilizado todo lo que saben sobre nosotros, porque nos conocen mejor que nosotros mismos, para mostrarnos cosas buenas todos estaríamos tan contentos. Pero nos atrae lo morboso».
Monopolio
El enorme poder que tienen las tecnológicas, como Facebook, ha provocado que los gobiernos de diferentes países las observen con recelo. Especialmente Estados Unidos. El pasado diciembre, la Comisión Federal de Comercio y la mayoría de estados del país norteamericano, presentaron una demanda contra la red social , a la que acusan de monopolio y de haber dinamitado a la competencia . «Durante casi una década, Facebook ha utilizado su poder de dominio y monopolio para aplastar a rivales más pequeños y eliminar la competencia, todo a costa de los usuarios», aseguró en rueda de prensa Laetitia James, la fiscal general de Nueva York encargada de liderar la investigación. «A través del uso de cantidades enormes de datos y dinero, Facebook ha aplastado o puesto trabas a lo que la compañía percibía como amenazas potenciales», completaba James.
La culpa de esta investigación la tiene la adquisición por parte de Facebook de plataformas como Instagram y WhatsApp a principios de la década pasada. Por la primera, la tecnológica pagó 1.000 millones de dólares en 2012. La segunda costó 19.000 millones, y pasó a estar bajo el paraguas de la red social en 2014. A pesar de que, en un primer momento, la red social prometió que los datos de los usuarios de estos espacios seguirían siendo inaccesibles para la empresa matriz; en los últimos tiempos se han comenzado a dar pasos hacia una posible unificación. A principios de enero WhatsApp anunció la decisión de comenzar a compartir información de sus usuarios con Facebook con fines comerciales . Una medida que no ha sentado nada bien entre los internautas y ha provocado un gran crecimiento de aplicaciones de mensajería alternativas, como Telegram o Signal.
Esta medida no tendrá efecto en el Reino Unido y los países de la Unión Europea , ya que el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) no lo permite. Precisamente, la Comisión Europea también lleva años estudiando los movimientos de la red social. Igual que EE.UU., está estudiando el empleo que hace Facebook de los datos de los usuarios y sus prácticas comerciales. «Tenemos un par de investigaciones en marcha sobre el ecosistema de Facebook sobre el uso de datos de consumidores y clientes en la publicidad y cómo el mercado de Facebook está funcionando. Esos casos no están tan avanzados como en Estados Unidos, pero lo encuentro muy alentador y creo que es una señal de que el debate global sobre el dominio de las empresas tecnológicas ha cambiado en el último par de años», comentaba a este respecto la vicepresidenta de la Comisión Europea encargada de competencia, Margrethe Vestager.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete